MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El problema es el engaño y el chantaje

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Los apoyos de transferencia directa que da el Gobierno federal, son un gasto al consumo que implica el hecho de que la gente los ve pasar por sus manos para consumirlos casi inmediatamente, sea de manera directa, tratándose de algo en especie, o indirecta comprando consumibles a los productores de mercancías; es decir, que en realidad son éstos últimos los mayormente beneficiarios de este tipo de apoyos, porque así pueden realizar la plusvalía que contienen sus productos, toda vez que, al realizar la venta, sea al gobierno para que los reparta o al beneficiario de la beca que va y le compra, puede recuperar su inversión en salarios y medios de producción, más un incremento que ya en el intercambio conocemos como ganancia, pero que ha salido del trabajo de los productores directos. 

Por tanto, aunque sí pudieran ser verdaderos apoyos para la gente que los recibe, el problema es su uso engañoso y chantajista en favor del partido oficial y sus aliados.

Algunas publicaciones en la red llaman la atención porque presentan de manera gráfica, quizá sin proponérselo, el trato que pretende dársele al pueblo, por parte de los gobernantes cuatroteros, creyendo que éste es tan ingenuo en extremo que no se dará cuenta, más temprano que tarde. La primera se trata de la forma narrada de una receta para cazar vivos a los Jabalíes, en la que se describen las instrucciones que, en términos generales, consisten en buscar el lugar donde normalmente se concentran a comer y se les deposita comida, día tras día en el mismo lugar, mientras se va construyendo un vallado paulatinamente, de tal manera que a los Jabalíes se les hace normal encontrar comida sin esfuerzo y la presencia de humanos a su alrededor, hasta que finalmente queda construida la cerca sin que ellos se percaten porque han permanecido atentos a su alimentación sin prestar mucha atención a  lo que ocurre a su alrededor.  La otra es un cuento de humor negro donde se narra la ficción de que, en situación de calle y desesperados, los hermanos mayores convencen al más pequeño de donar una parte de su brazo para hacer un guiso con él, bajo la promesa de que le tocará la mayor parte del guiso.

A mi modo de ver, ambas explican, a su manera, el riesgo de no ser conscientes de lo que acontece más allá de los problemas individuales cotidianos. Como quiera que sea, las aprovecho para ilustrar mi planteamiento. Me explico: los apoyos, directos o indirectos, que da el gobierno son producto de los impuestos que pagamos todos los mexicanos, todos; y, por tanto, el gobierno tiene la obligación con todos, no sólo con los que los “siervos de la nación”, o promotores,  han seleccionado con criterio electorero; con base en eso mismo, también tiene la obligación de resolver las demandas y necesidades de la población en rubros como la vivienda, la salud, la educación , la obra pública, los servicios elementales, el empleo, los salarios remuneradores. 

Del hecho de recibir apoyos, no se desprende que los beneficiarios deban quedar sujetos a los caprichos o chantajes de los gobernantes, tampoco atados a la obligación de votar en las elecciones por los candidatos de su partido, esto, porque  reciben ese apoyo no como gracia, sino porque ya  previamente han cumplido su obligación de pagar impuestos; además, porque si tal condición se les impone,  le quita su carácter de apoyo y lo convierte en compra de conciencias, e incluso,  en algo penado por la ley que es la compra de votos, aunque sea por anticipado.

Por lo tanto, creo yo, lo malo no es que se otorguen apoyos directos al pueblo, sino que se le den a cambio de desmovilizarlo y negarle su derecho a mejorar sus condiciones de vida mediante el recurso de negarle obra pública y servicios elementales, así como su derecho a la organización, petición y manifestación libre de la ideas; que sean a cambio de quitarle apoyos que ya recibía antes como  el Seguro Popular, el Fonden, el Prospera; lo malo es el escaso monto que los hace insuficientes para resolver sus carencias; lo malo es el carácter sesgado de seleccionar a los beneficiarios  con carácter electorero, discriminando a millones de mexicanos que requieren el mismo apoyo pero se lo niegan por no ser afines a los interés del partido en el poder; lo malos es que se haya contratado a los miembros del partido oficial con dinero público, para levantar los censos de beneficiarios y hacer un uso proselitista con los mismos; lo malo es que se condicionen los apoyos a cambio de la lealtad de los beneficiarios con los gobernantes en turno y su partido; lo malo es, en fin, el engaño y el chantaje. 

La solución: no dejarse engañar, organizarse, politizarse y luchar por una distribución más equitativa y justa de la renta nacional, con el modelo de país que impulsa el Movimiento Antorchista Nacional.

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