Leí recientemente una nota periodística en el portal argentino Infobae cuyo cabezal decía: “cuál es el monumento en el Estado de México que es más alto que la Estatua de la Libertad”. El cuerpo de la nota me pareció particularmente interesante. “La Estatua de la Libertad mide, sin su base, 46 metros de altura, sin embargo, en el Estado de México hay una escultura que mide 50 metros”. Después de describir los tiempos en los que se realizó la obra y los costos: “Esta es una pieza, obra del escultor Sebastián, se localiza en el corredor turístico de la avenida Ampliación Bordo de Xochiaca, entre el Canal de la Compañía y la plaza Tlacaélel en el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México. Su construcción inició en el trienio 2009-2012 y fue inaugurada el 13 de diciembre de 2014 con un costo de 30 millones de pesos”.
Quisiera destacar el siguiente aspecto fundamental de la nota de Infobae: “La escultura mide 50 metros de alto, y se localiza sobre una base de concreto de 10 metros, lo que significa que, en total, mide 60 metros. Pesa más de 600 toneladas y está realizada en metal. Debido a las colosales dimensiones, su base cuenta con 68 pilotes enterrados a 25 metros de profundidad. La pieza representa un homenaje al pueblo de este municipio del México prehispánico. Dentro de la base cuenta con un museo de sitio, en donde se exhibe el proceso de construcción y cómo ha cambiado la zona en materia de infraestructura, sin embargo, por el cambio de administración municipal, desde hace varios meses no es posible entrar a la escultura y subir hasta el codo, que es donde se encuentra el mirador y el museo. Pese a ello, esta obra se ha convertido, en tan solo ocho años, en un espacio que ha mejorado la imagen urbana de la zona y contribuido a la recomposición del tejido social”.
El Guerrero Chimalli fue concebido por las autoridades municipales del proyecto Nuevo Chimalhuacán, encabezadas por el Biólogo Jesús Tolentino Román Bojórquez, y por el Ingeniero Telésforo García Carreón, como un homenaje al pueblo de Chimalhuacán, tanto al constructor de escudos de nuestro pasado prehispánico como al que, durante 21 años de lucha, logró transformar radicalmente la faz del municipio. Se construyó, además, como un espacio para la recreación familiar y para que el pueblo tome las calles y con su presencia inhiba la delincuencia. Así se explica la fuente bailarina, Tlacaélel y el Calendario Azteca en el paseo del Guerrero Chimalli.
El arte y la belleza, dijo Aquiles Córdova Morán, dirigente del Movimiento Antorchista, en la inauguración del Guerrero Chimalli, están secuestradas por una pequeña élite, mientras el pueblo no tiene verdaderos derechos políticos (ni culturales).
“Los artistas de México debieran seguir la escuela del Muralismo Mexicano, Siqueiros, Orozco, Rivera, Posadas, ¿Por qué se dedicaron a pintar grandes murales, de preferencia en las grandes avenidas del país? Porque era una manera de popularizar el arte, porque era una manera de sacar la pintura de caballete, con cuadros, con marcos de oro de los museos y llevar eso a la calle, a los ojos de la masa, a embellecer la vida y el alma de los pueblos. El arte, si no beneficia a los pueblos, si no cambia a los pueblos, si no los hace mejores y más felices, es un arte de mercaderes que sólo enriquecen a quien lo ejecuta y a quien lo compra, pero que deja al margen, discrimina del arte, a quien verdaderamente lo alimenta y lo financia, qué es: la sangre del pueblo, la savia del pueblo, la creatividad, el alma y el espíritu de los pueblos. Maestro (Sebastián), usted no sólo ha hecho aquí una gran escultura, tomada en sí misma como obra de arte; usted ha hecho aquí algo más: ha hecho arte para el pueblo, arte que lo disfrutará el pueblo de Chimalhuacán y eso hace cien veces más elogiable el Guerrero Chimalli”.
