México atraviesa por una situación de tensión a nivel económico, social y político; uno de los principales problemas que ha causado más mella social es el sistema educativo mexicano, el cual ha dejado de garantizar la educación a niñas, niños y jóvenes más vulnerables. Existen comunidades que a lo largo de su existencia sus habitantes no han recibido educación básica, un derecho humano fundamental, y mucho menos logran siquiera tener un certificado de bachillerato
Los factores más comunes son la falta de cobertura educativa que se relaciona con variables sociales y económicas, pues muchas familias de comunidades tanto rurales como urbanas requieren que todos sus miembros realicen labores remuneradoras para conseguir lo mínimo para sobrevivir. A esto hay que agregarle que estudiantes de las zonas indígenas que no tienen los medios para trasladarse a donde existen las escuelas tiene como consecuencia no solo el rezago educativo, sino que las niñas y niños presentan un menor desempeño en materias como matemáticas y ciencias naturales, entre otras.
Otro problema sabido y no menos preocupante, que merma la calidad educativa es la falta de preparación de los maestros, ya que esto se debe al poco interés del gobierno para que el docente se actualice y tenga una formación académica de manera constante, ya que esto nos permitiría garantizar que los contenidos que están recibiendo los estudiantes sean los más recientes. La calidad de dichos contenidos, sobre todo en la educación publica, no ha logrado repercutir exitosamente en la voluntad del estudiantado mexicano, que los motive a seguir estudiando hasta el nivel profesional y que esto repercuta positivamente en un verdadero desarrollo económico y social.
Hace unos días, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) se anunció la eliminación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo. Estos programas proveían de clases suplementarias y alimentación a 3.6 millones de niñas y niños en condiciones de pobreza en México, estas instancias ofrecían entre 1.5 y 3.5 horas de clases extracurriculares, en disciplinas como música, arte, deporte y lenguas extranjeras (inglés) en las que participaban infantes de 5 a 14 años en zonas de mucho abandono económico. El 70% de las escuelas participantes se encuentran en zonas indígenas y rurales, y el 55% de los niños bajo el manto de este programa viven en extrema pobreza.
La eliminación de este programa recrudecerá las condiciones de la población que ya de por sí se encuentra catalogada como de alta marginación, especialmente a las familias con un nivel de pobreza tan crítico. El argumento científico que utilizó López Obrador para desaparecer el programa de Escuelas de Tiempo Completo fue que estaba manchado de corrupción. “Delfina Gómez fue citada al congreso por los diputados por desaparición de Escuelas de Tiempo Completo” (Forbes.com.mx). A esta cita ante el congreso, la secretaria de educación no asistió. Aunque en los medios informativos ha pretextado el mismo discurso de su mesías: “había corrupción en las escuelas”. La desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo también implica un duro y devastador golpe y retroceso para las madres de familia, sobre todo a aquellas madres solteras. La falta de oferta de un recinto con labores para el cuidado de sus infantes tendrá consecuencias serias, haciendo más crítico el éxodo laboral de las madres trabajadoras en el campo y comunidades indígenas. Además, deja en un estado aún mas precario la economía de estas familias, que perderán aproximadamente la mitad de su ingreso ante la necesidad de que las madres reduzcan sus horas o abandonen su trabajo para realizar estas labores de cuidado.
¿Este es el bienestar que tanto prometió López Obrador? ¿Las madres de familia están de acuerdo con estas políticas de la 4T? ¿Acaso el hijo de López Obrador sufre lo mismo que el hijo de una obrera de maquila? Hago un llamado al pueblo de México para que nos organicemos y luchemos por una patria justa y equitativa para todos, y podemos empezar con promover los cuatro ejes centrales que propone el Movimiento Antorchista Nacional.
1.- Empleos seguros para todas las personas en condiciones de trabajar.
2.- Salarios bien pagados para todos los trabajadores.
3.- Una política fiscal progresiva: que pague más, quien más gane, y que pague menos, quien gane menos.
4.- Una reorientación del gasto social. Mayor inversión para el pueblo.
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