Federico García Lorca, alguna vez, dijo que existen “almas que no ven el torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que tienen remedio” siendo de este tipo la mayor parte de los políticos mexicanos los cuales tampoco supieron cómo eludir el intento de restauración del viejo régimen político o no quisieron hacerlo.
Es en este orden de ideas que Roger Bartra público Regreso a la Jaula (marzo del 2021) del cual se exponen las ideas referentes a el misterio de las elecciones de 2018 buscando sea provechoso para el lector. Y sí resulta de interés, en ocasión venidera, se reseñarán los apartados faltantes: los primeros retrocesos y el fracaso.
Roger Bartra se asume como socialdemócrata, esto es, se arroga los postulados del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) continuados en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) por lo que acepta l
a democracia burguesa articulada con el mercado capitalista. Además, como sociólogo y antropólogo de la realidad mexicana, su visión pesimista tiene fundamento. Es pues su texto crítico pero alejado del interés de los más pobres de México.
La pregunta central del autor es: ¿por qué ganó López Obrador? Para lo cual explora la coyuntura electoral, así como duda de la supuesta astucia política, extraordinario carisma –sin que implique carencia en algún grado de estas cualidades– pero siendo insuficientes para responder a la cuestión de fondo.
De manera que tantea, con ánimo antropológico y de psicología social, la coyuntura electoral del 2018 y la caracteriza del siguiente modo (páginas 25 a 41):
1.A la mayoría de la población mexicana le preocupa sobrevivir, trabajar y ascender socialmente sobre el desengaño político o, de plano, este no es de su interés.
2.Los sentimientos de mal humor, resentimiento y desilusión, en ese momento, están presentes debido a que los sindicatos y organizaciones populares tradicionales pierden influencia y son marginados; la clase media sufre la corrupción de las diversas instituciones gubernamentales ante la creciente influencia del narcotráfico mientras los dirigentes de los diversos partidos políticos no aceptan sus derrotas electorales.
3.A dichos sentimientos contribuyen corrientes como el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y otros grupos con tendencia guerrillera.
4.En 2018, la mayor parte de la izquierda está dispersa en la sociedad y al margen de la política además es torpe e incoherente. Es una masa de votantes confusa y perpleja.
Ya desde 2006, se advierte que la izquierda se olvidó de interpretar el mundo y había sustituido las ideas por los sentimientos y las pasiones. Así, una porción de aquella propondrá un frente con el PAN. Otro segmento, con actitud romántica, se concentró en el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) pero sometido a los dictados de López Obrador.
5.En 2017-2018 se logra una alianza entre socialdemócratas y liberales centristas (Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano) cuya cabeza visible es Ricardo Anaya. Este Frente no tiene programa, pero busca “más libertad y menos desigualdad”, es decir, propone re articular los resortes del Estado de Bienestar y la seguridad social a través de un gobierno de coalición, ingreso básico universal, parlamentarización del sistema político y reorganizar las estructuras gubernamentales.
6.Por su parte, López Obrador con MORENA, después de un proceso de 10 años, gira hacia el viejo priismo para atraer a los sectores de clase media. Su programa es incoherente, pero ofrecía propuestas tangibles y concretas.
Es necesario indicar que el programa propuesto lo dicta Alfonso Romo, un multimillonario oportunista.
7.En cambio, el PRI oscila entre la restauración del autoritarismo y corrupción y la modernización en una versión tecnocrática. Por ejemplo, José Antonio Meade, el candidato, muestra una inclinación tecnocrática conservadora.
8.Sin embargo, los empresarios identificaron el programa de López Obrador por sus embrollos como ineficiente, incoherente y extremo por lo que su “retorica antineoliberal dejó de espantar a muchos y las televisoras privadas cambiaron su actitud hacia el líder”.
9.El Gobierno de Enrique Peña Nieto acusa de corrupción a Ricardo Anaya con lo que hiere de muerte al frente PAN-PRD.
Bartra explica que entre la población se extendió el descontento y, entre los candidatos, la desesperación. Pero, en la página 41 del libro, examina los resultados de las elecciones del 2015 en las cuales sufrago el 47% de los votantes. En estas, los tres partidos que impulsaban a López Obrador consiguieron tan solo 5.7 millones de votos mientras que en 2012 AMLO obtuvo 16 millones con un PRD unido, pero perdió ante más de 19 millones de electores de Peña Nieto. En síntesis, le faltaban a AMLO, por lo menos, 12 millones de votos por lo que Bartra deduce la existencia de pactos y acuerdos desconocidos que explican el resultado final de las votaciones del 2018.
En efecto, López Obrador paso de 5.7 (2015) a 30 millones de votos (2018) ¿Cómo obtuvo 24.3 millones de electores? Según Bartra ocurrió lo siguiente (páginas 45 a 60):
1.La actuación de López Obrador en los debates fue lamentable. Pero sus seguidores, anuncian el posible fraude junto con la promoción del voto útil.
2.La franja del 20% de los votantes indecisos, mudables y volubles se instaló en la desesperación y la rabia por lo que AMLO les convenció aunque, como se dice en la página 48, “quería dar un salto hacia atrás, para llegar a los bellos tiempos de un pasado imaginario…un retorno al México de los años sesenta y setenta”.
3.La ciudadanía empapada de priismo, así como de tedio y melancolía, aspiro a retornar a la “edad de oro”, al viejo autoritarismo pasado porque la modernidad y el neoliberalismo no satisfacían sus anhelos.
4.El Frente PAN-PRD atrajo contra sí los ataques y, sin desearlo, empujo al PRI hacia MORENA y AMLO como el hijo prodigo regresa a su origen político.
5.Así, se mezcló, en forma insólita, el tedio, hastío e indiferencia con la inteligencia y estupidez de los electores para seleccionar la opción menos inteligente. Y se prefirió, entre la clase media y los intelectuales, un camino accidentado y lleno de sobresaltos, pero divertido y truculento.
6.De esta manera en noviembre del mismo año, la empresa Indicadores SC, para Eje Central, realizo una encuesta telefónica de cuyo resultado se calculó lo que Bartra anota en la página 55: “el voto priista otorgo el 17.2% de los votos totales recibidos por MORENA; el antiguo voto panista le dio el 8.7 por ciento” Y a continuación en la misma página se pregunta acerca de cuáles fueron acuerdos pactados en secretos entre los operadores políticos de López Obrador con los sectores corporativos.
En consecuencia, se puede pensar –dice Bartra en la página 58– que la Cuarta Transformación, en realidad, es el cambio de la política del nacionalismo revolucionario que se ha encarnado sucesivamente en el Partido Nacional Revolucionario (PNR), Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ahora Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Además, todavía hoy, no se ha comprendido que la democracia política no es un mecanismo de superación inmediata de la pobreza, el atraso y la corrupción. Razón por lo que deseando esto se persigue aquella por parte de muchos interesados.
Por su parte, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador expone su hambre de gloria y poder, dice Bartra, en su habitar el Palacio Nacional y su entusiasta militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el cual se empapó de la cultura autoritaria que lo guía.
Sin embargo, el tema es contribuir al esclarecimiento de las causas y motivaciones que han llevado a los hechos hoy sufridos por los trabajadores del campo y la ciudad que indudablemente afectaran a los todavía no nacidos pero futuros mexicanos del Siglo XXI. En consecuencia, se continuará con esta reseña expositiva de este libro sin emitir todavía alguna crítica a su contenido.
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