Basta con hacer un recorrido por las comunidades rurales, ejidos, barrios, colonias y calles de las grandes ciudades de cualquier parte del país, ahí donde viven más de 100 millones de mexicanos, para darnos cuenta de la carencia y el deterioro de la infraestructura pública. Miles de colonias sin agua potable, sin drenaje o electricidad, cientos de miles de calles sin pavimento, guarniciones ni banquetas, millones de espacios públicos; camellones, áreas comunes, abandonados y vandalizados, espacios sin alumbrado público, cientos de miles de calles y avenidas llenas de baches, con unidades médicas sin personal médico ni medicinas, escuelas sin aulas, módulos sanitarios o techumbres, un transporte público pésimo, etc. Como muestra de ello, está el municipio de Nogales, aclarando que no es el único, quizás haya otros peores, hay 1,806 calles sin pavimentar, 36,202 personas que no tienen red de drenaje, 48,308 personas sin acceso al agua entubada, cientos calles con problema de alumbrado, 1,516 calles que carecen de banquetas y guarniciones, 317 espacios públicos abandonados o en mal estado, 933 calles de las 1,202 pavimentadas tienen baches, hay 77,598 familias que no tienen vivienda o está en mal estado. etc.
Esto es una pequeña muestra de lo que vivimos en la inmensa mayoría de los municipios de todo México, situación crítica que agudiza aún más la pobreza de la mayoría de los mexicanos. Pero la recaudación fiscal y el gasto del erario, seguirá siendo regido por la misma política errónea de la 4T, ya lo veremos el próximo 5 de septiembre en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2023 que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (PEF) enviará a la Cámara de Diputados para su evaluación, revisión y aprobación por los legisladores y sus respectivas comisiones. Continuaremos siendo testigos de cómo el gran mérito de AMLO es dejar sin obra pública a los sectores sociales más marginados.
Los únicos intermediarios beneficiados de este gobierno que han incrementado sus grandes fortunas han sido los Salinas Pliego que administran por medio de su banco todos los programas sociales de transferencia monetaria directa y las grandes empresas constructoras CARSO e ICA de Carlos Slim. La nueva política de la 4T, implementada a partir del 2018 ha dejado sin recursos a los municipios y estados para realizar obra pública básica, en honor a la verdad esto es cierto, pero se ha convertido en el pretexto perfecto para que definitivamente varios ayuntamientos no hagan ninguna obra social. Haciendo maridaje perfecto, el raquítico presupuesto federal para obra pública a los municipios y la mala administración de los recursos públicos propios de cada alcaldía han puesto en crisis y nula obra pública para sus ciudadanos, declarándose abiertamente incapaces de poder hacer obra pública básica para sus habitantes que carecen de esos servicios.
Por ello afirmamos, sin temor a equivocarnos, que es una política errónea llevar carretadas de dinero público a obras de relumbrón sin beneficio a las mayorías y tintes electoreros, al igual que inyectar recursos a la mayoría de los programas sociales de transferencia monetaria directa, con excepción del programa de la tercera edad. Por otra parte, seguir manteniendo sumergidos viviendo a millones de familias sin la infraestructura social básica que haga más digna su existencia de los trabajadores de nuestra patria. Esto nos llevará al rezago y atraso social en otros aspectos que se han empezado a manifestar gravemente, uno de ellos es la falta y deterioro de la infraestructura social básica; caminos, carreteras, calles, avenidas, parques públicos, espacios deportivos, infraestructura cultural, edificios públicos, banquetas, guarniciones han convertido Muchos alcaldes que hoy están en el poder municipal, por intereses personales, arribismo político, cobardía o ignorancia, no luchan contra el rezago y carencia que vive su pueblo, se han convertido en focas aplaudidoras de la política económica gubernamental de AMLO. Muchos funcionarios, conociendo y reconociendo lo urgente, válido e indispensable que es la obra social, no mueven un dedo para exigir, protestar, denunciar que urge presupuesto para hacer obra social en beneficio de los sectores sociales más rezagados y marginados que son la mayoría en cada municipio. Así de sumisos, interesados e incondicionales los integrantes de la clase gobernante de nuestro México.
Ante esta política gubernamental federal fracasada, la de asignar ínfimos recursos ante la gran carencia de obra pública no podemos quedarnos callados los ciudadanos críticos organizados o no en el Movimiento Antorchista de Sonora. Los funcionarios de alto nivel podrán decir misa, que vamos bien, que estamos felices, que hoy vivimos mejor, etc. Pero la realidad es otra, solo quienes vivimos en espacios sin servicios, que asistimos a los hospitales públicos, que transitamos por caminos o carreteras federales deterioradas, que asistimos a escuelas públicas, que tenemos un salario mínimo y con él debemos de sobrevivir nosotros y la familia, que ocupamos el pésimo transporte público, que no nos alcanza el salario, que nuestra vivienda está en condiciones precarias. Solo nosotros sabemos, los humildes, los sencillos, los de a pie, los que no actuamos como políticos falsos para fingir nuestra doble vida de opulencia y populismo, los que nos somos actores políticos de tercera con vida de 4T, afirmamos que vamos de mal en peor, no por oposición ramplona y visceral, sino porque así lo está diciendo a gritos la vida de más de 100 millones de mexicanos. La solución está en la verdadera participación de las mayorías, sin farsa ni demagogia y apariencias falsas, sino la verdadera participación.
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