Uno de los legados más nocivos e imperdonables que Morena y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han dejado a niños y jóvenes, es el desinterés por no haber mejorado la educación en el país, los resultados están a la vista; 2 de cada 3 estudiantes no logran realizar operaciones matemáticas simples, 1 de cada 2 estudiantes no comprende lo que lee, el 19.9 por ciento de niños y adolescentes indígenas de 3 a 17 años no asiste a la escuela, 30 por ciento de personas de 15 años que hablan una lengua indígena no saben leer ni escribir, 56 por ciento de adultos entre 25 y 64 años no cuenta con estudios de educación media superior, 4.4 millones de adultos son analfabetas. Por si no fuera suficiente, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua (Mejoredu) existen 5 mil 950 escuelas sin baños, 56 mil 109 escuelas sin acceso al agua potable, 26 mil 463 escuelas sin electricidad, 43 mil escuelas sin lavamanos, 127 mil 728 estudiantes sin acceso a computadores de uso pedagógico.
Datos de especialistas educativos estiman que, para mejorar la infraestructura y servicios de las escuelas de preescolar, primaria, secundaria y media superior, se requiere una inversión de 51 mil 932 millones de pesos, lo que equivale al 0.15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), recurso que, desde luego, funcionarios de Morena no están dispuestos a invertirlo en educación porque simplemente no les interesa sacar al pueblo mexicano de su atraso. A lo ya escrito, hay que agregar que el gobierno de la 4T, pretende ideologizar los contenidos educativos, agregando interpretaciones sociales sesgadas, tendenciosas e imparciales. La herencia de AMLO, es una generación de mexicanos incapaces de enfrentar al mundo con habilidades y competencias del siglo XXI.
Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señala que la crisis en educación básica en México se agrava y que es la más baja en los últimos 20 años. Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), menciona que los estudiantes en México registraron un retroceso de al menos 16 años en matemáticas, lectura y ciencias, al obtener puntajes iguales o inferiores a los obtenidos en 2006. Nuestra nación es el tercer país peor evaluado en la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) entre los 37 miembros.
En matemáticas nos encontramos 77 puntos por debajo del promedio y 75 puntos por debajo de ciencias, lo que equivale a cuatro años de escolaridad (La Crónica, 6 de mayo de 2024). La terrible herencia que deja la administración de la 4T, ha alcanzado su máximo nivel durante los últimos tres años, esto originó que en Educación Básica sea la más baja de los últimos 20 años. Este terrible panorama empeora con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al reportar que aproximadamente millón y medio de niños y jóvenes entre 3 a 18 años de educación obligatoria no han logrado regresar a su escuela tras la pandemia.
No debemos olvidar que durante el ciclo escolar 2023-2024, dio inicio el cambio de modelo educativo promovido por la 4T, el cual estuvo marcado por la introducción de nuevos libros de texto, lo que desató una polémica y que originó que miles de estudiantes en varios estados del país iniciaran el ciclo escolar sin los materiales educativos, que en algunos casos se extendió hasta los cinco meses. El ciclo escolar 2023-2024, ya concluyó, pero no dio a conocer los resultados de la evaluación diagnóstica aplicada por la Mejoredu, que debería identificar las áreas de oportunidad y mejora en el aprendizaje de los estudiantes.
Es importante que el Estado mexicano reconozca y valore a los maestros, ya que la actual administración ha realizado recortes presupuestales del 83 por ciento en los recursos a la capacitación docente. Para este año se cuenta con el risible monto de 195 pesos por profesor en educación básica y media superior para la formación continua de docentes. Este recurso es aportado por la federación en un 80 por ciento y el 20 por ciento por los estados (Milenio 15 de mayo 2024).
El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, estableció que: “Ningún joven que aspire a cursar estudios de licenciatura quedará excluido de la educación superior debido a la falta de plazas en las universidades y ninguno estará destinado al desempleo, subempleo o informalidad” (pág. 72). Además, afirma que “el gobierno federal promoverá la investigación científica y tecnológica y brindará apoyo a estudiantes y académicos a través de becas y otros estímulos en beneficio del conocimiento” (pág. 68).
No estamos en una posición mejor hoy que al inicio del sexenio de AMLO, la brecha de desigualdad se manifiesta con más intensidad en educación superior a la que solo cuatro de cada 10 jóvenes entre 18 y 24 años puede acceder a la universidad. Además, solo un 14 por ciento del total de estudiantes en las universidades públicas proviene del primer quintil de ingresos, los más pobres, mientras que 41 por ciento pertenece a los dos quintiles más ricos (ENIGH, 2023).
Con respecto al trabajo informal este ha crecido en el país y supera el 55 por ciento, es decir, más de la mitad de la población con oportunidad de trabajar se encuentra en condiciones de vulnerabilidad (ENOE 2023). Con respecto a la inversión en investigación científica y tecnológica, este todavía no es suficiente para llegar cuando menos al uno por ciento. Para alcanzar independencia política se requiere independencia económica y esto exige soberanía científica.
Estamos a unos días de que la administración de López Obrador concluya, vemos que de todo lo prometido pocas cosas concretó, nos esperan otros seis años más de un mal gobierno. Morena no es la solución que el país necesita. Es urgente cambiarlo todo desde abajo para deshacerse de lo podrido, lo injusto, el hambre, la pobreza, la falta de educación, salud y vivienda entre otras cosas, es necesario que nos organicemos y luchar por un nuevo modo de convivencia para resolver los problemas del pueblo trabajador y de la sociedad. Debemos entre todos crear un modo de organización social que supere todo el atraso y marginación en que ha vivido el pueblo, tarea nada fácil más no imposible.
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