El Gobierno federal morenista, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, está a punto de cumplir la mitad de su periodo y sus pésimos resultados en materia económica, de salud e inseguridad, lo hacen indefendible por cualquier mexicano en su sano juicio, salvo que padezca de amnesia de ver la realidad que viven millones de mexicanos que se debaten un día si, y otro también, en medio de la miseria y marginación. Los datos de estos tres aspectos de la vida social de los mexicanos, bastan y sobran para ver que a estas alturas el gobierno de la 4T es un total fracaso.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 2020 estimó una caída de 8.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), con cifras desestacionalizadas, su mayor caída desde hace 88 años, cuando se contrajo 14 por ciento. En los primeros 24 meses de gobierno de López Obrador alcanzó los 70 mil 260 homicidios más los que se acumulan del presente año.
México es de los países de la OCDE que menos gasta en salud, pues sólo destina el 2.8 por ciento del PIB, cuando el promedio de estos países es de 6.6 por ciento, lo cual se refleja en las debilidades del sistema, como la falta de hospitales y de recursos humanos calificados suficientes para atender las necesidades de los pacientes.
Y sobre su principal bandera de combate a la corrupción, solo ha quedado en eso, una simple consigna para engañar incautos que creen que el principal problema del país, es precisamente la corrupción, dejando de lado el mal reparto de la riqueza nacional, verdadero problema de México, que se traduce en falta de empleo suficiente, salarios dignos que alcancen para satisfacer necesidades básicas de la familia, servicios de calidad y baratos, obras sociales para pueblos y colonias.
En corrupción este gobierno no canta mal las rancheras; el 46 por ciento de la obra pública no se licita, se asigna directamente a las empresas de amigos y familiares, caso Felipa Obrador Olán quien obtuvo un contrato con Pemex Transformación Industrial, a pesar de que funcionarios de la empresa productiva del Estado alertaran sobre el lazo familiar entre Felipa y el jefe del Ejecutivo.
Agréguese ahora el caso de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, donde no encuentran a quien echarle la culpa, pues todo mundo sabe que fueron los gobiernos de "izquierda" quienes la construyeron.
AMLO está protegiendo de una investigación seria y profesional a sus alfiles, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, pues sabe que ellos son los responsables
Ítem más. Ahí muy cerca de él han sido señalados de actos de corrupción, su hermano Pío López Obrador, Ana Guevara, Bartlett, Monreal, Gómez Urrutia, etcétera. El mismo caso Lozoya por el que se armó mucho teatro, ahí está sin moverse, y con el presunto delincuente bien cuidado, no en la cárcel, sino en su casa.
Por eso llama la atención que Rubén Rocha Moya, candidato de Morena a la gubernatura de Sinaloa, diga que su principal objetivo es instaurar la 4T en el estado, lo que significa que traería más miseria, más marginación, más dolor y muerte, más corrupción.
Apostarle a Rocha Moya y demás candidatos de Morena y aliados, es querer que Sinaloa sea una calca de lo que pasa en el país. Los sinaloenses comprometidos con el desarrollo de sus familias y el estado, no deben permitir.
Los próximos comicios del 6 de junio serán un hito en la historia reciente del país, pues estará en juego la vida democrática y progresista de México o la implantación de una dictadura que cancela derechos y bienestar de todos los mexicanos. Es hora de reflexionar en serio, la situación de México.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario