Quiero, en primer lugar, solidarizarme con los miles de campesinos, comerciantes, transportistas, etcétera, que demandan la inmediata intervención del gobierno del estado para reparar las carreteras de Hidalgo, sobre todo la vía Zacualtipán-Huejutla y la que va de Tulancingo a Huehuetla, pues están intransitables y son causa de muchos accidentes y, por lo tanto, de pérdidas materiales y de vidas humanas.
Los hidalguenses debemos pasar a la acción, no sólo quedarnos en la denuncia, sino organizarnos en un gran frente común y hacer que el gobernador cumpla con sus compromisos de campaña.
Coincido plenamente con quienes manifiestan su inconformidad ante las prioridades de la actual administración que encabeza el licenciado Julio Menchaca, “prioridades” que no son precisamente las del pueblo hidalguense.
Como en los gobiernos anteriores, las demandas y problemas de la inmensa mayoría de la población no están dentro de los programas fundamentales de gobierno, y también, como en esos gobiernos “corruptos y conservadores”, hay que aparentar que se hace, pero sin hacer, y sin invertir grandes sumas en aquellos que ya están acostumbrados a vivir sin agua, sin drenaje, sin carreteras, con escuelas de palitos, sin médicos ni medicinas; resignados a su vida desgraciada y sin mucha esperanza, a no ser porque los “ilumine” un “bondadoso” y “mesiánico” personaje.
Si no, ¿cómo se explica que en estas regiones se esté proponiendo, para arreglar sus carreteras, el “Bachetón”, cuando están completamente destrozadas y en zonas muy húmedas, por donde corre el agua permanentemente durante casi todo el año y cuando son sus principales vías de acceso?
Coincido también con quienes han denunciado en redes sociales que “para el actual gobierno, emanado de la ‘Cuarta Transformación’, no ha sido prioridad la reparación de caminos y carreteras, que sus prioridades han sido la remodelación del palacio de gobierno y de la plaza Juárez, la inversión millonaria en el parque David Ben Gurión” (por cierto, nombre del antiguo líder de los sionistas israelíes que hoy matan por miles a inocentes palestinos).
Asimismo, hay que sumar los millones gastados en el recinto ferial y en el domo hecho “ad hoc” para el segundo informe del gobernador Menchaca.
Ante estos hechos e injusticias, los hidalguenses debemos pasar a la acción, no solo quedarnos en la denuncia, sino organizarnos en un gran frente común y hacer que el gobernador cumpla con sus compromisos de campaña y con lo estipulado en la Constitución mexicana.
Finalmente, les comparto que el pasado 4 de enero, día que estuvo de visita la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo, en nuestro estado, una comisión importante de colonos, estudiantes, profesores y miembros del comité estatal antorchista se hizo presente en el lugar para tratar de hablar con la presidenta y entregarle un documento solicitando su intervención ante el gobernador del estado, Julio Menchaca Salazar, pues a más de dos años de su administración en Hidalgo permanece la misma política de gobiernos anteriores: insensibilidad e indolencia ante las demandas más sentidas de la población, así como el engaño y la mentira, acompañados, obviamente, de la demagogia y la represión física y administrativa.
La presidenta recibió el documento. También la ocasión sirvió para reiterarle al gobernador hidalguense, de viva voz, la solicitud de audiencia y de solución a la problemática referida cientos de veces frente a palacio de gobierno.
Pero hasta hoy, como los miles de hidalguenses ignorados, seguimos sin diálogo ni soluciones; por ello, convocamos a los campesinos, colonos, transportistas, comerciantes, estudiantes, etcétera, a sumar nuestras voces para hacernos escuchar y que se atiendan, y bien, nuestras demandas.
Hagamos saber a todo el pueblo mexicano, a través de volantes, pintas, redes sociales, etcétera, que en Hidalgo tenemos más de lo mismo; salgamos a la calle y plantémonos frente al gobierno hasta ser escuchados y, de ser necesario, recorramos todas las carreteras hasta llegar a Palacio Nacional. ¡El año 2025 será de lucha!
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