En México, la pobreza en sus diferentes formas: marginación, rezago social, desempleo, bajos salarios e inseguridad, entre otras, ha obligado a cientos de miles de compatriotas a emigrar al extranjero todos los días, principalmente a nuestro vecino del norte en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida, problema histórico que se ha agudizado en los últimos años y hasta ahora ningún gobierno tiene un plan para resolver de fondo esta problemática nacional que ha traído fatales consecuencias; por ello, cientos de ellas mueren en el desierto por deshidratación o frío, ahogadas en el río, asesinadas por la delincuencia en la frontera norte. Cuando un pueblo no encuentra en su país empleo con salarios remunerados, que alcance para cubrir sus gastos personales y familiares como vivienda, salud, alimentación y educación, se le obliga a dejar sus lugares de origen y emigrar a otros países, por ello, la emigración con sus terribles y fatales consecuencias son responsabilidad del estado mexicano y funcionarios en turno. Un pueblo pobre, hambriento y abandonado a su suerte por su gobierno, no se le deja otra opción más que emigrar y no habrá poder humano que lo pueda detener, mucho menos medidas ridículas, como, revisión de identidad en garitas, interrogatorios en las terminales de autobuses, revisando sus maletas en las garitas, etc., que solo violan los derechos de libre tránsito y lastiman a los mexicanos que transitan por el norte al interior del país.
Mostraremos algunos datos que confirman la grave situación económica en la que estamos viviendo, hay más de 100 millones de pobres, parte que está siendo la más afectada. La inflación crece imparablemente; hay 19.4 millones de personas que ganan hasta un salario mínimo, que gastan el 41 % del ingreso en alimentos; el 67 % de la PEA, 38.6 millones perciben de uno a dos salarios mínimos; el 38 % de la población se encuentra en pobreza laboral, su ingreso no les alcanza para adquirir la canasta básica. Conclusión: este año 2022 la pobreza crecerá 2.3 %, lo que representa a 2.5 millones de personas más. La población económicamente activa en nuestro país es de 59.1 millones de personas mayores de 15 años, 4.3 millones más que en el 2020, que está siendo subutilizada. La ocupación informal a inicios de este año fue de 32.2 millones de personas, situándose las tasas en el 56.5 %, un incremento del 0.8 % con respecto al año anterior, sector vulnerable que todos los días se gana el sustento como puede. La población ocupada por sector productivo fue: servicios 43.15 %, el comercio 19.2 %, la industria manufacturera 16.6 %, actividades agropecuarias 11.8 %, en la construcción 7.9 %, minería, electricidad, suministro de agua y gas 0.7 %, en el primer trimestre del año 2022, la población desocupada fue 2 millones de personas, la tasa de desocupación fue del 3.5 de la población económicamente activa. Solo el 5 % de la PEA son patrones, contratistas, mayordomos, empleadores, jefes, etc. En el MSSS hay 21 millones de trabajadores afiliados, problema que el gobierno de la 4T no ha podido revertir y menos resolver.
Cuando las leyes laborales de su país condenan a los trabajadores que de por vida están sentenciados a trabajar todos los días para medio comer y sobrevivir con ingresos miserables, solo de pensar que un mexicano con un salario mínimo de 172 pesos diarios, tendría que trabajar en promedio 637 años sin descanso y sin gastar un solo peso, para ganar lo que Carlos Slim en una hora, 40 millones de pesos, así de injusta es la distribución de la riqueza social en nuestro México.
Con lo anterior podemos comprender por qué en el año 2021, más de 1.7 millones de migrantes fueron detenidos en la frontera entre México y EE. UU. en el primer semestre de año 2022, hubo un significativo incremento y así seguirá. En el año 2016 se registraron 409 muertes de personas que intentaron cruzar la frontera en EE. UU., en el año 2021 se registraron 650 muertes de inmigrantes a lo largo de los 3 mil kilómetros de frontera norte, cifras que pueden estar entre un 25 % a un 300 % más alto que los datos oficiales.
La migración, problema que obliga a millones de personas en todo el mundo a dejar sus lugares de origen, solo hay una forma de resolverla: repartir la riqueza social de manera más equitativa, primeramente entre las naciones del mundo para que cada una de ellas puedan brindarles a sus ciudadanos mejores oportunidades y condiciones de vida, concreción imposible, porque el modelo económico imperante es el neoliberalismo, ahí están las consecuencias, personas pobres de naciones pobres buscando llegar a las naciones ricas, esta injusticia solo se resolverá cambiando el injusto modelo económico por otro más justo y distributivo.
Por ahora, los acuerdos paleros de quedar bien de las autoridades migratorias mexicanas de la 4T con las estadounidenses, han provocado que transitar por las carreteras interestatales y federales a lo largo y ancho de la frontera norte del país, sea un infierno, tormenta y humillación. Aquellos que transitan por las carreteras por el interior del país, propiciadas por el ejército y las autoridades migratorias en cada terminal de los municipio, donde se suben prepotentemente, te revisan tus bolsas personales, interrogan, cuestionan, en ocasiones hasta te humillan, es cierto que esta situación ya existía de años anteriores pero se ha agravado desde que entro la 4T. Es una deuda histórica que el Estado mexicano tiene con su pueblo, ese pueblo que todos los días se levanta y mueve a este gran país.
Alto a las acciones humillantes y degradantes de las autoridades mexicanas hacia su población que transita por el norte del país en transporte público o privado, solo por quedar bien y obedecer a las autoridades norteamericanas. ¿Dónde están nuestros derechos constitucionales y soberanía nacional?
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