Cada nuevo período electoral, la población tiene la esperanza de que el nuevo gobierno accione a favor de las mayorías; eso de haber elegido a personas que, probando a las de todos los colores, nos llevará a un mejor futuro en nuestras vidas de manera inmediata.
Los habitantes de Guadalcázar, San Luis Potosí, todavía tenemos la esperanza de que cambie la desfavorable situación económica y social en nuestras vidas, de que se erradique la enfermedad, el hambre, el desempleo y de la falta de centros educativos, también las condiciones en materia de seguridad; es decir, los males que en la cruda realidad estamos viviendo como sociedad, pero que, por desgracia, se recrudecen más en nuestro municipio tan desigual en oportunidades.
Hace más de 40 años que los pobres del país, organizados en el Movimiento Antorchista, enarbolamos un proyecto político de unión entre los más desfavorecidos para luchar por mejores condiciones de vida para los humildes, mismo que pudimos cristalizar a pequeña escala con el triunfo electoral en algunos municipios del país en los que, desde esta modesta posición hicimos realidad gobiernos encabezado por los más pobres que concretaron cosas verdaderamente sorprendentes en poco tiempo con acciones que lograron no sólo cambiar el rostro de las comunidades, transformándolas en municipios con obras y servicios de los que la ciudadanía había carecido siempre, lo cual los puso a la altura de los mejores por la calidad de vida de sus habitantes; sino que además los embelleció notablemente con infraestructura puesta al servicio de toda la población, así como que pudo dotarlos de escuelas, centros de salud y oportunidades reales de largo plazo para el desarrollo de los descamisados.
Con organización y lucha, los pobres lograron solución a demandas muy importantes para los campesinos, amas de casa, estudiantes, pequeños comerciantes, jornaleros; lograron que sus demandas fueran escuchadas y atendidas por los gobiernos en turno que, pese a todo, mostraron un poco de sensibilidad y de respeto por el derecho de organización y petición consagrados en la constitución.
Pero hoy, empezando por el Gobierno federal, no sólo no se respetan estos derechos humanos fundamentales, sino que se atacan directamente, calumniando y agrediendo, a todo tipo de organización social; además, se llevan a cabo acciones que aclientan electoralmente a la gente tratándola como simple receptora de ayudas de papá gobierno que no resuelven de fondo el problema de la pobreza y desigualdad sociales, pero que sí desmoviliza, desorienta y engañan al pueblo, dándoles un pescado a cambio de quitarle sus herramientas para pescar porque así es más fácil su manipulación. Por eso el pueblo de Guadalcázar y de todo el país, lo que necesita verdaderamente es seguir uniendo sus fuerzas, seguir educándose y construyendo su organización.
El panorama mundial y local no deja lugar a dudas, el camino de la transformación profunda de las circunstancias que hacen posible esta sociedad desigual en que vivimos, en la que unos cuantos concentran en sus manos la riqueza que producimos entre todos con nuestro trabajo, requiere que gobierne el pueblo, y que con acciones concretas distribuya de forma más justa y equitativa la riqueza social. Para eso necesitamos seguir organizados y luchando. Adelante Antorchistas. Hasta triunfar.
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