MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Incrementa población con bajo índice de servicios básicos, urge atender las causas

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Hace algunos años se viene dando a conocer que el municipio de Guadalajara desde el año 1990 ha tenido una disminución poblacional sostenida. En 30 años la población tapatía se ha reducido, pasando de un millón 650 mil 205 habitantes existentes en 1990 a un millón 385 mil 629 habitantes en 2020, es decir, una disminución de 265 mil 576 personas. Esta cantidad de personas es el equivalente a la población total de Puerto Vallarta.

Según un análisis del Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet) presentado en sesión de la Junta de Coordinación Metropolitana (JCM) entre algunos hallazgos del análisis técnico sobre la aplicación de las estrategias del POTmet, se encontró que la población incrementó en un 15 por ciento en espacios con bajo índice de servicios básicos. De manera contraria, la población disminuyó un 34 por ciento en sitios con alto grado de servicios básicos.

Entre la información presentada se informa que parte de la expansión de la ciudad se concentró en zonas sin suficiente transporte público, escuelas, hospitales, suministro de agua potable o vialidades, especialmente en lugares de Tlajomulco y Zapopan como López Mateos sur o Adolfo López Mateos norte, Tesistán, entre otros. La población se fue a vivir a zonas donde no hay servicios consolidados, y donde sí hay esos servicios, la gente que se fue de ahí, se desplazó a otros sitios.

Cabe mencionar que el Instituto de Información Estadística Informática y Geográfica de Jalisco (IIEG) con respecto a las carencias en la vivienda, Guadalajara tiene el 0 por ciento de viviendas sin excusado, 0 por ciento de viviendas sin energía eléctrica, el 0 por ciento de viviendas sin agua entubada, el 0.6 por ciento de viviendas con piso de tierra.

Por otra parte. De acuerdo con una lista elaborada por la Universidad argentina Torcuato Di Tella, Guadalajara es una de las tres ciudades de México más caras para vivir en toda América Latina. Fue la ciudad con mayor incremento en el precio de vivienda en todo Latinoamérica durante el periodo entre marzo y septiembre del 2020. De manera general, ocupa el puesto 11 en el ranking de los lugares más costosos para vivir en la región, por detrás de Monterrey, Nuevo León.

Se han tratado de atender los efectos que las causas. Las administraciones municipales de Guadalajara han anunciado estrategias para impulsar el repoblamiento de la ciudad, sin embargo, hasta ahora ninguna ha logrado detener esta tendencia de salida de habitantes que, según se ha advertido, impacta desfavorablemente en distintos ámbitos, como la recaudación municipal e incluso en la dinámica social de sus colonias. La actual administración municipal, expuso acciones que implementará para el repoblamiento y redensificación en la ciudad, a través de una vivienda accesible en el Centro Histórico.

Pero, distintas experiencias han fracasado, no solo en Jalisco, sino en todo el país. El problema, es consecuencia de la pobreza, a causa de la injusta distribución de la riqueza. El costo de la vivienda se ha convertido en un factor expulsor de habitantes. Los altos precios de las casas no permiten que la mayor parte de la población pueda adquirir una vivienda intraurbana.

Estadísticas oficiales revelan que el sueldo promedio de un Obrero es de 7 mil 758 por mes en Guadalajara. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) registra que la población económicamente activa del AMG percibe menos de 11 mil 089.8 pesos mensuales. Estos datos muestran una radiografía económica de la incapacidad para adquirir una vivienda por parte del grueso de los trabajadores.

Ahora las personas que se fueron a vivir a otros puntos del Área Metropolitana de Guadalajara se enfrentan a nuevos problemas, incluso mucho más graves, que requieren mayor intervención gubernamental, pues a las colonias  donde llegaron carecen prácticamente de todo como el caso de la zona de Tesistán que incluso está considerado como la otra cara de Zapopan, ya que la mayor parte de las calles no están pavimentadas, las familias sufren desabasto de agua, no cuentan con drenaje sanitario, entre otras carencias.

La salida no es fácil. Está documentado que, en México, después de la construcción masiva de viviendas en las periferias de las grandes ciudades, muchas familias abandonaron las casas por las que se endeudaron, debido a la falta de servicios, la mala calidad de las construcciones y la dificultad para transportarse. Los que se han quedado enfrentan la inseguridad y la incertidumbre.

Urge atender las causas del incremento de la población con bajo índice de servicios básicos. La solución está en cambiar el modelo económico neoliberal, que es el causante del crecimiento de la pobreza. Los afectados deben unir fuerzas y juntos luchar, en primer lugar, contra el Gobierno que defiende el neoliberalismo, la expresión más brutal del sistema capitalista que no permite la implementación de políticas públicas, ni la inversión pública en nuestro país, para la creación de empleos bien remunerados, así como brindar servicios básicos, salud, educación y vivienda digna a la población.

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