Ante un inminente aumento de contagios y muertes por Covid-19 en Estados Unidos, el presidente Joseph Biden sigue su marcha sin freno para el regreso a clases presenciales; en un discurso que dio el pasado jueves 9 de septiembre, presentó un programa de seis puntos para enfrentar el impacto de la pandemia, cada vez más letal para nuestro vecino del norte, medidas que comprueban su decisión sin marcha atrás para el retorno a las aulas.
Y la realidad no pinta nada bien para Estados Unidos; para el corte de la semana que recién concluye, se registran más de 663 mil decesos; aproximadamente 1 de cada 500 estadounidenses ha fallecido por el mortal virus SARS-CoV-2, informó The Washington Post.
“Aunque el número de muertos por coronavirus supera la imaginación, aún más impresionante es la letal eficiencia con la que la enfermedad ha afectado a negros, latinos, nativos estadounidenses y nativos de Alaska en sus treintas, cuarentas y cincuentas", añadió el informe.
Y sigue: "Muchas personas no cuentan con un médico al cual visitar de forma regular debido en parte a una importante escasez de proveedores de servicios médicos en las comunidades de color. Si cuentan con un médico, esto puede costar demasiado dinero para una consulta incluso si están aseguradas. Hay barreras de idioma para quienes no hablan inglés con fluidez y temor a la deportación entre los migrantes indocumentados".
Y así es, recordemos que miles de nuestros hermanos mexicanos que allá viven, no dominan el inglés, no es raro que desde temprano un gran puñado de ellos salen a sus labores, se comunican lo básico con sus compañeros de trabajo y al salir retornan a sus hogares sin más contratiempos y distracciones; y así, todos los días se mueven en la casi clandestinidad para evitar ser sospechosos por la autoridad y una posible deportación. En medio de todo esto, las posibilidades para atenderse hasta de una simple gripe se vuelven nulas, porque sale “un ojo de la cara y la mitad del otro”.
El tema central del discurso de Biden, fue que caracterizó el creciente número de infecciones y muertes como una “pandemia de los no vacunados”, frase que ya es parte de la propaganda de su administración, acotando que el 75 por ciento de la población de 12 años en adelante ya ha sido vacunada. Ahora se arroja sobre las personas que no han recibido la vacuna y se niegan a hacerlo, en lugar de cuestionar las formas del propio sistema capitalista que impera su país, ¿es acaso culpa solamente de la gente que no se quiere vacunar? La respuesta es no, pues no dejemos de lado que la manipulación del pueblo a través de un sistema político-económico, con sus herramientas como los medios de comunicación, han traído como resultado deterioro en la forma de concebir la realidad, para adoptar una propia para cada individuo; ello se refleja en que muchas personas no crean en la existencia del Covid-19 y que la vacuna es una forma de dominar por parte de las élites poderosas, sin ningún sustento científico.
Y bien, nuestro país no está muy lejos de esta situación que se vive en aquella parte de Norteamérica. Aquí también tenemos un presidente que pidió regresar a las aulas, en medio de un panorama donde las escuelas han sufrido daños por el largo periodo de abandono, han sufrido saqueos, y ni siquiera hay agua en muchas de ellas; peor aún, se pide un retorno a las escuelas sin vacunas para los adolescentes y niños, quienes son los que más riesgos presentar ante el virus.
Aquí también se le echa la culpa a los que no se cuidan o no se vacunan, pero no hay un interés medular en concientizar al pueblo más pobre, que es también el más ignorante; ¿se acuerda, amigo lector, cuando López Obrador decía que nos abrazáramos, que no pasaba nada o cuando minimizó la gravedad del coronavirus, diciendo “es apenas una pequeña gripe”? Desde ese tipo de mensajes se manipula a la gente para que no se preocupe y por lo tanto, no se cuide. Así es como la gente puede tener la libertar de no vacunarse, de no creer… de no exigir que el gobierno la cuide, como es su deber hacerlo. Y es con ellos que en nuestro país van más de 270 mil fallecimientos por el ataque de virus SARS-CoV-2 y un gobierno federal que va lento en las vacunas y las que ya hay, las oculta.
Amigos lectores, los invito a analizar, a pensar, a comparar lo que pasa en Estados Unidos y con nuestra patria, el segundo se está volviendo un reflejo del primero, como un espejo. No estamos aliados con un país que crea en la libertad y en la seguridad de las masas, sino que cada vez están siendo víctimas de las malas medidas, de la indiferencia, y estamos los mexicanos en el mismo camino, gracias a la 4T. Rompamos el espejo, podemos revertir los graves daños que nos igualan con nuestro país vecino.
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