Transcurre el tiempo de confinamiento y ya en plena Fase 3 de la pandemia no se nota la mano sensible y eficaz del gobierno de Cuauhtémoc Blanco para atender la emergencia sanitaria; sus recientes campañas publicitarias no se corresponden con lo que sucede en pueblos y colonias, pues poco impacto ha tenido en las comunidades la entrega simbólica de despensas del DIF estatal y más bien ha sido un compromiso que han asumido los ayuntamientos en diferente grado, a pesar de las limitaciones de recursos y programas que han tenido de los gobiernos federal y estatal.
El mentado pacto social anunciado con bombo y platillo también se ha quedo en un simple recurso publicitario, hasta hoy no se ve el interés y la iniciativa del Gobierno para convocar a todos los actores sociales, instituciones públicas y privadas, para unidos, encarar la pandemia y la crisis económica; a ojos vistos se observa el parón de la economía por el cierre obligado de negocios no esenciales (según las autoridades) y el consiguiente desempleo de miles de trabajadores que han dejado de percibir ingresos sin que haya quien les tienda la mano. Lo mismo sucede con las decenas de miles de familias que laboraban en el comercio informal y que han quedado desamparadas a su suerte, pues ningún apoyo contante y sonante se les ha ofrecido.
El Movimiento Antorchista Nacional ha levantado la voz de los desamparados y ha exigido un programa nacional de alimentación para paliar el hambre que ya está en los hogares más vulnerables. También hemos demandado y respaldado todo nuestro apoyo solidario para los trabajadores de la salud, de que les doten de los insumos y equipos necesarios para que salven el mayor número de vidas. Además, hemos advertido de la carencia del agua y de la falta de material de limpieza en zonas marginadas y carentes de los más elementales servicios públicos.
Nuestra voz se ha multiplicado en videos, fotografías, entrevistas de radio y perifoneos que se han llevado a cabo en diferentes puntos del país y del estado, de lo cual se ha dado cuenta en las redes sociales. Lo más reciente ha sido la campaña de poner ropa blanca en la entrada de los hogares como señal de auxilio y demanda de alimentos para las familias pobres y aquellas cuyos jefes de familia han perdido su trabajo en esta emergencia.
Pues bien, nada de eso ha sensibilizado a los gobiernos federal y estatal para orquestar verdaderos programas de apoyo a las familias necesitadas y no simples y limitados programas clientelares que sólo buscan la compra de conciencias. Por ejemplo, los programas de créditos anunciados por la Secretaría de Economía para quienes tienen pequeños negocios, ponen tantos requisitos que pocas personas pueden acceder a ellos. Asimismo, el programa federal de crédito por 25 mil pesos; resulta que el padrón de posibles beneficiarios ya estaba hecho desde hace más de un año por los llamados "siervos de la nación" de Morena, al grado de que se los están ofreciendo a personas que incluso no cuentan con negocio alguno y, con este argumento quedan fuera los que en este momento intentan acceder al programa para salvar sus pequeños negocios.
Así las cosas, el Movimiento Antorchista hace un llamado a unir brazos y voces a todos los morelenses que no han sido tomados en cuenta y que requieren de apoyos de diferente tipo para sortear la pandemia, que pongamos de manifiesto en los hogares la leyenda "en casa y sin alimentos", hagamos viral nuestra consigna. A la vez, convocamos a todas las organizaciones sociales que no han sido tomadas en cuenta por el Gobierno estatal a que luchemos juntos para que se destinen los recursos públicos necesarios y se atienda con prontitud la emergencia sanitaria y la crisis económica que nos afecta a todos. Con nuestra denuncia y exigencia salvemos vidas de la pandemia y el hambre que azota ya a miles de morelenses, es ahora, para después, ya será demasiado tarde.
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