MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La agresión contra médicos y enfermeras, omisión y maniobra de los gobiernos

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Sorprendente y absurdo. Eso fue lo que pensé cuando me enteré de que ahora, ante la pandemia del coronavirus, están siendo agredidos y maltratados los médicos, enfermeras, enfermeros, camilleros y además personal de los hospitales donde están siendo atendidos los casos de contagio del coronavirus. Me sorprende porque esto no lo había yo visto en muchos tiempos que lo recuerde, y me parece absurdo, porque entiendo que, en dado caso, no serían ellos nunca portadores del virus, si no es que previamente, los enfermos y tal vez sus familiares, que podemos ser cualquiera, los hayamos contagiado por habernos atendido y tal vez intentado curarnos de la enfermedad. No, yo no puedo creer que el ser humanos obre así tan deliberadamente contra quienes son ahora la única alternativa contra la pandemia. Algo o alguien seguramente los motivó. ¿Quiénes o por qué lo hicieron?, pero y, ¿qué pasará cuando todo el personal médico se niegue a atendernos contra el coronavirus, por temor al contagio y la posterior agresión de la sociedad?

Hoy, que tuve la fortuna de ver en las redes sociales el mensaje del dirigente nacional del Movimiento Antorchista, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, lo entendí. "[...] el gobierno los está amedrentando para que no hablen, no los dejan decir el número de enfermos que hay en los hospitales, el gobierno está concentrando el procesamiento y el resultado de las pruebas que se hacen a los enfermos y las entrega cuando lo considera conveniente y en el sentido que considera conveniente [...]; así dice, entre otros muchos datos importantes, el ingeniero Aquiles en su mensaje refiriéndose al personal médico, y yo, estoy seguro que muchos miles de mexicanos, así lo creemos también. Mientras no haya explicación oficial creíble alguna, para mí y creo que para muchos, la lógica sería la siguiente: ante la incapacidad del gobierno federal, para dar al personal médico, así como a todos los hospitales, las condiciones científicas mínimas requeridas para hacer frente a la pandemia, y ante la posible divulgación de la situación real de peligro en que nos encontramos todos los mexicanos ante la covid-19, decide callar y apagar la voz de los médicos, las enfermeras y demás personal, utilizando la vieja fórmula del terror, mediante el linchamiento público y mediático, al hacerlos responsables, sin decirlo directamente, de la enfermedad y del contagio. Por eso es que ahora mucha de la opinión pública nacional, reacciona en contra de los únicos personajes de la sociedad, de los que puede depender en algún momento, su salvación ante la actual pandemia que vivimos.

Por eso es que ahora yo también me sumo, con toda la sinceridad de que puedo ser capaz, a todos los que de algún modo han hecho pública su manifestación de apoyo y de solidaridad, con todo el personal médico, incluido el personal de mantenimiento de los hospitales, en quienes depositamos o depositaremos en algún momento, la confianza y garantía de nuestra salud para salvar la vida, y que conste que no hablo solo del coronavirus. Estoy muy seguro que mis compañeros y amigos, no harán menos también por el bienestar de sus seres queridos. Y esto debe de ser así, porque en el país ha sido declarada ya la tercera fase del contagio del covid-19.

De Colima, dos sucesos quiero mencionar aquí. El primero tiene qué ver con el trágico avance de la pandemia en el estado, donde, según los datos oficiales que se nos dan al día de hoy, de la semana pasada a la fecha, sólo se han aplicado estudios especiales a 33 personas más, ahora son 154: son 116 los casos que resultaron negativos; 22 los sospechosos; 14 los confirmados con el contagio, 7 más que la semana pasada, y ahora tenemos dos fallecidos. Es cierto que no somos de los estados con más contagios ni muertos, pero no olvidemos que, por nuestra población, somos la entidad más pequeña de todo el país. Proporcionalmente hablando, yo sí considero preocupante nuestra situación. Pero además, a pesar de que ya se ha hecho muy pública la situación de las familias más pobres, desprotegidas y marginadas, que incluso ya lo eran mucho antes de la pandemia, el gobierno del estado y casi todos los actores políticos, incluidos ahora los señores diputados del Congreso local, siguen queriendo aplicar a todos por igual, la política oficial aquella de: ¡quédate en casa!, sin reaccionar ni hacer caso, de todos aquellos que viven al día con el magro ingreso que les proporciona su trabajo, que está precisamente fuera de sus viviendas. Dije ya y hoy sólo lo repito: querer confinar en sus casas a los pobres, sin darles nada que comer ni un mínimo ingreso económico, es tan sólo una hipocresía más contra ellos.

El otro suceso, tiene que ver con tres notas periodísticas que aparecieron recientemente en un medio local, que nos dicen claramente de la gravedad que pudiera alcanzar el contagio del coronavirus en los próximos días en el estado. "Trabajadores de la Salud mendigan por equipo" dice una nota, que es una queja de la secretaria general de la Sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSSA), Dolores González Meza, que se lamentó de que no existe interés ni del Gobierno federal ni del estatal de equipar a los trabajadores de la Salud. Otra nota la promueve el Congreso del Estado: "Endurecen penas contra agresores de trabajadores de Salud"; y la tercera: "Vigila Guardia Nacional hospital del IMSS en la Villa" (Diario de Colima, 22/04/2020) Hasta aquí las notas.

Ya con todo esto, las conclusiones que uno pudiera sacar, espantan: Primera, los gobiernos mienten con sus datos oficiales, por eso es que amenazan y obligan al silencio a los médicos y demás personal relacionado; segunda, el gobierno federal ha sido rebasado económicamente por el coronavirus, por eso no puede ni quiere equipar como se requiere, a los hospitales ni al personal médico; tercera, el número de contagiados por la pandemia va a desbordar con mucho los mecanismos de control con que cuenta los gobiernos para contenerla, por eso comienzan a amenazar con cárcel, y cuando esto ya no sea suficiente, van a utilizar la Guardia Nacional para contener los cientos de enfermos y sus familiares. Si nada de esto fuera a suceder, ¿para qué entonces el uso de la Guardia Nacional en un hospital? La tragedia ya se vislumbra y necesitamos protestar ya. Después será tarde.

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