México se ha convertido en la referencia regional del desastre desde dos perspectivas: las contingencias naturales- terremotos, inundaciones, huracanes, tormentas, incendios forestales y deslaves, entre otros- y el otro caos que suponen ineficientes estructuras gubernamentales para canalizar los recursos con el programa Fondo para la Atención de Desastres Naturales (Fonden): un programa que debiera paliar los efectos adversos de fenómenos de la naturaleza- también daños por omisiones, irresponsabilidades y negligencia humana- con recursos frescos y bien canalizados en las etapas posteriores a la contingencia: recursos para atender reconstrucción de infraestructura, bienes de los afectados y suministrar auxilio, recuperación y asistencia a la población en situación de desastre para iniciar una nueva vida.
La referencia mundial en materia de desastres es ilustrada por el Banco Interamericano de Desarrollo, al asumir que la región de América Latina y El Caribe conoce bien la devastación ocasionada por huracanes, inundaciones, terremotos, deslizamiento de tierra y erupciones volcánicas, en los últimos 10 años, los desastres naturales han dejado un saldo de más de 50,000 muertos, 40 millones de damnificados y daños directos que superan los 30 millones. La experiencia ha demostrado, que los desastres causan un impacto irreversible.
Con la finalidad de hacerle frente a esta situación, se creó el Fonden, era un fideicomiso financiero. Originalmente fue creado como un programa del ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación de 1996, quedando con capacidad operativa en 1999 cuando se emitieron sus primeras Reglas de Operación.
Su principal objetivo atender las consecuencias derivadas de los eventos naturales, mismo que debido a su magnitud, superaran las capacidades de los estados. El dinero que pudiera ser otorgado a las entidades, el Gobierno estatal o dependencias federales tenían que valorar la situación para hacer una declaratoria de desastre y emergencia según sea el caso, con lo que segob daría facilidades para obtener los recursos.
En el caso de la declaratoria de desastre, Gobernación liberaría los recursos, además de comprometerse a cubrir totalmente los costos de reconstrucción, y el estado o participar hasta con un 50 por ciento, dependiendo del tipo de infraestructura a reparar.
Respecto a la declaratoria de emergencia, Segob destinaría los fondos para dar prioridad a la salvaguarda en materia de salud a la población afectada, con la adquisición de alimentos, medicinas y artículos de higiene personal. El estado solo recibiría la ayuda en especie, no en efectivo.
Sin embargo, a pesar de lo indispensable del fideicomiso para atender Desastres Naturales; el Gobierno de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador, a través de la Cámara de Diputados con mayoría de extracción morenista, el mismo día que se anunciara el huracán Delta con categoría 4, el 8 de octubre de 2020, aprobó la desaparición de 109 fideicomisos y fondos que contenían 68 mil 478 millones de pesos, entre ellos el FONDEN, al corte del segundo trimestre de 2020, en dicho fideicomiso que supone un mecanismo de estabilización presupuestaria había 6 mil 861 millones de pesos.
¿Por qué desaparecerlo? Según Andrés Manuel López Obrador; “porque había elementos suficientes para sostener que era una caja chica para funcionarios que compraban de todo sin licitar a precios elevadísimos. Donde se utilizaban miles de millones de pesos. Había gente que vivían de venderle a gobernación, hacían buenos negocios”. Eso dijo cuando defendió el 7 de octubre del 2020 su desaparición de los fideicomisos.
En conferencia de prensa Eduardo Reinoso, Director General de Evaluación de Riesgos Naturales (ERN) advirtió – “va a ser una cosa muy grave”, “simplificará conflictos sociales, y aumentará la pobreza al no contar con recursos emergentes”.
Desaparece FONDEN, en plena contingencia por el huracán Delta. México es uno de los 10 países a nivel mundial que presenta más pérdidas derivadas de fenómenos naturales (Forbes).
Cada año en México, los desastres naturales provocan en promedio la pérdida de 700 millones de dólares y 100 vidas humanas- de acuerdo al dato del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED).
El 3 de noviembre del 2020; 24 Horas entrevistó a Laura Velázquez, titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil. Dijo que los recursos antes del Fondo de Desastres Naturales- “ahora todos los insumos son entregados por el gobierno federal a través de la secretaría de la Defensa Nacional y la Marina directamente a los afectados”
¿Y cuál ha sido la consecuencia? ¿Dónde están esos recursos que no llegan a los damnificados? ¿Se acabó la corrupción como dice el presidente López Obrador?
En nuestro país hay un desastre, provocado por el gobierno de la 4T. Ahora ya no hay recursos para atender las emergencias, porque se tomaron de Banobras para comprar por Pemex a Shell Refinería por 600 millones de dólares. (Refinería Deer Park), la cual tiene una deuda de 980 millones de dólares.
Ramsés Pech, experto en energía y economía, explicó que Banobras no tendría dinero para 2022 y financiaría obras de infraestructura al utilizar esos recursos para refinería.
Es del conocimiento nacional y mundial, los gravísimos desastres, y cuantiosos daños a la población por desastres naturales, aunado a los desastres causados por negligencia humana como el derrumbe de la línea 12 del metro.
Hemos sido testigos que, por el cambio climático, han aumentado fenómenos meteorológicos extremos y mortales, por lo cual miles de familias han perdido sus hogares, medios de vida y hasta seres queridos; como resultado de huracanes, ciclones y terremotos. Como consecuencia, han sufrido estragos por desastres, y la pobreza se ha acrecentado. No hay fuentes de empleo suficientes, hay mucha inseguridad, no hay apoyo para vivienda popular. Y el slogan “Primero los pobres”. Primero los pobres que se queden en desgracia.
Los más recientes desastres por los huracanes y ciclones-“Delta”, “Grace”, “Nora” afectando a varios estados: Tabasco, Q. Roo, Yucatán, Campeche, Veracruz, Puebla, Estado de México, Hidalgo, Tamaulipas, entre otros; y por último el terremoto con categoría de 7.1, con epicentro en Acapulco Guerrero.
Es una cuestión de justicia: las personas que viven en situación de pobreza resultan más afectadas; el gobierno de la 4T, debería estar contra reloj para tomar las medidas precautorias y ayudar a los damnificados. Es una obligación hacerlo, puesto que maneja los recursos del pueblo. Pero como es costumbre del presidente; mentirle al pueblo que lo va “ayudar”; en los hechos se quedan esperando su “famosa ayuda”; que nunca llega.
Por esta cuestión, es el mismo pueblo pobre que se conduele de sus hermanos en desgracia; han puesto centros de acopio encabezados por el Movimiento Antorchista, para ayudar a damnificados; se quita un pan de la boca para mandarlo a quien lo necesita.
Ante este panorama, no les queda otra alternativa a los pobres del país, más que luchar como un solo hombre, como un solo ideal, con un solo frente único, para obligar al gobierno que cumpla con los apoyos, y por la otra, estar alerta ante las condiciones climatológicas.
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