El caso de Debanhi Escobar Bazaldúa, de 18 años, visibilizó la magnitud del problema de violencia de género que prevalece a nivel estatal y nacional. En el caso de Guerrero, sentimientos de tristeza e impotencia provoca ver que las mujeres, más las que son muy jóvenes, caminan con miedo, voltean sigilosas a todos lados, llevan listas navajas y gas pimienta en su afán de defenderse de algún ataque.
En un estado donde se tiene contabilizado el asesinato de 47 mujeres en el periodo octubre a abril y la simulación del Día Naranja, el 25 de cada mes, cuando personal de las dependencias de gobierno se viste de naranja, pero no existe una estrategia real para frenar la violencia contra las mujeres, que lejos de erradicarse, sigue creciendo de manera alarmante, basta conocer el dato de 10 feminicidios al día y 20 mil 148 mujeres muertas en lo que va de 2022.
Las cifras muestran el alarmante nivel de inseguridad y de impunidad que existe en el país, tan sólo en Nuevo León, donde ocurrió el caso de Debanhi Escobar, que tiene muchas inconsistencias, hay 248 desaparecidas en lo que va del año y en la búsqueda de la joven, que se extendió por varios puntos de Nuevo León, fueron encontrados los cuerpos sin vida de cinco mujeres reportadas como desaparecidas por la Comisión Local de Búsqueda en el mes de abril.
La ola de violencia en México es cada vez más grande, sin que las autoridades federales, estatales y municipales, tomen las medidas necesarias para erradicar el problema de inseguridad; en este país manchado por la violencia. En Guerrero, las redes sociales denuncian todos los días la desaparición de niñas y mujeres jóvenes, por lo que, surge la necesidad de dirigentes sin miedo, que analicen la justicia como motor para el México feminicida actual.
Las mujeres de Guerrero sólo transitamos entre cuerpos de mujeres asesinadas, sobreviviendo ante el machismo arropado por las autoridades; en un estado feminicida bajo un sistema que nos ignora y desconoce el terror en el que vivimos porque al parecer, la vida de las mujeres no les importa y por si esto no fuera suficiente, en la región de La Montaña continúa el matrimonio forzoso de niñas, a quienes les roban su infancia con el discurso baladí de usos y costumbres de los pueblos.
En Guerrero y en México nos siguen matando; en el estado, el arribo de la Teniente Coronel Sandra Luz Valdovinos Salmerón a la titularidad de la Fiscalía General del Estado (FGE), el 28 de diciembre de 2022, dio un destello de esperanza a las mujeres, lamentablemente la situación no mejora a pesar de que la seguridad y el acceso a la justicia son una obligación que debe otorgarse ante unte el panorama sombrío, ya que, si te atreves a denunciar a un hombre, sencillamente te matan y si corres con suerte, te revictimizan y al final pierdes la poca confianza de caminar sola por las calles.
Hasta el momento, el actual gobierno no ha presentado programas sobre equidad de género ni acciones concretas contra los feminicidios que generan incertidumbre en la sociedad de Guerrero.
Según la Organización de las Naciones Unidas, el derecho a la verdad en violaciones a los derechos humanos, como los casos de victimas de desapariciones, secuestros, torturas, asesinatos masivos, entre otros, implica el derecho de las víctimas y sus familiares, a exigir y acceder a conocer la verdad, es decir, a tener un conocimiento pleno de los actos que se produjeron, las personas que participaron, las circunstancias específicas de las violaciones perpetradas y su motivo. El llamado es a unirse para lograr el tan anhelado respeto a las mujeres.
Al corte del 23 de abril, la Fiscalía General del Estado reportaba que hay 20 mujeres desaparecidas en Guerrero, 17 de ellas menores de edad, con las respectivas Alerta Ámber y Protocolo Alba; se trata de Marlén Alcocer Carranza, de 13 años de edad; Johana Itzel Díaz Genchi, de 16 años; Alejandra Sáenz Bautista de 17 años y Valeria Benítez de 19 años, desaparecidas en enero; en febrero desaparecieron, Dulce María Santiago Díaz, de 17 años; Linda Kristell Deloya Sánchez, de 15 años; Diana Yulissa Valentín Salcedo, de 11 años; Yamileth Chavelas Matamoros de 15 años; Briseida Martínez Valle, de 13 años y Dulce Esmeralda Ramos Chilapa, de 15 años.
Las desaparecidas en marzo, son: Xitlali del Caño Escobar, de 14 años; Rosa Edith Aguilar Astudillo, de 15 años; Elizabeth Rendón Palma, de 13 años; Ana Iris Ramírez Andreo, de 14 años y Victoria Jacqueline Pegueros Ávila, de 13 años; en lo que va de abril han desaparecido, Dulce Daría Ruelas Sánchez, de 17 años; Valeria Campos Amateco,, de 15 años; Nayeli Sinaí Benítez Arellano, de 37 años,; Alondra Daniela Olea Hernández, de 19 años y Zuri Cristóbal Real,, de 15 años,…lamentablemente cuando cerrábamos terminábamos la redacción de este artículo, se reportó el frustrado intento de levantón de dos jovencitas del municipio de Ometepec, que por el momento están a salvo.
Es necesario que la FGE informe las acciones que lleva a cabo respecto a las mujeres no localizadas, con el fin de que, las mujeres de Guerrero tengan un poco de esperanza; a las autoridades estatales, el exhorto es cumplir la función encomendada porque no es solamente tomarse la foto y firmar convenios de colaboración, es trabajar en conjunto con las comunidades y diversos sectores para que realmente se empiece a notar el cambio prometido y como dijo la gobernadora morenista Evelyn Cecia Salgado Pineda, Guerrero sea un santuario de las mujeres, no un cementerio de mujeres
De la declaración de alerta de género, hace casi 5 años en el estado, ¡ni hablar!, las mujeres en Guerrero siguen siendo asesinadas y continúan en la impunidad sus agresores, violando de esta manera el derecho a las mujeres a acceder a la justicia y a una vida libre de violencia.
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