En esta ocasión quiero dedicar modestamente estas líneas a los mexicanos que han decidido trabajar arduamente para construir una patria más justa, buscando una distribución más equitativa de la riqueza en nuestro país, me refiero a mis queridos compañeros organizados en el Movimiento Antorchista Nacional.
Desde su creación, hace 47 años, la organización tiene como objetivo principal organizar y educar al pueblo trabajador tanto en la ciudad como en el campo, para lo cual ha creado un programa de lucha a corto, mediano y largo plazo; en este sentido podemos decir que la lucha ha dado resultados positivos a la población, millones de mexicanos de todo el país han logrado progresos relevantes en el área educativa, en la salud, vías de comunicación (caminos, carreteras, pavimentación de calles), agua potable, electrificación, drenaje, vivienda, etc.
Objetivo que no se hubiera podido conseguir sin los recursos económicos necesarios para la lucha, en la generación de los cuales se ha contado siempre con la participación activa de todos sus miembros y ahora hago referencia a la pequeña estructura económica, pero indispensable para que cualquier movimiento serio pueda realmente cumplir y ser consecuente en la defensa de los más pobres de México; por eso desde su creación la organización lleva a cabo actividades financieras diversas: realización de rifas, colectas públicas, kermeses, también se han instalado algunos negocios (estaciones de servicio, tiendas de abarrotes, tortillerías, restaurantes, entre otros), con el único objetivo de solventar los gastos de la actividad diaria.
Consciente de esta necesidad, se ha vuelto una práctica constante hasta en las zonas más apartadas del país que los campesinos, colonos, obreros y estudiantes contribuyan con su granito de arena para desarrollar dicho proyecto, tal es el caso de los antorchistas del seccional de la Cañada de los Once Pueblos, quienes realizaron la rifa de aparatos electrodomésticos, el pasado fin de semana, contribuyendo así al fortalecimiento de este aspecto del trabajo de nuestra querida organización; a pesar de los tiempos tan difíciles que vivimos los antorchistas de Zacapu, Chilchota, Tangancícuaro, Zamora, Jacona y Sahuayo cumplen con esta tarea una vez más, por eso mi más sincero reconocimiento a su desprendimiento para contribuir en este gran proyecto de nación.
Pese a los logros tan relevantes, el Movimiento Antorchista Nacional tiene claro que no es suficiente, porque en la actualidad ha crecido en varios millones el número de mexicanos en situación de pobreza, que es cada vez más aguda; nuestra lucha sigue vigente porque la brecha entre los ricos y pobres cada día es más pronunciada. Situación que se debe corregir con el cambio de modelo económico que reina en el país, tarea impostergable que debe tomar en sus manos el pueblo mexicano y todos aquellos sectores de la población que compartan el sueño de construir “un mundo lleno de luces, donde el hombre trabaje y viva si llorar, donde el alma se expanda y vibre tiernamente, como el ave que canta, como el cielo y el mar…” (fragmento de la poesía “Inquietud”, del ingeniero Aquiles Córdova Morán).
Sigamos luchando, hasta hacer realidad nuestros sueños, no olvidemos que la historia nos ha demostrado que los grandes proyectos de la humanidad siempre se construyen primero en la cabeza de los hombres, por tanto, la organización que nació en la Mixteca poblana, hace 47 años no tiene enemigos personales, el único enemigo al que combate día y noche es la pobreza que aqueja a los mexicanos.
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