Hace unos días veíamos a través de los medios de comunicación y las redes sociales que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, daba su sexto y último informe de Gobierno. Vimos cómo el zócalo de la capital estaba a reventar con mexicanos traídos de todos los rincones del país con la intención de arropar al presidente; no faltaron también a ese magno evento sus flores, floreros y focas aplaudidoras.
Hace ya seis informes que 30 millones de mexicanos dieron su voto a AMLO con la esperanza de cambiar el rumbo del país después de tener sexenios desastrosos, y que debido a ese desastre lo llevó a ganar las elecciones en 2018.
Muchos mexicanos, en estos seis años, pudieron ver con sus propios ojos que el país no cambió como se les había prometido, y otro tanto más siguió ciegamente al Gobierno de la 4T.
Veamos con un análisis crítico, sin apasionamientos de ningún tipo, algunos puntos que tocó el presidente en su informe de Gobierno:
En su sexto informe se nos dijo que el sistema de salud de los mexicanos era mejor que el de Dinamarca. Para los mexicanos que estamos cuerdos, esa afirmación del presidente no pasa la prueba del ácido ni por descuido, primeramente porque no hay medicamentos para las enfermedades crónico-degenerativas, no hay médicos, enfermeras, especialistas, no hay suficientes hospitales, no hay equipo especializado y de primer nivel para realizar las intervenciones quirúrgicas, y hay malestar entre los médicos por las condiciones materiales y salariales en que trabajan.
Muchos mexicanos, en estos seis años, pudieron ver con sus propios ojos que el país no cambió como se les había prometido, y otro tanto más siguió ciegamente al Gobierno de la 4T.
En educación, hizo mucho énfasis el presidente en las becas que se les ha dado a los jóvenes estudiantes, los apoyos económicos a las sociedades de padres de familia con el programa “La escuela es nuestra”, el aumento al salario a los docentes y el apoyo a madres solteras para que no abandonen a sus hijos en la escuela.
Pero lo que no dijo es que hubo deserción escolar durante y después de la pandemia, y es hora de que todavía no se han reincorporado al 100 %.
Tampoco mencionó que cerraron las escuelas de tiempo completo, dejando sin comer a miles de niñas y niños que, por el simple hecho de tener comedor, acudían a la escuela. Cancelaron las estancias infantiles.
Tampoco dijo que con el recurso asignado a algunas escuelas a través de las sociedades de padres de familia no alcanza para cubrir los gastos de reparación o construcción de infraestructura educativa.
Dijo a los cuatro vientos que la pobreza disminuyó, que pasó de 34.3 millones de personas a 24.7, es decir, que en cinco años 9.5 millones de mexicanos salieron de la pobreza. Pero lo que no dijo es que la pobreza extrema aumentó.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que presentó su estudio de estimaciones de pobreza multidimensional 2022, la pobreza en México disminuyó de 2020 a 2022, pero la pobreza extrema aumentó a 9.1 millones de mexicanos.
En cuanto a los homicidios dolosos, este sexenio se convirtió en el más violento, ya que supera con creces otros sexenios. Veamos: en el sexenio de Carlos Salinas se registraron 78 mil 094; Ernesto Zedillo, 80 mil 311; Vicente Fox, 60 mil 063; Felipe Calderón, 122 mil 319; Enrique Peña Nieto, 151 mil 451.
Y ahora, con el presidente Andrés Manuel López Obrador, del 1 de diciembre de 2018 al 4 de septiembre de 2024, las fiscalías estatales y federales han registrado 196 mil 638 homicidios dolosos en México, de acuerdo con el reporte MX: La guerra en números, de T-ResearchMX. Pero en su informe se dijo que los homicidios dolosos tuvieron una reducción de 18 %.
También se dijo que el salario mínimo en su sexenio aumentó, y es verdad, pero no se dijo que, así como aumentó el salario, el precio de la canasta básica también incrementó, al igual que el precio de los pagos de servicios.
Sigue siendo un salario de hambre que no alcanza para la manutención de una familia. De acuerdo con los datos del Coneval, se requieren 4,554.12 pesos al mes por persona para comprar la canasta básica. Sabemos que las familias mexicanas, mínimo, están compuestas por cuatro personas, lo que implica un gasto de 18 mil 216.48 pesos, a sabiendas de que una persona que trabaja en una fábrica o maquila gana máximo 1 mil 800 pesos por semana, lo que nos da al mes 7 mil 200 pesos.
Por otro lado, vimos el despilfarro para las obras faraónicas del Gobierno, como el AIFA, la refinería Olmeca y el Tren Maya, que sí tuvieron presupuesto a no más poder y es hora de que no logran convencer en el funcionamiento. Incluso está la refinería Olmeca, que todavía no funciona al 100 %.
En fin, nada nuevo en este sexto informe, las mismas mentiras y promesas de siempre. En definitiva, Morena no fue, ni es, ni será la esperanza de México.
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