Como es sabido por todos los que amablemente me leen, ya estamos en vísperas de las elecciones del año 2024, cuando se elegirán, por vía del voto popular, en primer lugar a la persona que representará a México desde la presidencia, 128 senadores, 500 diputados federales, nueve gubernaturas, 31 congresos locales, 1,580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales, ya vemos que varios personajes andan ya trabajando para alguno de estos puestos, visitando estados, captando líderes, tomándose fotos cuando tienen la oportunidad, sacando espectaculares (como los que aparecieron de manera simultánea en prácticamente todos los estados de la República Mexicana).
La mecánica ha sido siempre la misma, y algo que nunca falla es prometer ser el verdadero cambio, ser lo que la ciudadanía necesita, que con ellos al frente las cosas serán diferentes, pero ¿quiénes son estos personajes? Es aquí lo curioso y lo que llama la atención, las personas que andan haciendo campaña, son ya personas que en algún momento de su vida ya estuvieron o están en algún puesto público y sus resultados han dejado mucho qué desear.
Un ejemplo de ello es la ya conocida candidata de Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum, la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México desde 2018, para que lo sustituya en 2024.
“Tengo muy buena relación con la jefa de gobierno, quizá por eso no tengo que hacer muchas giras en la Ciudad de México porque la jefa de gobierno me aligera la carga, ella me representa muy bien, me siento representado por la Jefa de Gobierno, que es una mujer trabajadora, honesta, con convicciones”, palabras de López Obrador, pero ¿qué pasa en la CDMX con Claudia a la cabeza? Recordemos que la CDMX es el núcleo urbano más grande del país, así como el principal centro político, académico, económico, de moda, financiero, empresarial y cultural, con más de 22.1 millones de habitantes; en términos demográficos es mayor que las tres cuartas partes de los países del planeta, siendo el corazón de nuestro país, se visualizan un cúmulo de problemas: déficit de infraestructura, equipamiento y vivienda; alarmante delincuencia e inseguridad; congestionamiento vial; servicios de transporte insuficientes; contaminación del ecosistema; ineficacia de la planeación; inadecuación de su gestión administrativa, entre los principales.
Lo anterior es un reflejo espacial del subdesarrollo, caracterizado por los exiguos ingresos e insuficiente escolaridad de la población, el desempleo abierto, la elevada precariedad laboral y, como corolario, la existencia de amplios estratos de personas que viven en situación de pobreza, es precisamente en la CDMX donde se puede observar más aún la abismal desigualdad que separa a los estratos sociales que perviven en nuestro sistema.
Uno de los recientes sucesos que hicieron que los mexicanos viéramos nuevamente a la metrópoli fue lo ocurrido la mañana del 7 de enero del año en curso, un choque de trenes entre las estaciones La Raza y Potrero del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM), el cual, según las declaraciones de la Fiscalía de la CDMX se debió a una quema deliberada de cables y a negligencia por parte del conductor, en donde el recuento de los daños dejó una joven sin vida y 106 personas lesionadas, ¿realmente esto pasó?
Sabemos que la actual política de austeridad del gobierno de Morena (ahorrar lo que más que se pueda) ha quitado recursos a rubros que son importantes para los capitalinos, incluida la inversión al mantenimiento del metro, medio de transporte más utilizado, y esta es la verdadera consecuencia. A muchos se les hace raro que pase esto cuando se supone que está a la cabeza una mujer preparada y que se precia de ser honesta, trabajadora y responsable, ha permitido que la corrupción se traduzca en víctimas de carne y hueso.
No basta tener buenas intenciones ni poseer un doctorado para gobernar bien una ciudad tan grande como la CDMX. Ya se acercan las elecciones y debemos de razonar bien nuestro voto, poniendo en una balanza lo que han hecho por los mexicanos los candidatos, debemos razonar conscientemente, hay que recordar que una persona que no es capaz de resolver los problemas de su propia casa, ¿creen que podrá solucionar los problemas de 32 numerosas casas más? Es cosa de pensar en serio, amable lector.
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