La historia es una de las áreas del conocimiento que, como cada una de ellas, parte de la realidad social. Si bien es cierto que hay muchas historias: del universo, de la Tierra, de las galaxias, de los animales, etc., la historia tiene su propio campo de estudio: la sociedad humana. En todos los estudios históricos hay un elemento común: la idea del cambio.
De acuerdo con Juan Brom, “el elemento común en todas estas historias es la idea del cambio, del movimiento, de la modificación que sufren sus objetos a través del tiempo; cuando se trata de grupos humanos, hay que ver que no sólo sufren y realizan estas acciones, sino que también toman conciencia de ellas, con mayor o menor claridad.” Así, lo que pone de manifiesto Brom es que en todas las historias se refleja el movimiento que sufren los elementos participantes. A través del tiempo se observan cambios que son sufridos por los grupos humanos, tales grupos humanos toman conciencia, mayor o menormente, de los cambios y de las acciones que van emprendiendo.
La ciencia histórica interpreta los hechos y busca establecer leyes de la sociedad humana.
Aunque se tenga una historia verificada, esto no es suficiente, se necesita la interpretación de los hechos. No obstante, cabe considerar que la interpretación nunca es completamente imparcial, siempre tiene un dejo de parcialidad fundada principalmente por el origen del narrador o narradora. Pese a eso, las y los historiadores han de intentar interpretar la historia lo más objetivamente posible.
La reconstrucción de los hechos en nuestro cerebro se da necesariamente a través de un proceso de interpretación. La historia no se nos presenta tal cual de forma cruda o como un simple recuento de cosas, sino que está cargada de una determinada visión del mundo. La ciencia histórica interpreta los hechos y busca establecer leyes de la sociedad humana. Estas leyes no son absolutamente determinantes, sino que solo son tendencias que pueden ser rebatidas en cualquier momento con base en los procesos históricos. Así, las leyes históricas buscan explicar los sucesos, los tipos de relaciones, los hechos, y se aplican de manera general, no en casos aislados. En este sentido es que se ha dicho que la historia es una ciencia, en el sentido en que se trata de la búsqueda de una explicación objetiva y racional del universo y de la sociedad humana en general.
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