MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El legado fallido de AMLO

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El próximo 1 de octubre, México se enfrenta a un momento crucial en su historia política. Andrés Manuel López Obrador entregará las riendas del país a Claudia Sheinbaum, quien, incluso antes de iniciar su campaña, ha declarado abiertamente su intención de seguir la misma línea política de su predecesor. Esta promesa de continuidad, lejos de ser tranquilizadora, se perfila como una amenaza para el futuro de la nación.

El sexenio de López Obrador se ha distinguido por ser, sin exageración alguna, el peor de los últimos tres periodos presidenciales. Las políticas implementadas durante su mandato no sólo han fracasado en cumplir las promesas hechas, sino que han sumido al país en una crisis multidimensional que amenaza con profundizarse.

Claudia Sheinbaum ha dejado claro su compromiso de seguir las políticas de Andrés Manuel López Obrador, lo que genera inquietudes sobre la continuidad de un modelo que ha fracasado.

Uno de los fracasos más evidentes de la administración de AMLO ha sido en el ámbito económico. Durante su campaña, López Obrador prometió un crecimiento económico del 6 %, una cifra ambiciosa que generó expectativas irreales entre la población.

La realidad, sin embargo, ha sido devastadora. Según datos publicados por el portal Latinus, el crecimiento promedio durante su sexenio apenas alcanza el 1 %, una cifra que evidencia la ineficacia de sus políticas económicas y el estancamiento que ha sufrido el país bajo su liderazgo.

Otro aspecto alarmante es el crecimiento de la deuda pública. Durante años, el presidente negó sistemáticamente este aumento, en un claro intento de ocultar la realidad económica del país.

Sin embargo, en su último informe, se vio obligado a reconocer un crecimiento del 4.9 %, con estimaciones que apuntan a un 6 % para finales de 2024.

Este endeudamiento descontrolado hipoteca el futuro de las próximas generaciones y limita severamente la capacidad del Estado para invertir en áreas cruciales como educación, salud e infraestructura.

Pero quizás el fracaso más trágico y evidente de la administración de López Obrador ha sido en materia de seguridad. Su política de "abrazos, no balazos" ha resultado ser no sólo ingenua sino catastrófica.

Los datos son escalofriantes: según informes publicados por Latinus, durante el sexenio de AMLO se han registrado 196 mil homicidios, una cifra que supera con creces los 156 mil de Peña Nieto, los 120 mil de Calderón y los 60 mil de Fox.

El reciente caos en Sinaloa, con una semana de enfrentamientos que han dejado decenas de muertos, es solo el último ejemplo de cómo la violencia se ha desbordado bajo esta política de aparente no intervención.

La perspectiva de que Claudia Sheinbaum continúe con este modelo fallido es, francamente, aterradora. Las consecuencias a largo plazo de mantener estas políticas podrían ser devastadoras para México.

Un estancamiento económico prolongado no sólo aumentará la pobreza y la desigualdad, sino que también limitará las oportunidades de desarrollo para millones de mexicanos. 

La creciente deuda pública restringirá la capacidad del gobierno para invertir en programas sociales y de desarrollo, creando un círculo vicioso de subdesarrollo.

En materia de seguridad, la continuación de la actual estrategia podría llevar a México a un punto de no retorno, donde el crimen organizado gane aún más terreno, corrompiendo instituciones y erosionando el tejido social del país.

La falta de un Estado de derecho efectivo no sólo afectará la vida cotidiana de los ciudadanos, sino que también ahuyentará inversiones cruciales para el crecimiento económico.

Si Claudia Sheinbaum insiste en seguir el camino trazado por López Obrador, México se enfrenta a un futuro sombrío. 

El país necesita urgentemente un cambio de rumbo, no una continuación de políticas que han demostrado ser ineficaces y perjudiciales. La historia juzgará duramente a quienes, teniendo la oportunidad de corregir el curso, optaron por perpetuar un modelo que ha fallado a los mexicanos en todos los frentes.

El tiempo se agota, y el costo de la inacción podría ser irreversible para la nación.

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