Desde la llegada del Gobierno de la 4T encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en su carácter de presidente de México, han surgido periodistas que al igual que los legisladores pertenecientes al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) lanzan acusaciones en contra de diversos organismos dedicados a trabajar por el bien común de millones de mexicanos, por el simple hecho de no comulgar con las ideas o políticas del mandatario.
Aclaro que no me refiero a todos los periodistas, sino a esos comunicadores que, por convicción o por encargo, han atacado al Movimiento Antorchista Nacional (Antorcha Campesina), sin aportar pruebas de sus acusaciones e injurias, sin siquiera conocer de cerca o de lejos el trabajo que los antorchistas llevamos a cabo desde hace más de cuarenta décadas por desterrar la pobreza de la patria, por acudir al llamado de nuestras familias inmersas en la pobreza o la miseria extrema.
Nosotros hemos sostenido con hechos y argumentos de buena ley, que el grotesco amasijo de mentiras y despropósitos con que se nos ensucia y desacredita fueron elaborados con la clara intención de usarlos como proyectiles de lodo e inmundicia para emporcar nuestra imagen pública y desnaturalizar nuestros verdaderos propósitos.
Sabemos bien que detrás de todo eso están quienes se sienten dañados y ofendidos por los reclamos legítimos de los más necesitados, organizados, concientizados y encabezados por los antorchistas.
Ése es el costo inevitable de la congruencia entre discurso y acción, de la tenacidad y la fidelidad inquebrantable a la causa de los más débiles y desprotegidos de la ciudad y del campo. Por eso decidimos hace tiempo dar la batalla con igual firmeza en el terreno mediático; no ceder un ápice de nuestro derecho a la legítima defensa y desmentir puntualmente cada uno de los ataques mientras podamos hacerlo, seguros de que la verdad acabará imponiéndose tarde o temprano.
Para muestra de que esto viene sucediendo basta un botón, el periodista Jorge Zepeda Patterson, que en su columna “Rehilete” del 1° de noviembre del año pasado se defiende de colegas suyos que, dice, le cuestionan “con extrañeza y con un dejo de reproche” que se mantenga como “el único columnista que escribe a favor de López Obrador”.
El columnista dice no estar en desacuerdo con un mandatario que se ha impuesto llevar internet a las localidades rurales y una sucursal bancaria a toda cabecera municipal, para hacer participar a millones de marginados de algo que usted y yo consideramos indispensable.
Y remata: ¿cómo no coincidir, en lo general, aunque no en los detalles, con alguien que se atreve a entregar los recursos a los productores sin hacerlos pasar por los chantajistas de Antorcha Campesina y similares…?”
Es evidente el insulto hiriente hacia el Movimiento Antorchista Nacional lanzado con todo propósito de desacreditar la lucha que hemos realizado en beneficio de millones de familias del país.
No se puede escribir tan a la ligera sobre la realidad que se vive en México, donde no son suficientes las acciones del gobierno de la 4T llevando internet o sucursales bancarias a ciertos lugares, cuando hay cosas mucho más importantes donde reinan la pobreza y la desigualdad.
Hablemos de regiones como la Sierra Tarahumara en Chihuahua, la Sierra Negra y la Sierra Norte en Puebla, la Montaña guerrerense o los miles de comunidades indígenas en los Altos de Chiapas y en el Soconusco, donde realizan su trabajo cotidiano los activistas del Movimiento Antorchista.
Es evidente que quien acusa tan impunemente a los antorchistas evidencia su inclinado fervor hacia el gobierno de la 4T, en un abierto afán de dar cumplimiento al capricho del Presidente, de quienes le pagan por hacerlo.
Resulta sorprendente que un periodista de ideas claras y de rectas intenciones como Zepeda Patterson no aplique nada de eso al referirse al Movimiento Antorchista Nacional, lo que hace suponer que en realidad, no sabe nada ni conoce directamente nada de lo que es y de lo que hace Antorcha Campesina en las comunidades, pueblos y colonias más miserables y olvidadas en todo el territorio nacional.
Sería bueno saber de dónde sacó ese comunicador la seguridad con que nos califica de chantajistas, porque él sabe perfectamente que se trata de una calumnia artera, por lo cual no presenta prueba alguna de sus ataques.
Debemos aclararle a dicho periodista que el Movimiento Antorchista jamás manejó ni ha manejado ningún programa de transferencia directa de dinero a grupos vulnerables, de donde resulta imposible que nos hayamos robado un solo peso de esos recursos.
El Movimiento Antorchista jamás ha tenido dueño ni padrino poderoso alguno; nunca hemos sido favoritos ni protegidos de ningún político encumbrado, ni de ningún presidente de la República, somos una organización que lucha por una justa distribución de la riqueza en México, por abatir esos grandes males que aquejan a la patria en donde laceran la pobreza y la inseguridad, la falta de oportunidades para la gente, el alejamiento del gobierno hacia los justos reclamos y necesidades de la gente.
No somos ni nunca seremos chantajistas como lo han pretendido hacer creer los pertenecientes a Morena y al actual gobierno federal a través de un periodista que denigra la profesión que eligió y que contradice la verdadera libertad de expresión que tienen a bien ejercer muchos comunicadores bien nacidos.
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