MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Chiapas la crisis se refleja en pobreza y marginación

image

La imagen descarnada de la crisis rural y la pobreza se expresa con toda claridad en las entidades tradicionalmente más pobres de México.

Hasta el año pasado, el 6.4 % de la población padecía inseguridad alimentaria grave, es decir, cerca de 8 millones 189 mil personas. El centro y el sureste del país concentraban y concentran a la fecha una gran parte de los casos de hambre.

En Chiapas, el 30.2 % trabaja en el campo y el 59.6 % se emplea en el sector terciario. A esto se agrega que una gran cantidad de campesinos ha emigrado para trabajar en Estados Unidos.

En Chiapas, aun cuando se reporta una reducción, la proporción de pobres y pobres extremos en conjunto apenas pasó del 77 % del total de habitantes en 2008 a 76.4 % en 2018. Esto significa una disminución de pobreza de menos de un punto porcentual en 10 años.

En esta entidad del sur, ocho de cada diez habitantes son pobres o pobres extremos, según la cifra actualizada hasta el año pasado. Proporción casi igual a la que se registró cuando la pobreza total afectaba al 77.0 % de la población, lo que revela el poco impacto que han tenido las políticas públicas de desarrollo social y el supuesto combate a la pobreza por los gobiernos. Además, se eleva la crisis en el campo chiapaneco, el hambre y la inseguridad.

No nos queda duda de que Chiapas es un estado con muchas riquezas naturales, por su diversidad en la fauna que lo caracteriza, sus ecosistemas variados, la minería y las plantaciones de café y cacao.

Es territorio fronterizo con Guatemala, al este, y su costa está bañada por el océano Pacífico. Pero la pobreza y el hambre son alarmantes; aún no llegamos a ese equilibrio que le permita a la entidad salir de la crisis que vive desde muchos años atrás.

En México, desde finales de los años sesenta, comenzó a hablarse de crisis agrícola y rural. Hoy, la crisis adquiere nuevos rasgos que se expresan en la profundización de la pobreza y desigualdades sociales; la exclusión, el hambre, las migraciones internas e internacionales, así como la instauración más agresiva del capitalismo como un modo de acumulación de la riqueza en pocas manos, que pone en riesgo la vida de miles de seres humanos.

Chiapas es un ejemplo vivo de las consecuencias de la crisis, un estado que arrastra un esquema productivo dominado por cultivos tradicionales, con una población de campesinos e indígenas muy significativa, pues es equivalente a 957 mil personas que representan el 26 % de la población total, habitando principalmente en los municipios de Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, Chilón, Chamula, Tila, Las Margaritas, Salto de Agua, Palenque, Oxchuc, Tenejapa, Zinacantán, Tumbalá, Chenalhó, Tuxtla Gutiérrez y Yajalón.

Además, la entidad prácticamente concluyó su reforma agraria en el año 2000, con fuertes rezagos sociales y con casi el 75 % de su población en condiciones de pobreza.

En Chiapas, la crisis se refleja en la caída de la producción y en el valor de ésta, lo que se observa en la aportación que hace el sector agropecuario en la generación de riqueza, que es de 1.5 % al PIB nacional, con lo que ocupa la posición 19.

También lo podemos ver en la cantidad de población que trabaja en el campo, que en los últimos años ha venido disminuyendo; ahora hay más trabajadores en el comercio y en los servicios que en la agricultura.

El 30.2 % trabaja en el campo y el 59.6 % se emplea en el sector terciario. A esto se agrega que una gran cantidad de campesinos ha emigrado para trabajar en Estados Unidos.

Y es precisamente el modo capitalista de producción, que ha permitido, ahora sí mediante procedimientos “legítimos”, mediante mecanismos “económicos”, continuar el saqueo de las riquezas naturales.

Las masas populares, pobres y marginadas de la Tierra, no pueden hallar solución a sus penurias y carencias dentro del modo capitalista de producción, no pueden mejorar su situación mientras vivan en un régimen donde imperen la propiedad privada y la economía de mercado, es decir, el afán de lucro de la clase dueña del dinero y de los medios de producción. Como señalaba Marx, “los males de los pobres no tienen salida dentro del capitalismo”.

La única forma es seguir el ejemplo de aquellos países que han decidido buscar una solución para las masas explotadas y sometidas mediante la construcción de una sociedad nueva que permita una mejor distribución de la riqueza y mayor justicia social, y como lo ha propuesto nuestra organización: hay que emprender de inmediato la organización, educación y preparación de las masas para alcanzar el cambio que necesita nuestro país.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más