MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La importancia de la divulgación científica entre la juventud mexicana

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La inmensa mayoría de los mexicanos sobrevivimos día con día a una crisis económica profunda. El modelo de producción imperante en nuestro país, causa y deriva malestares sociales graves como: la imposibilidad de acceder a un servicio público y gratuito de salud, coexistir en un entorno social violento, reproducido y auspiciado por la impunidad, cuyas tendencias orillan al país hacia la barbarie y la ingobernabilidad; las irregularidades medio ambientales y el paupérrimo nivel educativo, por mencionar algunas.

Desde una perspectiva general, su correlación parecería nula o poco influyente entre sí. No obstante, considero importante que el análisis de los fenómenos mencionados anteriormente, parta del recuento de sucesos históricos recientes. A escala global, debe considerarse la diversidad de cambios, estructurales y de carácter económico-político de las diversas naciones, entre ellas México, para determinar el porqué de la importancia de la actividad científica como una de las áreas fundamentales para el desarrollo social.

Las actividades y relaciones económicas a escala global, cambiaron sustancialmente a partir de la década de 1970, con el auge de nuevos paradigmas económicos, fundamentados por Milton Friedmann y George Stigler, principalmente, en Estados Unidos. La influencia teórica de los miembros de la Escuela de Chicago, repercutió en instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y en el pensamiento de políticos como Ronald Reagan en EE. UU y Margaret Thatcher en Gran Bretaña. Ya para la década de 1980, el keynesianismo había sido desterrado, rechazado de las políticas públicas de las potencias occidentales.

De manera paralela, la implosión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), alentada por occidente mismo, culminó a principios de la década de 1990. El antiguo régimen soviético representaba un arquetipo económico novedoso en términos históricos y una alternativa para la construcción de una nueva sociedad. Su caída, pues, condicionó la posibilidad de que la Unión Europea y EE. UU globalizaran el neoliberalismo.

Si bien en México comenzaron a gestarse prácticas neoliberales por parte de las élites económicas desde la década de 1950, su consolidación se efectuó a partir de los años ochenta, a través de los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. México, pues, se adentró a la cadena de producción internacional.

En este sentido, nuestro país se vio inmiscuido en la producción de mercancías por parte de empresas transnacionales y trusts, que exigen para su funcionamiento, abastecimiento de fuerza de trabajo, recursos naturales y para su distribución, mercados. Así, el capitalismo moderno configuró las cadenas productivas a escala global.

 No obstante, vale preguntarse, ¿cuáles han sido las consecuencias de este proceso histórico en las economías latinoamericanas, entre ellas, México? Atilio Boron, en su introducción a Socialismo siglo XXI, ¿Hay vida después del neoliberalismo? comenta: “Las principales economías de la región y aquellas que fueron la vanguardia de este proceso –nos referimos sobre todo a los casos de Argentina, Brasil, Chile y México– siguen debatiéndose con los problemas tradicionales del atraso: estructuras económico-sociales desequilibradas; grandes bolsones de pobreza, indigencia y exclusión social periódicamente crecientes; extrema concentración de la riqueza y los ingresos; vulnerabilidad externa; debilidad estatal; escandalosa regresividad tributaria y <<democracias>> más aparentes que reales, en las que brillan por su ausencia los más elementales derechos ciudadanos. (…) El capitalismo ha demostrado que no es la tan proclamada ruta hacia el desarrollo para los países de la periferia, sino precisamente lo contrario: el camino más seguro para perpetuar el subdesarrollo. (…) Visto desde una perspectiva histórica y geográfica más amplia, el capitalismo es el modo de producción que ha servido para que un pequeño grupo de naciones –de las cuales ninguna fue <<subdesarrollada>> se desarrollasen, pero al precio de excluir de tales beneficios a todas las demás.”

Las problemáticas descritas por Atilio Boron corresponden a una de las leyes inherentes al modelo capitalista: la propiedad privada de los grandes medios de la producción económica. Esto es especialmente notable en esta, su fase de desarrollo más avanzada, donde la competitividad es prácticamente nula. Para su reproducción, el imperialismo requiere forzosamente producir, reproducir y monopolizar tecnologías desarrolladas.

Es en este contexto donde intervienen actores externos, mas no ajenos, a la producción económica; las políticas públicas de las naciones, programas y proyectos de partidos políticos, instituciones académicas, organismos internacionales, la ciudadanía en general. Superar los graves problemas sociales que aquejan a la inmensa mayoría de los países del mundo, entre ellos México; depende fundamentalmente del desarrollo de la actividad científica, de su divulgación y su aplicación. El argumento, estimado lector, será explicado en las siguientes partes de este espacio.           

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