El 4 de agosto del presente año, Delfina Gómez Álvarez, anunció que contendería por segunda vez por la gubernatura en el Estado de México en 2023. Aceptó convertirse así en la Coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en el Estado de México, no sin antes revisar con López Obrador la transición adecuada de designación de la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Como sabemos el Jefe del Estado ya tomó su decisión y anunció el lunes 15 de agosto que Leticia Ramírez Amaya será la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública. Pero ¿Quién es Ramírez Amaya y por qué la importancia de abordar este tema? Ella es profesora en educación primaria por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, pero solo dio clases de primaria hasta 1984 y tiene truncados sus estudios de Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), solo esto en materia de educación, de ahí en adelante, su desarrollo como persona se ha movido solo en el ámbito político. Trabajó en las campañas presidenciales de Cuauhtémoc Cárdenas de 1994 y 2000, posteriormente conoció a López Obrador siendo Secretaria de Organización en la Dirección del Consejo Nacional del PRD y trabajó con él en el gobierno de la Ciudad de México en el área de Atención Ciudadana, sin embargo Claudia Sheinbaum no la incorpora a su administración y se refugia en la Secretaría de Medio Ambiente donde sirvió como asesora de Tania Muller, otra área que nos deja mucho a deber por cierto.
En fin, en lugar de dar un salto en positivo, dimos dos hacia atrás en el ámbito de la educación. La SEP, que de por sí debía mucho a los mexicanos antes del actual sexenio, con Delfina Gómez se devaluó mucho más y le deja muchos pendientes por resolver, además del rezago que se tuvo en materia educativa, por ejemplo Gómez dejó una dependencia con enfrentamientos y pugnas internas, proyectos inconclusos y sin pies ni cabeza, los pagos pendientes y ausencia de derechos laborales de maestras y maestros, la falta de una planeación para resarcir el daño de la deserción escolar que se tiene hasta el momento y que, al quitar el programa de Escuelas de Tiempo Completo, se agudizó de forma bastante significativa. Eso no es todo, según Forbes del 10 de agosto, menciona que hasta enero del 2022 se registraron siete universidades con crisis financiera, debido a que su presupuesto no cubría la matricula; según un reporte elaborado por la propia SEP hay crisis en siete universidades públicas en toda la república; señala que la Auditoría Superior de la Federación mencionó que el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos que coordina la SEP debe aclarar gastos de 330 mil 357.73 pesos; faltan auditorías para informar sobre los programas “La Escuela es Nuestra” y “Universidades Benito Juárez”, además de las irregularidades en la primera por 573 mdp.
Esto en el caso de la nueva titular de la SEP, pero el asunto concerniente a Delfina Gómez con respecto a la contienda gubernamental por el Estado de México, en caso de quedar con todas las trampas que ya conocemos que realiza Morena, no sería un cambio para el bien del Estado de México. Sabemos pues sobre las irregularidades que presentó Delfina siendo presidenta municipal en Texcoco y de la sanción por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) por 4.5 millones de pesos a Morena por la retención forzada del 10% del salario de 550 empleados en el municipio.
¿Cuáles fueron entonces las verdaderas razones del mandatario nacional para elegir la Leticia Ramírez, si experta en asuntos de educación no es, y cuál la de poner de candidata a una mujer que ha demostrado ser incongruente en sus fines? La declaración que hace López Obrador tiene la respuesta. En el primer caso reconoció a Ramírez por su labor, “nos conocemos desde hace 28 años. Es una gente de absoluta confianza, preparada, honesta, al igual que la maestra Delfina, con convicciones”. Y en el caso de Delfina, pues asegurar gobernar en toda la república mexicana, sin importar el daño que le vaya a causar a los mexiquenses.
Finalmente, Andrés Manuel ha demostrado un nulo interés en lo que eran sus propuestas pilares sobre la transformación de México. A la Secretaría de Educación Pública, que la ha mangoneado, quitando y poniendo gente, la ha dejado más debilitada que nunca, dejando en evidencia el interés por campañas políticas, en ambos casos, que una verdadera transformación de base. Eso se ha demostrado de varias formas, pero es necesario que los mexicanos entendamos sus fines políticos porque solo es el caldo de cultivo para las elecciones del 2024. Que no se nos olvide: ni perdonar ni olvidar.
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