Hoy, la violencia en nuestro país es un secreto a voces. Ha escalado a tal punto que es inocultable. No hay medio de información en el que no aparezca alguna nota relacionada con las desapariciones y homicidios dolosos, así como no hay medio que desconozca el caso de Debanhi Escobar, la joven desaparecida en el estado de Nuevo León.
Familiares y amigos de Debanhi, así como autoridades, dedicaron 13 días de búsqueda hasta que, lamentablemente, la hallaron sin vida. Sin embargo, este no es un caso aislado; todo lo contrario, es otro más ocurrido en la misma zona.
Las inconsistencias en la investigación, los descuidos por parte de las autoridades estuvieron a la orden del día, y por si esto fuera poco, se limitaron a lamentar los hechos y disculparse por lo acontecido; tanto el fiscal estatal de Justicia, Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, así como el gobernador, Samuel García. Una burla por parte de las autoridades, quienes son las responsables de garantizar la vida de todos los ciudadanos, una garantía innegable.
Por otra parte, las miradas y las críticas se centraron en el descuido de los padres, de la propia Debanhi, de las amigas que la dejaron en mitad de la nada, de los desconsiderados que la dejaron a su suerte, es decir, se deja de lado el carácter social del problema, atribuyéndole única y exclusivamente a las individualidades de los actores, a un problema entre individuos y nada más.
La crítica, sin embargo, debe entenderse como un problema social, un problema en el que existe un gobierno indolente, incompetente y una sociedad pasiva, una sociedad que no se involucra en los problemas que acontecen más allá de su casa, de su carro, de su empleo.
En un México lleno de violencia por todas partes, donde la educación no es una garantía, donde el empleo no es una garantía, donde la vivienda no es una garantía, donde la alimentación no es una garantía, donde la vida misma no es una garantía, ¿es únicamente responsabilidad del gobierno?, ¿qué les hace falta a los ciudadanos para hacer realidad esas garantías que el gobierno ha dejado de lado? Hace falta un poco de dignidad.
De ahí la necesidad de la organización de los ciudadanos, ahí la importancia de las organizaciones, tan desprestigiadas y desvirtuadas por el gobierno morenista, por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que, además, trata de mermar la actividad política de los ciudadanos, de evitar que los ciudadanos se involucren en los problemas de sus comunidades, de sus ciudades.
Muchos casos se podrían mencionar, pero hay uno que quisiera destacar: la valiente defensa de los cadereytenses, quienes desde hace 36 días sostienen un plantón, hartos por las promesas (y por ende incumplimientos) que desde hace 16 años los gobiernos panistas y priistas han hecho, promesas y acuerdos en los que se comprometen a resolverle problemas de educación, infraestructura y servicios (como el del agua).
Y ante estos sucesos, el gobierno de Kuri también ha hecho lo imposible por demeritar y apagar esta lucha necesaria. Acciones como estás son un paso importante en la conquista por las garantías que los gobiernos no han hecho reales.
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