Con motivo del Foro Económico Mundial, celebrado hace pocos días en Davos, Suiza, la OXFAM dio a conocer un informe muy revelador: durante el periodo de pandemia, por cada multimillonario que se creó en el mundo (a la vertiginosa velocidad de 1 cada 30 horas), un millón de seres humanos cayeron al mismo tiempo en la pobreza extrema, lo que revela palmariamente que ambos fenómenos están íntimamente relacionados; la concentración de riqueza por un lado y la creciente pobreza por el otro, son las dos caras de la misma moneda.
Esto quiere decir que para que exista una necesariamente debe existir la otra y, por tanto, para que deje de existir la pobreza tiene que dejar de haber concentración excesiva de riqueza. En eso consiste la desigualdad.
Es importante saberlo porque la intervención preventiva llevada a cabo por Rusia en Ucrania, opinan los especialistas, es el principio del fin de la hegemonía unipolar encabezada por los Estados Unidos (EE. UU.) y el nacimiento de una nueva era multipolar, con apego al derecho internacional y respeto a la soberanía de los pueblos del mundo por la que pugnan China, Rusia y otras naciones de economía emergente.
Por eso la aplastante maquinaria mediática imperialista, ha emprendido una intensa guerra de desinformación por todos los medios masivos de comunicación, en respaldo de su aventura militar en la que ha utilizado a Ucrania como patiño y teatro de operaciones para enfrentarse a Rusia, poniendo como punta de lanza a los Nazi fascistas los cuales representan una seria amenaza para el mundo, igual o peor que la de Hitler, cuya pretensión de dominar al resto de pueblos, naciones y razas por los siglos de los siglos anhelo que comparten con los ideólogos norteamericanos como Zbigniev Brzezinnsky (fallecido en 2017), importantes manejadores de la política exterior norteamericana cuya doctrina estableció que ellos son la última potencia global, y señaló en su libro “El gran tablero mundial: la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos” la “necesidad” de partir el territorio ruso en tres países alineados. (entrevista a por Sputnik Mundo 27/mayo/22).
¿En aras de qué? ¿Qué tiene para ofrecer el imperio y sus satélites a las grandes masas trabajadoras y depauperadas del mundo? Lo mismo: más y más concentración de riqueza en unas cuantas manos; la misma desigualdad, pero más desarrollada. Por eso las masas tienen que abrir los ojos tratando de informarse, pues la propuesta de un mundo multipolar que aboga por el desarrollo y la colaboración recíproca entre las naciones, aunque otra cosa no le aporte, sí, cuando menos, la posibilidad de tener más posibilidades de ejercer libremente sus derechos, que es mucho ganar.
El capitalismo salvaje o fundamentalismo de mercado, que es la sumisión total a las leyes de éste, sin control ni concierto de ninguna especie conduce, dice el economista norteamericano Joseph Stiglits, necesariamente a la desigualdad, a una gran brecha, y ésta a las grandes crisis que amenazan con paralizar la economía global, ya que los que concentran la riqueza son tan pocos que decrece la demanda de mercancías, pues los principales consumidores que son las grandes masas no tienen con qué adquirirlas.
Por su parte, Loretta Napoleoni, asesora del FMI (Fondo Monetario Internacional), recomienda a occidente en su libro Los Maonomics seguir el ejemplo de China con un régimen capaz de hacer crecer la economía y al mismo tiempo crear bienestar para todos sus habitantes sin excepción. Ese es el punto que pone de relieve el reciente informe de la OXFAM y que, desde mi modesta opinión, revela con claridad meridiana la razón que asiste al Movimiento Antorchista Nacional (MAN) con su proyecto de nación realista y de vanguardia que pone en el centro de sus preocupaciones una más equitativa distribución de la renta nacional con sus cuatro ejes rectores: empleo para todos los mexicanos, salarios remuneradores, política fiscal progresiva y una reorientación del gasto público.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario