MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El instrumento represor oficioso de la 4T

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La 4T no transformó al Estado mexicano represor en un Estado amigo del pueblo, de hecho, nunca fue su intención hacerlo, sino todo lo contrario. Ello quedó demostrado, entre otras razones, con el aumento de personas encarceladas sin sentencia, es decir, sin que se les compruebe delito alguno —justo como nuestro compañero Domingo Ortega Butrón, preso político en Hidalgo—, cifra que subió de 85,265 personas en 2020 a 92,595 en 2022 (“Hacinamiento en cárceles y presos sin sentencia, al alza”, El Economista 220827).

No sólo no atacó el mal, sino que Morena lo hizo más doloroso. Tenemos a la fecha, oficialmente, casi 227 mil presos y está documentado de sobra que la inmensa mayoría son pobres (los ricos tienen trato diferente, como todos sabemos la justicia es su justicia) los cautivos están hacinados, es decir, viviendo por decenas en celdas diseñadas para pocos presos, dentro de las cárceles hay todo tipo de abusos: pagar para sobrevivir, pagar tanto a otros delincuentes como a carceleros para que no les hagan daño, por todo pagan y si no tienen dinero pagan con obediencia indigna: es el infierno de esta vida, donde el espíritu de humanidad es verdaderamente atormentado hasta su extinción.

Según María Elena Morera, presidenta de Causa en Común (Le reclaman a la 4T: Defender prisión preventiva pone primero a los pobres, pero en la cárcel | Radio Fórmula (radioformula.com.mx), en México se tiene el mayor número de personas en prisión que se haya tenido en los últimos 15 años, ya que al día meten 300 personas a la cárcel sin saber si son inocentes o culpables. Esto lo hace el Gobierno federal de Morena o gobiernos estatales injustos, como el de Hidalgo, amparándose en la validez legal que se le dio al acto político llamado prisión preventiva oficiosa, que implica que una persona sea encarcelada sin la necesidad de una condena previa o una justificación del Ministerio Público, mientras se lleva a cabo el proceso en su contra: basta incluso una lejana sospecha o una mirada para convertirse en víctima de jueces, funcionarios y agentes.

Pero hay datos más graves: existen “130 mil detenidos en dos años en 21 estados, quienes son personas son inocentes ante la ley, pero la autoridad las detuvo y ha usado la figura de prisión preventiva para mantenerlas en la cárcel sin juicio y sin que se haya probado alguna acusación en su contra” Abuso de prisión preventiva ocurre porque Poder Judicial no funciona: AMLO (animalpolitico.com). El primer dato (dos párrafos atrás), basado en un informe del propio Gobierno federal, dice que sólo hubo 7,730 reclusos sin juicio, mientras que la información de este párrafo resulta de la investigación realizada por Animal Político e Intersecta. Por mucho que fuera exagerado el número, 130 mil, la posibilidad de su rango basta para mostrarnos una maquinaria de represión en marcha, como un jinete del Apocalipsis liberado por la 4T para oprimir al indefenso (El origen de los presos indígenas es la pobreza: Alberto Patishtán | Aristegui Noticias)

Porque, en efecto, eso es la cárcel: un acto político de represión contra la clase social más débil. La experiencia nos lo prueba: todos sabemos que los verdaderos delincuentes, los más peligrosos, están libres o los liberan en poco tiempo; no se diga de los delincuentes de cuello blanco, como se les llama a los grandes funcionarios y a los capitalistas con palancas e influencias: el averno de la cárcel es para seguir oprimiendo a los pobres, no a los influyentes, salvo las deshonrosas excepciones de las venganzas entre ricos.

Durante décadas se nos ha dicho y enseñado en las escuelas que el sistema penitenciario mexicano es un sistema ideado para la regeneración y la reinserción de los delincuentes en la sociedad, apresar a alguien es una especie de penoso tratamiento violento, legalizado y santificado por el sistema de justicia para curar el mal social que representa en delito. Nada más falso. Es totalmente lo contrario. Es, más bien, un sistema de control brutal sobre la población, un arma para mantenerla aterrorizada, temerosa y estresada todos los días, tanto, que hasta las mamás piden su auxilio para espantar al niño desobediente: le voy a decir al policía que te lleve. Bien vista, esta popular frase refleja la idea que el pueblo tiene del sistema de justicia y de sus guardianes: un espanto.

Pero todo esto no es una deficiencia del Estado o un fracaso corregible. Es su razón de ser, para eso fue creado, para oprimir, con un objetivo cruel: garantizar que la clase trabajadora no se organice, se desmoralice, pierda toda esperanza y siga generando ganancias al capital. Eso es lo que debemos entender, para la prisión preventiva oficiosa los pobres son siempre culpables, no hay presunción de inocencia que valga. Lo demás son ilusiones inyectadas por la propaganda de la clase opresora para ocultar el fortalecimiento creciente de su monstruo y sus crímenes.

Y ese es el horror que ahora defienden Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador al querer mantener vigente por mucho tiempo a su engendro, la medida política de la prisión preventiva oficiosa, contra la que la humanidad más solidaria se ha pronunciado desde sus orígenes.

Hoy ha quedado más claro que la dictadura de López Obrador ha sido y es la mejor abogada defensora del sistema que actualmente oprime al pueblo. Y también ha quedado claro que la postura antorchista de denunciar la medida y oponerse a ella, cuando se impuso al país, fue la correcta (La prisión oficiosa, el nuevo garrote represivo de la 4T (buzos.com.mx)

Los mexicanos debemos aspirar a tener un sistema de impartición de justicia bueno, noble, honrado y que realmente detenga la injusticia y la opresión contra los más pobres. Podemos tenerlo, pero hay que crearlo, porque, así como está sólo sirve a los ricos y poderosos. Sólo con la organización y fuerza del pueblo podrá transformarse auténticamente.

Ya hemos visto durante muchas décadas que con las actuales clases dirigentes eso no se logrará, por tanto, necesitamos cambiar la clase en el poder y la nueva clase gobernante sólo puede ser la de los propios trabajadores, los más humildes. Y eso también es posible crearlo, por supuesto.

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