Como es del dominio público, porque los medios de comunicación han dado a saber los indicadores que emite el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y el mismo gobernador Mauricio Vila Dosal ha reconocido, en diferentes ocasiones, que en Yucatán la población en pobreza extrema registró un alza de 6.5 a 11.3 puntos porcentuales en los últimos 3 años, es decir, que ahora hay más yucatecos que no cuentan con lo indispensable siquiera para comer.
En general, en lo que va de la administración de Vila Dosal, en Yucatán la pobreza aumentó a un 49.5 por ciento, según lo reconoció el Secretario de Desarrollo Social, Roger Torres Peniche; por lo mismo, expuso que en el último censo, el estado pasó de 993 mil 200 pobres, que representaban el 44 por ciento en 2018, a un millón 156 mil 900, en 2020, por ello la cifra ascendió a 49.5 por ciento, es decir, 164 mil yucatecos más pasaron a vivir en situación de pobreza, con rezago educativo, carencias de servicios de salud, sin acceso a seguridad social, sin vivienda, ni servicios básicos y una alimentación que adolece de ser nutritiva y de calidad, además de la precariedad laboral y el encarecimiento de precios de la canasta básica debido a la inflación.
Y mientras la pobreza se ceba con el 50 por ciento de la población que la padece en la entidad, el gobierno panista propagandiza que entrega recursos diversos, a través de varios programas, para apoyar a los yucatecos que más lo necesitan. Al estilo lopezobradorista, de forma directa, sin intermediarios, según ellos, pero estos no son para los campesinos pobres. Por ejemplo, se entrega maquinaria a los ganaderos pudientes, y diversos apoyos en presencia de los dirigentes de las uniones ganaderas y de dirigentes de la cámara de la construcción.
Además, que a las organizaciones representantes de los empresarios y de los ganaderos, se les atiende expeditamente, también son invitados en los actos oficiales, en primera fila, en el presídium. Al mismo tiempo a los campesinos pobres se les dice que no necesitan organizarse, que los atenderán directamente, argumentándoles que el gobierno no atiende a organizaciones, aun cuando éstas representen a los más humildes.
En cambio, sí se les engaña y se les dice que hagan su solicitud individualmente, pero no se le entrega las listas de programas a los que pueden acceder ni los catálogos de precios de los insumos y de las herramientas que se otorgarán, y siempre están a la espera de los apoyos que nunca llegan.
Y no son los únicos. A los artesanos igual se les dice que se apunten y que soliciten, pero no se les da ninguna seguridad y es la fecha en que no reciben ningún apoyo. Los yucatecos que requieren una vivienda tampoco ven futuro en sus gestiones, aun cuando cubren los requisitos y llenen los formatos.
Las acciones del gobierno son superficiales, aparentan una preocupación por resolver los problemas de la pobreza y la marginación en el estado, pero en el fondo no resuelven absolutamente nada. No es una casualidad que mientras el gobernador anuncia la entrega de apoyos, la realidad se hace presente con más pobres en la entidad.
Es por eso, que el pasado 21 de abril, los antorchistas marchamos por las principales calles de la ciudad de Mérida para exigir nuevamente que se atiendan las demandas de la gente humilde del interior del estado y de la zona metropolitana que tiene carencias y necesidades básicas que por ley deben ser resueltas, pero que el Gobierno de Yucatán se niega a atender. Por eso, al no haber respuestas, continuaremos exigiendo soluciones.
Hoy que las cosas son calamitosas para el pueblo trabajador, porque la situación económica es difícil y complicada y porque las clases gobernantes, sin importar el partido político al que pertenezcan, no tienen ningún interés en mejorar la suerte de su pueblo trabajador, es preciso recordar que en los momentos de mayores dificultades hay que prepararse, educándonos para conocer los fenómenos sociales que hoy se nos presentan reconociendo a los enemigos de clase en el poder y organizándonos para lograr que el gobierno sea del pueblo y no de charlatanes y figurines que soló salen a visitar a la población cuando hay elecciones, pero en cuanto llegan al poder se olvidan de ellos y con mucha facilidad los desconocen.
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