Cuando uno pasa por las colonias Pitic, Los Lagos, La Joya y otras más, aquí en Hermosillo, Sonora, se puede observar un ambiente de seguridad, calles pavimentadas, jardines y parques arreglados, y, desde luego, con todos los servicios básicos de agua, luz, drenaje, alumbrado público y otros más.
Ah, pero cuando se transita por las Tres Reinas, El Chaparral, Café Combate y otras colonias ubicadas en el cinturón de la ciudad, el ambiente y el contraste es muy diferentes, se ve una desigualdad abismal, y no digo tanto por el tipo de casa que tenga cada quien, porque finalmente es la posibilidad real de lo que una persona puede construir, pero sí me refiero a la infraestructura de servicios básicos que debe tener una colonia, por pertenecer a una región delimitada que depende de una autoridad, que le obliga a pagar impuestos y otro tipo de aportaciones que van a las arcas del estado.
No es de extrañar que, en periodos electorales, los promotores de votos de cada partido se vayan como abejas sobre la miel a los sectores mas pobres y humildes, rara vez se puede encontrar alguno de esto en colonias donde vive la clase adinerada, y es porque sea como sea, aparte de que esta clase no necesita de obras ni de dádivas. No digo que la clase humilde los necesite, pero lo real es que, por su misma condición, estas dádivas surten su efecto, como gorras, playeras, mandiles, despensas o efectivo. Está mejor informada y hasta cierto punto mejor preparada para poder discernir cuando se le está engañando y cuando se les está hablando con la verdad. He aquí la razón de la gran necesidad que existe de seguir educado y politizando, como dicen coloquialmente, a la gente de a pie.
Pero decía yo, que esa gran diferencia que hay entre el sector adinerado y la clase humilde, en gran medida, es porque hay una marginación en la inversión de obra social, hay una resistencia real de los gobiernos en llevarles pavimento, agua potable, alumbrado público, áreas verdes equipadas y demás, mejor se le da prioridad a programas de asistencia social, como el caso de los implementados en Sonora por la Secretaria de Desarrollo Social, no digo que esté mal, ni mucho menos, solo que así como le ponen cierto énfasis en ir a hacer estudios socioeconómicos a las familias para ser candidatos a dichos programas, que consisten en darle mil pesos mensuales, en promedio, así deberían de hacerle también con la falta de servicios básicos, con la falta de red de agua potable, drenaje, pavimento.
Hay colonias que llevan más de 20 o 30 años en las mismas condiciones desde que fueron fundadas, caso real el Chaparral, Mirador y en Miguel Alemán, solo por mencionar algunas. No se ve la intensión de la clase gobernante de sacarlos de la pobreza.
Según datos del CONEVAL, de 2008 a 2018, la pobreza en Sonora, en vez de disminuir, aumentó en un 1.1 puntos porcentuales, pasando de 27.1 a 28.2, lo cual se traduce en 146 mil 100 personas más en un plazo e 10 años. Hasta el 2018 había poco más de 76 mil personas que no tiene acceso al agua potable, 239 mil 200 a la red de drenaje y 7 mil 900 a la luz eléctrica. (coneval.org.mx). para un estado que tiene una población que no rebasa los 3 millones de habitantes y con grandes riquezas naturales, como la agricultura, minería, pesca y otros, no debería presentar estos datos de pobreza.
Pero hay más. Del mismo periodo (2008-2018, sacado de la misma fuente), la carencia por acceso a alimentos en Sonora tuvo un aumento del 0.3 por ciento, que representan aproximadamente un total de 97 mil 900 personas. Ósea que, en esos 10 años, casi 100 mil personas tuvieron dificultad para adquirir alimentos. ¿de este universo, cuántos niños se durmieron sin comer, se fueron a las escuelas o tuvieron que dejar de estudiar para ponerse a trabajar y generar recursos económicos?
Ahora bien, imagine usted qué tan mal nos ha ido, pues el número de sonorense pobres aumentó de 774 mil antes de la 4T a 885 mil, esto es, 111 mil más en esta condición, tan sólo a fines del año pasado, según el último informe del propio Coneval.
La situación para la clase humilde es complicada, y si nos remontamos al pasado, la clase pobre es la que ha derramado sudor y sangre para que la clase rica y explotadora tenga en su mesa un plato de comida.
Por ello, los humildes no debemos conformarnos con las dádivas y programas pinchurrientos que el gobierno implementa con otros fines, menos el de sacarlos de la pobreza. Tampoco digo que deba rechazar las ayudas, pero vender la dignidad de su voto a cambio de un plato de frijoles…jamás.
Hay que exigir que se construyan vivienda digna, hospitales equipados, mejor calidad en el servicio de salud, mejores empleos. Antorcha propone cuatro ejes para mejorar las condiciones de todos los mexicanos, proponemos una mejor distribución de la riqueza de la siguiente manera: empleo para todos, salarios dignos, reorientación del gasto social y una política fiscal progresiva. Trabajemos y luchemos para el bien de todos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario