MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El teatro en México, un espejo social olvidado

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El teatro, como manifestación artística, nació en la Antigua Grecia no solo como entretenimiento, sino como una poderosa herramienta de expresión y crítica social, con su tres grandes dramaturgos griegos, Esquilo, Sófocles y Eurípides y sus obras clásicas. Hoy, sin embargo, esta forma de arte enfrenta desafíos en México, donde parece relegada a segundo plano tanto en las prioridades gubernamentales como en el interés de quienes producen contenido cultural.

En lugar de aprovechar el teatro para reflejar y cuestionar la realidad que enfrentamos, ninguna compañía teatral monta una obra de Moliere o de Shakespeare, simplemente buscan el beneficio económico, alejando al público de la profundidad que el arte puede y debe ofrecer?.

El Movimiento Antorchista se ha planteado una misión admirable: promover las Bellas Artes en México, incluidas en ellas el teatro, y luchar para que el acceso a estas expresiones no dependa del dinero ni a intereses políticos que se esmeran en que el pueblo tenga acceso a la cultura. Se busca que todos los mexicanos puedan disfrutar, practicar y, en su momento, profesionalizarse en disciplinas artísticas, sin que el costo sea una barrera. 

En una época en la que el acceso a la cultura debería ser un derecho, el Movimiento Antorchista lleva el arte a las comunidades, fomentando una conexión con las artes que rara vez ocurre en el país?. La reciente convocatoria lanzada por la Comisión Nacional Cultural para incentivar el teatro en los estados es un ejemplo de cómo nuestra organización moviliza a grupos y colectivos. 

Sin embargo, el contexto no es alentador: el presupuesto destinado por el Gobierno de México a la cultura en 2024 es de 16 mil 754 millones de pesos, un monto que representa una disminución real en comparación con años anteriores. Esta reducción implica que el gobierno no prioriza el arte y la cultura, un hecho que no sorprende, pero sí decepciona. 

El teatro, con su capacidad de unir lo estético de las artes plásticas y pictóricas con la profundidad del discurso hablado, se convierte en un vehículo necesario para dar voz a las inconformidades y demandas de la sociedad?.

El teatro puede ser un espejo crítico y un espacio para exigir justicia, y es lamentable que el mexicano promedio solo tenga acceso a espectáculos comerciales que, lejos de ofrecer contenido significativo, se limitan a una sátira superficial de la realidad social. Esto refleja una sociedad en la que la cultura se ha vuelto una actividad de las élites y donde el verdadero propósito del arte —provocar reflexión y cuestionar el statu quo— se pierde.

Es urgente que retomemos el valor del teatro en nuestra sociedad. No se trata solo de un entretenimiento o esparcimiento; es una herramienta poderosa que puede sensibilizar, educar y movilizar a la población, ¿O será precisamente por eso que no se fomenta?

Mientras el gobierno siga mostrando apatía hacia el fomento cultural, debemos ser nosotros quienes impulsemos y defendamos el teatro como una manifestación de nuestras luchas y como un derecho de todos los mexicanos.

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