En la actualidad es muy sencillo poder tomar una fotografía a cualquier cosa o persona, simplemente con nuestros dispositivos móviles podemos realizar estas acciones que hasta hace 20 años todavía era muy complejo, pues se tenía que usar una cámara donde se almacenaban con un rollo fotográfico y posteriormente se tenían que revelar cuidadosamente en un laboratorio, hoy ya no tenemos que hacer eso, bueno al menos no la mayoría, es muy sencillo poder capturas momentos por medios de las cámaras y eso es gracias a la tecnología que ha venido avanzando creando nuevas y nuevas funciones.
El trabajo específico de un fotógrafo arqueológico generalmente implica tareas como tomar fotos de un sitio antes, durante y después de una excavación y fotografiar artefactos; el trabajo de un fotógrafo arqueológico es crear un registro fotográfico permanente de proyectos arqueológicos. Al capturar los diversos elementos de estos proyectos en una película, el fotógrafo proporciona datos visuales que luego pueden ser estudiados por los arqueólogos que trabajan en ese proyecto en particular, investigadores académicos, conservadores de museos y cualquier persona que desee obtener información sobre civilizaciones pasadas. Una de las razones por las que la fotografía arqueológica es tan importante para el campo de la arqueología es que una vez que un sitio ha sido excavado, no se puede restaurar a su estado original. Por lo tanto, las fotografías pueden proporcionar un registro duradero de un sitio antes y mientras se realiza una excavación.
Sin embargo, en esta opinión quiero hablar y reflexionar un poco sobre la historia, pero me refirió en especial a esas imágenes que tenemos de antes, es decir por ejemplo las fotografías de cuando se descubrió que en Quintana Roo había existencia de pirámides y zonas arqueológicas, hoy sabemos cómo son, fácilmente entramos al navegador y encontramos una postal de ese lugar, pero tener evidencia de su hallazgo es un hecho histórico y aquí entra el papel de las personas que lo hicieron posible; los arqueólogos fotógrafos fueron los encargados de plasmar en fotografías la imagen de esos lugares, pero en una época donde la tecnología no estaba tan avanzada como hoy en día y es ahí lo verdaderamente asombroso, pues si en sí la labor que ya venían haciendo desde entonces sobre descubrir esos lugares y más ahora tener que recabar fotos como formo de evidencia, es el claro ejemplo de la dedicación a su trabajo y ejemplo de ese trabajo se puede ver en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México en su exposición “La invención de la memoria”.
Uno de los atributos que describen de la fotografía en ese momento es que serviría para documentar sitios arqueológicos. A partir de ese hecho se establece una relación entre la ciencia arqueológica y la técnica fotográfica para llevar a cabo documentos mucho más creíbles; actualmente es una herramienta para los arqueólogos contemporáneos, para echar un vistazo hacia el momento en que estas obras fueron descubiertas o vueltas a poner en el mapa del conocimiento. Aquellos que deseen convertirse en fotógrafos arqueológicos podrían considerar un curso de estudio que se centre tanto en la fotografía como en la arqueología.
Finalmente es reconocer esta labor y todas en general, en muchas ocasiones falta que todos conozcamos sobre cómo se logró algo en particular y se le dé la importancia que requiera, tanto el arqueólogo por estudiar los hallazgos y los fotógrafos por diferentes técnicas usadas, pero los que hicieron las dos acciones al mismo tiempo tienen mi admiración por completo, como por ejemplo Désiré Charnay, quien fuera arqueólogo y fotógrafo francés que es uno de los que aporto mucho a la historia de nuestro país con su trabajo; él fue el primero arqueólogo en usar de manera sistemática la fotografía y dio un cambio que se tenía sobre esta labor en el país; en el sureste de nuestra patria fue donde trabajo muy cuidadosamente, pero ya será en otra aportación que hablaré sobre él y su gran trabajo.
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