Ya estamos a casi dos semanas del arranque formal de las campañas electorales en búsqueda de la gubernatura del estado y, ya tan sólo en este corto tiempo, podemos darnos una idea de cómo será la culminación de las mismas. Hasta ahora, son muy pocas las propuestas novedosas anunciadas por los candidatos y, en cambio, son muchas ya las descalificaciones de todo tipo que se hacen entre ellos mismos. El Instituto Electoral de Colima, conforme a su calendario, anunció que el cierre de estos eventos será el próximo día 2 de junio del año que corre, cuando comenzará el receso acostumbrado que se dará a los electores para que decidan finalmente su voto. Muchos, entre los que me cuento, anhelamos sinceramente que pase pronto este agotador trance político que estamos obligados a soportar. Pero, qué le vamos a hacer, ni modo.
Esto último que digo viene a cuento, por tres características ya muy tangibles que estamos mirando hoy, que seguramente van a caracterizar este histórico proceso electoral. Me refiero, por un lado, 1) a la incongruencia de los discursos de los candidatos; 2) a la indefinición política, en cuanto a la tendencia que buscan con sus proyectos de gobierno, por el otro; y 3) al grosero e insolente trasiego o “chapulineo” de varios de los personajes políticos cercanos a los candidatos. Veamos.
Primero hay que decir, que en cuanto a la incongruencia en los discursos de campaña ningún candidato se salva, pues, es muy sabido ya que no hay candidatos independientes; por los que, entonces, todos los que ahora compiten, proceden de estructuras partidistas que, salvo Redes Sociales Progresistas (RSP), eran ya, de alguna manera, directa o indirectamente parte de los gobiernos estatal o municipal que están por culminar. Incluso, algunos candidatos eran gobierno o parte integrante directa de ellos. ¿Cómo es que ahora - pregunto yo -, vienen a decir que resolverán todo lo malo y corrupto que había en los gobiernos que terminan, cuando son muchos de ellos mismos, quienes lo promovieron y lo toleraron?
Pero en todo esto, mención especial merecen los candidatos promovidos por la 4ªT, de los partidos de Morena, Panal, Fuerza Por México, PT y RDS, pero también, según parece ahora, del Partido Verde y Movimiento Ciudadano, que, nos vienen a decir ahora, que de instaurarse en Colima las medidas y la política del Gobierno de López Obrador, estaremos mejor, cuando en la realidad, por lo que ya miramos, estamos peor que antes. ¡Alto a la incongruencia en los discursos!, pedimos más decoro, señores y señoras aspirantes. Digan la verdad en sus discursos, si es que quieren que realmente les creamos. Y dejen de faltar al respeto de la inteligencia honesta del pueblo trabajador.
Hablemos ahora de la indefinición política de los candidatos. Dije en un trabajo similar a este, que a mí me parecía que se distinguían dos tendencias políticas en las intenciones de las alianzas y los partidos participantes en la contienda; que, creía yo que unos, como los arriba señalados, eran partidarios de la continuidad de la política del gobierno de la Cuarta Transformación (4T), y que pugnarían por instaurar en Colima un gobierno con todas las medidas similares al del presidente, incluso con conferencia mañanera y todo lo demás. Por otro lado, dije, que distinguía otros partidos que decían promover lo contrario, es decir, que pugnaban por un cambio en el gobierno, y que se declaraban abiertamente en contra de la política del presidente; distinguía aquí a la alianza PRI-PAN-PRD, al Partido Verde y a MC.
Pero, al parecer, a casi dos semanas de la campaña, las cosas pintan ya diferente. El día 11 de marzo pasado, leí en el Diario de Colima una nota que me hizo dudar: “Asegura Locho ser aliado de AMLO”, así se tituló en la primera página del diario. Se refiere aquí al candidato de MC, donde, - sin que haya desmentido él después en otro lugar -, se dice ahí lo siguiente: “El candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, Leoncio Morán Sánchez, afirmó que, en los hechos, ha demostrado que es aliado del Gobierno Federal y del presidente Andrés Manuel López Obrador.” Por otro lado, en otra nota del mismo diario, pero del día miércoles 17 de marzo pasado, se dice así: “Mantendrá el Verde alianza con la 4T”. Aquí se afirma, sin que Virgilio Mendoza haya hecho aclaración alguna, que Karen Castrejón Trujillo, lideresa nacional del Partido Verde, informó al medio local lo siguiente: “[…] existen coincidencias con el proyecto de la 4T e irán por una mayoría en la Cámara de Diputados el 6 de junio próximo.” Hasta aquí la justificación de mi duda.
¿Debemos entender entonces, que, Virgilio o Locho Morán, aplicarán la 4T en Colima con todo lo que eso significa, en caso de ganar la gubernatura?, ¿en realidad son lo mismo que Morena y sus satélites políticos? Si esto es así, los colimenses entonces, tenemos derecho a exigir que definan públicamente su adhesión al Presidente, o de lo contrario, que aclaren lo que dijeron los medios.
Finalmente, creo que debemos hablar del grosero trasiego de personajes políticos que se está dando de un partido a otro, que estamos mirando ya con motivo de la campaña electoral. Ya había yo dicho también, que a mí me parecía muy burda la maniobra. Dije que no era creíble que, de la anoche a la mañana, personajes cuya notoriedad política se la debían al PAN, al PRI o a Morena, se brincaran sin ningún rubor a partidos contrarios, y ahora renegaran con su proceder de la estructura que los vio nacer y los formó. Aquí sostuve ya, que a mí me parecía más bien, una burda estrategia electoral de los partidos nodriza, para confundir al electorado y tener otras oportunidades de quedar conectados al poder por otras vías, en caso de que no los favoreciera directamente el voto ciudadano.
Yo sostengo lo que digo, porque no he visto por ningún lado, pronunciamiento alguno de repudio de ningún partido, contra los renegados trásfugas que ahora los calumnian con su proceder. Aquí, también, como ya dije, los líderes de los partidos repudiados, deben aclarar estos hechos, o de lo contrario, quedará demostrado que nos encontramos ya ante una inevitable decadencia y descomposición ideológica de los cuadros de los partidos políticos tradicionales, que ya conocemos. Si esto es así, como creo yo que lo es, dispongámonos entonces a voltear a ver a los hijos del pueblo, y exijamos que sean estos, y nadie más, quienes nos representen en los próximos gobiernos venideros. Ya no hay de otra. No votemos más por políticos traidores y renegados. Nos vemos en las urnas.
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