Hay herencias que no se desean, que no deberían existir, pero eso poco o nada le importa al promotor de la llamada Cuarta Transformación y presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien habrá de dejar un país en quiebra, endeudado con más de siete mil 168 millones de dólares, y con elevados índices de marginación.
Porque tan enorme deuda supera ya en más de 700 millones de dólares a la dejada por su antecesor Enrique Peña Nieto, bastando cinco años del actual Gobierno federal para hundir la economía del país, después de haber echado mano de préstamos crediticios solicitados a organismos internacionales.
Los datos oficiales provenientes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) son fríos, la 4T ha sido quien más ha solicitado préstamos al Banco Interamericano de Desarrollo, al de Desarrollo de América Latina, al Internacional de Reconstrucción y Fomento y al Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.
Habría que preguntar en dónde han quedado todos esos recursos y en qué se han invertido, después de que se puede observar que en México se carece de infraestructura hospitalaria, la salud se encuentra en terapia intensiva, sin medicamentos y demás. La educación sufre de lo mismo, al igual que el abandono en sectores como el campesino y de los trabajadores.
No se cuenta con vivienda ni empleo; la seguridad es un desastre, mientras que no se ha logrado combatir la pobreza sino al contrario: esta se ha incrementado. A ello se agrega el arrebato de recursos a estados y municipios así como a universidades que hoy se encuentran en situaciones difíciles.
Cabe destacar que para 2024, de acuerdo con las proyecciones del Paquete Económico, la deuda per cápita aumentará 6.8 % en comparación con lo previsto para este año.
Las niñas y niños mexicanos estarán heredando obligaciones sin inversión en su educación, medio ambiente y cuidados para hacerles frente sin sacrificar su bienestar.
De esa forma, cada habitante pasará de tener una deuda de 118 mil 780 a 126 mil 818 pesos el siguiente año, cuando al inicio del sexenio de López Obrador, en 2019, la deuda per cápita era de 109 mil 818 pesos.
Las niñas y niños mexicanos estarán heredando obligaciones sin que exista una fuerte inversión en su educación, medio ambiente y cuidados para hacerles frente sin sacrificar su bienestar.
Según los reportes de la SHCP, los recursos adquiridos con el actual presidente de México se han empleado para financiar los programas de desarrollo social; asimismo, para acciones de vivienda y para la inclusión financiera y digital, lo cual no se observa por ningún lado.
De tal manera que este sexenio federal estará cerrando con ingresos a la baja y aumento en el endeudamiento, lo que causará el mayor déficit fiscal de las finanzas públicas del país en dos décadas, de acuerdo con el Paquete Económico 2024.
Si bien López Obrador tendrá un presupuesto récord en el último año de su Gobierno para supuestamente poder hacer frente a todos los compromisos, el problema radica en que el gasto crecerá a un ritmo mayor que los ingresos, que fue lo que orilló a la SHCP a solicitar mayor endeudamiento ante el Congreso.
Es así como la Cuarta Transformación estará heredando al próximo mandatario mexicano una enorme deuda que definitivamente habrá de causar estragos a la nación, pues para cubrirla se estaría abandonando aún más a los mexicanos, y todo aquello que no se logró combatir en este sexenio se estará duplicando, a decir de la pobreza y el hundimiento económico.
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