Desde que inició la nueva administración municipal, en Chimalhuacán, no es posible entrar al Guerrero Chimalli y subir al museo, dice Infobae y corroborando con los vecinos, es verdad. ¿A qué se debe ello? ¿Por qué la nueva administración no permite que el pueblo de Chimalhuacán disfrute de su museo y la vista desde arriba? La posición que acabamos de transcribir del discurso inaugural del Guerrero Chimalli del ingeniero Aquiles Córdova es clave para comprender el verdadero atropello que comete la autoridad morenista al privar al pueblo de Chimalhuacán de subir a la cumbre del Guerrero Chimalli, “Los revolucionarios, dijo el ingeniero Aquiles, sabemos que hay que derribar y combatir lo que está mal, pero hay que conservar lo que está bien, y que hay que desarrollarlo y engrandecerlo, porque el futuro necesita de lo que se hizo bien en el pasado”. ¿Será que esta administración no quiere que el pueblo conozca la verdad histórica del cambio que se expone en el museo que está en las alturas del Guerrero?
Pues bien, el pueblo de Chimalhuacán, el que votó por Morena y el que no lo hizo, se puede dar cuenta con facilidad de que prometió que las cosas estarían mejor que antes, pero está demostrando todo lo contrario. Recordemos lo que dijo la entonces candidata a la presidencia municipal en su campaña: “La ciudadanía exige una transformación en Chimalhuacán”. ¿En qué consiste esa transformación? ¿En cerrar el Guerrero Chimalli para que la gente no conozca el museo? ¿En cerrar los Centros de Desarrollo Social construidos con tanto esfuerzo por el pueblo, despojándolo de los servicios que antes ahí se brindaban? ¿En mantener cerrado el museo municipal que muestra los logros de Chimalhuacán de su pasado histórico y el cambio que en 21 años se consiguió con sangre, sudor y lágrimas? ¿En despojar, con lujo de violencia y abuso de autoridad, a la comunidad, representada por sus delegados y Copacis, del teatro cultural al aire libre en el Cerro de las Palomas, donde participaban los adultos mayores, jóvenes, y niños con actividades culturales? ¿En quitar también violentamente a la comunidad de Vidrieros el auditorio tradicionalmente administrado por los delegados municipales, pero como los delegados no son morenistas, entonces, la transformación que propone Morena en Chimalhuacán significa mandar a los policías a amedrentar a la gente, a violentarla y a quitarles, por las malas, el control de ese auditorio, después de que se hicieron actividades como la Guelaguetza, la feria de la Tlayuda, entre otras de índole cultural y deportiva por el bien del pueblo?
Por ello, el pueblo de Chimalhuacán debe despertar y, como dijo el líder nacional de Antorcha, “mantener al Guerrero Chimalli vivo, valiente y combativo”. Exijan que lo abran para que puedan subir para conocer el mirador y visitar el museo.
“Ante este Guerrero Chimalli, símbolo de la grandeza pasada de los Mexicas y promesa segura de un futuro gigantesco y brillante”, el pueblo de Chimalhuacán debe hacer que el Guerrero Chimalli termine siendo, como dijo el Ingeniero Aquiles Córdova, “lo que es la Torre Eiffel para París; lo que son las Pirámides de Egipto para El Cairo; lo que es La Puerta de Brandenburgo para Berlín; o lo que es el Cristo del Corcovado para Río de Janeiro en Brasil”.
Si la transformación ofrecida por Morena consiste en destruir lo bueno y resaltar lo malo; si consiste en dejar las calles con basura, que se incremente la violencia, que se deterioren las calles y no las arreglen, que no haya agua en las colonias, es momento de que se dé cuenta el pueblo de Chimalhuacán de su error y descubra a quienes no están a favor de los intereses populares. Pueblo de Chimalhuacán, organízate y lucha y el instrumento para el verdadero cambio de Chimalhuacán es, sin duda, el Movimiento Antorchista Nacional.
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