Mientras la mayoría de los mexicanos centran su atención en distracciones promovidas por el Gobierno lopezobradorista, se pierden temas de relevancia que revelan la gravedad de la situación nacional. La inseguridad, el narcotráfico y las desapariciones son sólo algunos de los problemas que pasan desapercibidos ante los ojos del público, opacados por el discurso oficial.
En este contexto, Carlos Slim Helú, uno de los empresarios más influyentes de México, emitió declaraciones contundentes en la XIX Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, llevada a cabo en Monterrey, Nuevo León.
Las pensiones no son un regalo del Gobierno, sino el resultado de los ahorros de toda una vida de trabajo, y se deben entregar por ley.
En su participación, Slim expresó su desacuerdo con el ingreso que reciben los jubilados en el país, afirmando que "se está dando mucho ingreso a los jubilados de México", aunque no sugirió reducir las pensiones.
Esta postura llama la atención, especialmente considerando que en México hay cerca de 100 millones de personas en situación de pobreza, de las cuales 9.1 millones se encuentran en pobreza extrema.
Slim, quien ha sido un aliado económico de López Obrador desde el inicio de su mandato, ha visto aumentar su fortuna en un 78.1 % durante los últimos seis años.
A través de su consorcio Grupo Carso, Slim ha estado involucrado en importantes proyectos del Gobierno, como el Tren Maya y la reconstrucción de Acapulco.
A pesar de su enorme fortuna, que supera los 105 mil millones de dólares, Slim calificó de "exagerado" el dinero destinado a las pensiones de los jubilados.
Las pensiones, sin embargo, no son un regalo del Gobierno, sino el resultado de los ahorros de toda una vida de trabajo. La ley establece que los trabajadores entre los 60 y 64 años tienen derecho a recibir entre el 75 % y el 95 % de la pensión total, mientras que aquellos de 65 años o más deben recibir una pensión completa.
Tanto Slim como López Obrador, cuyas fortunas provienen de la explotación de los trabajadores y de la política, difícilmente sobrevivirían con las pensiones actuales, que se ven cada vez más erosionadas por el aumento del costo de vida.
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