A partir de la confesión presidencial del año pasado: “Tuvimos que optar entre inconvenientes. No inundar Villahermosa y que el agua saliera por las zonas bajas. Desde luego que perjudicó a la gente más pobre, pero teníamos que tomar una decisión”, a muchos mexicanos nos quedó claro que no está dentro de las prioridades de la 4T resolver a fondo la escasez o el exceso de agua como las que están ocasionando los recientes fenómenos hidrometeorológicos que azotan a nuestro país, cuyas consecuencias efectivamente afectan, no a los pudientes, los que pueden irse a un hotel en otra ciudad, los que tienen vehículos para escapar a tiempo de los desastres naturales, los que tienen dinero para comprar víveres.
Para los que no escuchamos las mañaneras por obvias razones, ni nos convencen los “otros datos” del presidente Andrés Manuel López Obrador, sabemos que sigue al pie de la letra las políticas del vecino del norte del país. Es sabido que el mismo Estados Unidos también ha demostrado incapacidad para evitar tragedias humanas por desastres naturales y muchos no se explican cómo es posible que una potencia mundial no pueda evitar pérdidas de vidas humanas y ayudar a los afectados. La respuesta es: los gobernantes en turno, les guste o no, al costo que sea tienen que aplicar las políticas neoliberales, es decir, la concentración de capitales y la injusta distribución de la riqueza en la sociedad. Esta es la explicación del por qué los proyectos para prevenir las consecuencias de los fenómenos naturales, entre ellas las inundaciones estén fuera de las prioridades de la 4T.
Como una muestra de lo arriba señalado brevemente, basta el caso de Jalisco, uno de los estados cuyos pobladores, tanto de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), como del interior del Estado, luego de sufrir largos meses de sequía, ahora están sufriendo severos daños en sus viviendas por las intensas lluvias que han caído durante estos meses de la presente temporada y se requieren recursos de la Federación para reparar los daños por las inundaciones, así como, infraestructura hidráulica para garantizar el vital líquido en los próximos meses. Pero la 4T acaba de desairar apoyo para el plan hídrico de la entidad.
De acuerdo con expertos en temas económicos y sociales. El programa de obras para la mitigación de las inundaciones en la ZMG se quedará sin recursos federales, ya que no está considerado en el paquete presupuestal que el Gobierno lopezobradorista presentó ante la Cámara de Diputados. El proyecto de presupuesto de egresos 2022 que presentó el Gobierno federal no considera recursos para retomar las obras de la presa El Zapotillo, que se menciona todavía como el proyecto que abastecerá de agua a León, Guanajuato, lo que es contrario al compromiso que hizo AMLO con los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, que será únicamente para abastecer de agua a la ciudad de Guadalajara.
No hay duda de que la 4T es consecuente con su política de no distribuir en forma justa y equitativa la riqueza que producimos entre todos los mexicanos ya que, al igual que en 2021, los recursos estimados para la Secretaría de Turismo (Sectur) en 2022 se encaminan a la implementación de acciones para continuar con la ejecución del Tren Maya, el cual absorberá 63.2 mil millones de pesos el próximo año, es decir, 96% del presupuesto total de la dependencia. O sea, si hay recursos pero no para atender y prevenir las emergencias como las sequías y las inundaciones, las que seguramente seguirán estando fuera de las prioridades de la 4T.
De igual manera, no es extraño que el Gobierno morenista desoiga a los mismos organismos internacionales entre ellos la ONU que advierten que si se tuvieran buenos sistemas de alerta temprana, buenas escuelas, viviendas y hospitales más seguros se pudieran haber evitado muchos muertos ocasionados por los fenómenos meteorológicos en el mundo, si hubiera mejores diques no habría tantas devastaciones en las partes bajas.
Por lo que los mexicanos que buscamos una patria más próspera en beneficio de todos, tenemos la tarea ineludible de seguir desenmascarando la política de la 4T, el que para mitigar los daños de las inundaciones y otras tragedias por desastres naturales, que pudo haber evitado y puede evitar con obras hídricas bien hechas, presume que nunca se habían entregado tantos electrodomésticos, tantas despensas, refrigeradores, colchones a la gente afectada como ahora. A pesar de los cuestionamientos de que estas dádivas solo buscan clientelismo político, a costa del dolor ajeno y no resuelven el problema a fondo.
En este contexto, pese a la excesiva proliferación de discursos, compromisos y promesas del lopezobradorismo, la conciencia del mortal peligro por el cambio climático y sus consecuencias debe crecer, así como, la lucha por una mejor distribución de la riqueza que producimos entre todos. No hay otra alternativa.
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