“Hay que mantenerse siempre firme, siempre fiel a la lucha por los pobres y nunca traicionar a Antorcha, aunque dejemos la zalea en la alambrada, pero nunca salirnos de la organización”. Así platicaba Humberto Gutiérrez Corona, fundador del Movimiento Antorchista en San Luis Potosí, a los campesinos del ejido La Concordia del municipio de Armadillo de los Infante, cuna de Antorcha en la entidad, allá por los años ochenta.
Humberto de profesión biólogo, desde muy joven decidió trabajar y luchar por los más desprotegidos de la entidad, él era originario del estado de Colima, pero la organización social a la que se integró ya como profesionista, le dio el encargo de trabajar en San Luis Potosí, dado que radicaba en este estado en la zona desértica del altiplano, realizando trabajos de investigación de su profesión; y tenía contacto con la gente del campo, con los potosinos más pobres y marginados. Así llegó con los campesinos de Armadillo, acompañado de un servidor, para formar el primer grupo antorchista potosino.
Años después se le pidió que se fuera a la Ciudad de México para apoyar las luchas de los habitantes de las colonias marginadas en la capital, y sin ninguna queja se fue, junto con su familia, a trabajar por la gente de la metrópoli. Años después por su destacado desempeño, su fidelidad, limpieza y honradez en las tareas que se le encomendaron dentro de las filas de la organización social trabajó como funcionario del Ayuntamiento de Chimalhuacán, encargo que desempeñó con esmero y dedicación; sin embargo, en abril de 2009, falleció en un trágico accidente automovilístico.
Hoy, a más de una década de su ausencia, los antorchistas lo sentimos más vivo y presente en los recuerdos de miles de mexicanos que lo conocimos; y que nos guía, para alcanzar una forma de vida entregada a las causas más nobles de nuestro país; en medio de tantas injusticias, abandono, miseria, enfermedad y muerte que padecen millones de mexicanos. Humberto es un héroe civil. A quien recordamos los antorchistas cada 6 de junio, fecha en que conmemoramos a nuestros compañeros caídos de todo el país, con un homenaje póstumo en Tecomatlán, Puebla; cuna del Movimiento Antorchista nacional.
En esta fecha también recordamos al joven Jorge Obispo Hernández, indígena de la sierra de Tamazunchale, quien fuera cobardemente asesinado por un grupo de sicarios mandados por la ultraderecha mexicana, el 01 de julio de 2006, al interior del domicilio donde se hospedaba en ocasiones el secretario general de Antorcha, Aquiles Córdova Morán, en el Estado de México.
En marzo de 2008 falleció en un lamentable accidente automovilístico en un tramo carretero del municipio de Salinas, Anastasio Lara Rodríguez, viejo antorchista potosino a quien con cariño lo recuerdan campesinos de Matehuala, Villa Hidalgo, Armadillo y Cerritos, por su entrega hasta el final en la lucha por la causa de los pobres.
La terrible pandemia de la covid-19 que, debido a un mal manejo del Gobierno federal de la 4T, para evitar los contagios y tratar a los enfermos, y que ha causado la muerte de más de 700 mil mexicanos; también afectó fatalmente a varios de nuestros destacados y queridos compañeros. A don Rubén Díaz Espinoza, presidente municipal de Santo Domingo -noviembre de 2020- y a la profesora Juana Francisca Hernández, en febrero de 2021.
Por último, aún sentimos la pérdida de nuestra querida compañera, María Teresa Saavedra Avilés, fallecida - en octubre de 2022- por su enfermedad que cargó mucho tiempo, pero que hasta el último día de su existencia trabajó y luchó a favor de los campesinos de Guadalcázar que aún la recuerdan con cariño. Por todos ellos, por su fidelidad, por su entrega a los suyos. Gloria eterna.
En todo el país, el antorchismo este 6 de junio recuerda a sus caídos y a sus mártires. Y en su recuerdo pedimos justicia para quienes han muerto asesinados por manos cobardes y criminales; por las balas de políticos y gente de poder sin alma, que no se tienta el corazón para vejar con saña, torturar y matar a nuestros compañeros activistas, que su único mal, es la entrega diaria de vida por lograr una patria donde exista la paz; que no exista pobreza y desigualdades; donde los mexicanos podamos hermanarnos en el trabajo y solidaridad para llevar a México al progreso y bienestar.
Por eso, hoy, los antorchistas exigimos justicia por la muerte de nuestros compañeros activistas del estado de Guerrero, los esposos Conrado Hernández y Mercedes Martínez, y su menor hijo de escasos 5 años, quienes fueron brutalmente asesinados el pasado 12 de abril, por manos criminales de gente de poder económico y político en aquella entidad sureña, que se siente afectada por la loable labor política de nuestros activistas. Por eso, los antorchistas, este 6 de junio, cargando con nuestros caídos, con nuestros mártires; nos trasladaremos hasta la capital de aquella entidad para exigir justicia y cárcel para los asesinos. ¡Ni perdón ni olvido!
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