Detrás de una computadora, con una sonrisa a medio labio, haciendo su labor apresurado pues los horarios de la comisión de publicaciones son muy estrictos: así lo encontré la ocasión primera que pude verlo.
Al regresar a Chiapas, de madrugada hubo salido por mí para indicarme dónde dormir; ya era un joven maduro que no perdió nunca su humildad y detrás de su teléfono se dedicaba a una labor menos vista pero igual de importante: el ser portavoz de los humildes del estado a través de sus publicaciones.
Fue integrante de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionario Rafael Ramírez, responsable regional de redes e incluso vocero estatal del Movimiento Antorchista en Tabasco.
Amílcar representa la imagen de los nuevos jóvenes formados por Antorcha, aquellos que escapando de todo lo que está prescrito en el destino inevitable de los jóvenes de Chiapas, logró educarse y destacar como líder y luchador social.
Amílcar Hernández Cruz fue un joven originario del estado más pobre del país, un hombre sencillo y humilde, reservado y callado pero fraterno y desinteresado. Cuando se acercó al CECyT 10 de Simojovel, conoció la danza de la mano del Movimiento Antorchista y, al identificarse con sus hermanos de lucha vivió y murió entre los suyos.
Inició sus estudios universitarios en una de las escuelas de la capital del estado y difundió sus ideas a través de su pluma y su carácter afable pero recio. Su humildad fue nunca sinónimo de ignorancia y, como pocos jóvenes en Chiapas, logró una educación de nivel superior.
A las 7:16pm de este 4 de marzo, en el sexagésimo cuarto día del año, a la par de la conmemoración de la Tercera Internacional Comunista, su corazón dejó de latir y se extinguió la luz de sus ojos; de los ojos del pueblo, dejando su ejemplo.
Antorcha logró sembrar en los espíritus tiernos de nuestro estado el ánimo, el conocimiento y la fraternidad. Así se han incendiado de a poco, generaciones de nuevas mentes y corazones dispuestos en cuyo ánimo se asoma el espíritu revolucionario.
Amílcar formó parte de esas nuevas filas de jóvenes que han tomado como suya la demanda de los humildes que han volcado en ella todo su fuerza y su desinterés. Amílcar representa la imagen de los nuevos jóvenes formados por Antorcha, aquellos que escapando de todo lo que está prescrito en el destino inevitable de los jóvenes de Chiapas, logró no solo educarse sino incluso destacar como bailarín, responsable de redes sociales en el regional, como líder de la FNERRR, y más tarde como un consecuente luchador social.
Hoy, Amílcar físicamente no está más con nosotros. Sus alumnos de primer y segundo año de la escuela primaria Ángel Albino Corzo, donde en sus últimos años volcó su ánimo y conocimiento, hoy enviaron al cielo dibujos que, envueltos en aviones de papel despidieron a su maestro. A esas nuevas generaciones también logró conmover.
Aun en las adversidades, cargaba entero su vestuario desde la facultad de veterinaria hasta el campo de la Unidad Antorchista, a pie, con el lodo hasta las rodillas, para alegrar el corazón de los colonos y niños que se lograron educar, sensibilizar y cautivar en cada uno de sus bailes.
Seguiremos tu ejemplo, entre nosotros, querido “Micky”. Tus compañeros hemos pactado con sangre que no podemos ser menos sacrificados que lo que tú en vida fuiste. En paz descansa, compañero.
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