Hace unos días, el gobierno del estado de Querétaro, emitió la declaratoria de emergencia para los municipios de San Juan del Río y Tequisquiapan, derivado de las fuertes lluvias de los últimos días de septiembre y primeros del mes de octubre. Esto implica la suspensión de actividades escolares, actividades laborales y actividades de servicios en todas las zonas afectadas.
Las precipitaciones que han caído en el estado y con afectaciones en once de los dieciocho municipios, han provocado seis muertes de personas que fueron arrastradas por las crecientes en Huimilpan y la capital queretana; más de setenta colonias, de estos municipios, han sido afectadas, sobre todo en San Juan del Río, Tequisquiapan, Querétaro, Corregidora y El Marqués, que por cierto son los municipios que han presentado mayor crecimiento poblacional en los últimos años.
Al mismo tiempo, el suministro de agua potable en la capital se ha visto afectado, pues el sistema Acueducto II se encuentra parado, derivado del desfogue de la presa Zimapán, lo que ha ocasionado que más de 350 colonias de la zona nororiente se hayan quedado sin el vital líquido.
Con los intensos aguaceros de los últimos días y que han provocado severas inundaciones en colonias de la zona metropolitana, San Juan del Río y Tequisquiapan, queda clara la necesidad de crear un proyecto de planeación de desarrollo urbano más efectivo, a pesar de que algunas colonias se construyeron por medio de fraccionadores, éstas no se salvaron de los encharcamientos. Y en cada caso, podemos darnos cuenta que siempre los más afectados son ciudadanos de escasos recursos económicos.
Hoy la falta de agua potable en la zona norte de la capital, está afectando mayormente a las colonias populares, que no reciben un abasto eficiente y en algunos casos están cumpliendo más de una semana sin agua, a pesar de que la CEA, aseguró que hay un sistema de tandeo con los pozos locales para evitar esta situación.
En el estado urge una cultura del uso de agua más eficiente; por ejemplo, actualmente las presas que se encuentran desfogando están entregando todo el líquido a zonas alejadas del estado, lo que no permite que nuestros mantos acuíferos puedan ser reabastecidos. El Río Querétaro, que nace en Colón, recorre El Marqués y la capital, dirige todo su cauce hacia el vecino estado de Guanajuato, además de que, a su paso, el agua se contamina por descargas de ganado, actividad industrial, y aguas negras de viviendas, sin contar en su camino con alguna planta de tratamiento de agua para ser reutilizada. El río San Juan, que trae aguas desde el Estado de México, atraviesa San Juan del Río, Tequisquiapan, Amealco, se une con el río Tula, hasta llegar a la presa de Zimapán y luego al río Moctezuma que desemboca en el Golfo de México, tampoco cuenta a su paso con alguna planta de tratamiento de aguas para ser reutilizadas. En lo concerniente a la ciudadanía, hoy la falta de agua, motiva a la reflexión del uso adecuado del líquido, a pesar del costo por metro cubico, el gasto no se controla.
Las inundaciones y la falta de agua potable, exigen al ser humano su uso controlado y no desmedido, este recurso renovable exige que se obtenga a través de recursos ya no sólo naturales, pero es necesario que los mantos acuíferos considerados no renovables, se repongan ante el uso desmedido y en Querétaro urge tecnificar la captación del agua y su uso. De no ser así, tarde o temprano el Acueducto II tampoco servirá para abastecer a los capitalinos de anhelado recurso.
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