Antes de la llegada de Otis Guerrero ya era un estado en crisis, el segundo estado con mayor pobreza de la república mexicana, con el 70% de la población guerrerense padeciendo algún tipo de pobreza. En Acapulco la informalidad supera al 60% de la población y la pobreza laboral está por encima del 35 por ciento. De acuerdo con el Coneval en 2020 casi 400 mil acapulqueños se encontraban en situación de pobreza y 126 mil en pobreza extrema.
Y Otis vino a agudizar estas condiciones tan graves y deprimentes que padecen en el puerto, por eso era tan importante contar con un fideicomiso como el FONDEN (los diputados le asignaban recursos cada año, que podía acumular en periodos con menos desastres, para utilizarlos como fuera necesario, con criterios técnicos específicos y sin limitarse por el ejercicio del presupuesto de un año).
Pero morena como en otras ocasiones, bajo el argumento de que había corrupción aniquiló esta herramienta que funcionaba, y que podía ser mejorada. Y como en otras ocasiones, sus acusaciones se quedaron como en la época del Santo Oficio que se acusaba sin fundamento y se condenaba a la muerte en la hoguera. Y en este caso tampoco vimos ni expedientes ni carpetas de investigación de los acusados por el supuesto desvío de recursos del FONDEN, algo que demuestre la supuesta lucha contra la corrupción que tanto cacaraquea morena y por el cual el FONDEN fue barrido de un escobazo por decreto presidencial, en noviembre de 2020.
Pero eso sí, que no quede duda que sí hay voluntad por parte de morena para crear nuevos fideicomisos: ahí están los que acaba de crear el Congreso para los militares y su tren Maya, mientras tanto que los acapulqueños más pobres, se rasquen con sus propias uñas.
“La agencia calificadora Fitch calculó en 16 mil millones de dólares las pérdidas catastróficas en Acapulco, mientras que las cámaras empresariales previeron dos años y hasta 300 mil millones de pesos para la reconstrucción”, López Dóriga digital, 23 de noviembre de 2023.
Mientras tanto, la cifra asciende a 50 muertos que dejó en Acapulco el paso del huracán Otis, según información oficial, que sabemos que dista mucho de la realidad, 58 desaparecidos, más de un millón de personas afectadas entre ellas 296 mil niños, más de 220 mil viviendas dañadas en Acapulco y Coyuya de Benitez, donde los daños serán mínimos para las grandes empresas, pero el resto de los trabajadores podrían tardar años para recuperarse.
A pesar de esto, recientemente el gobierno federal anunció a través de su secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, la entrega de 8 mil pesos de “apoyo” para limpieza y reconstrucción de viviendas y locales, leyó usted bien, 8 mil pesos para cada familia afectada por Otis, un huracán único en su género, de categoría 5 que golpeó Acapulco el pasado 25 de octubre, dejando a su paso cuantiosos daños y pérdidas humanas.
¿Para qué les servirán 8 mil pesos a las familias afectadas en Guerrero por Otis? Pues no creo que de mucho. Para nada podremos considerar este recurso como apoyo para reconstrucción de infraestructura, sobre todo porque los apoyos de monto reducido no sirven para reponer estructuras como techos, ventanas o puertas dañadas por el huracán, porque no alcanza.
La población de Guerrero tiene hambre y ese recurso seguro se lo comerán las familias, pero ¿cuánto tiempo les durará si es una miserable cantidad?, una o dos semanas tal vez. El gobierno federal morenista sólo entregará ese recurso, mientras invierte miles de millones en las obras faraónicas, capricho de AMLO.
El aeropuerto Felipe Ángeles, que opera actualmente en sólo una fracción de su capacidad (sin contar los costos de cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, NAICM), la refinería que no refina nada Dos Bocas y el Tren Maya tienen gastado 142 mil 189 millones de pesos más de lo previsto cuando comenzaron su construcción, verdaderos elefantes blancos de este sexenio (obras faraónicas diseñadas para ser vistosas y cuya construcción no cuenta con mayor justificación que la voluntad de aquellos que las impulsan, a menudo con fines clientelares).
Y para los afectados de Otis en Acapulco sólo 8 mil pesos que no servirán para nada, que son una verdadera bofetada a la inteligencia y necesidad de los acapulqueños en medio de tanta desgracia, y a todos los mexicanos que observamos estos espectáculos tan deplorables que protagoniza la 4T.
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