MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La juventud: el nuevo liderazgo en Huitzilan

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“Ha llegado el momento de que haya una renovación generacional en el liderazgo de Huitzilan”, fueron las palabras de nuestro querido maestro Aquiles Córdova Morán, durante los funerales de quien fue el primer elemento de esta necesidad, el licenciado Manuel Hernández Pasión, expresidente municipal que murió por las balas asesinas del cacicazgo de la región. Entonces, hizo el llamado a los jóvenes a ser ellos quienes encabecen la lucha de su pueblo con inteligencia, compromiso y valentía, como lo hizo Hernández Pasión y los hombres valientes que junto con el Movimiento Antorchista liberaron del terror a Huitzilan, para seguir trazando un futuro más prometedor.

Las condiciones reales del municipio nos muestran que, en efecto, la juventud tiene en sus manos el destino de su pueblo: para seguir dibujando el proyecto exitoso que les permitió su libertad, desarrollo y mayor bienestar social; o para revivir esa época de terror, de explotación y asesinatos, que expulsó a medio pueblo. Para determinar qué camino elegir, será necesario, como dijo en ese mismo discurso el maestro Aquiles, que los jóvenes conozcan su historia y asuman el compromiso de dirigir a su pueblo, de lo contrario, elegirán la opción que busca controlar nuevamente la educación, el comercio y la vida de los huitziltecos.

La llegada del licenciado Manuel a la presidencia municipal, fue el evento que colocó las bases de esta renovación generacional. Sin abandonar la causa que defendieron aquellos hombres valientes que buscaron desatar las cadenas del terror provocado por la UCI y el cacicazgo, y que trabajaron por muchos años para dotar de los servicios básicos a un municipio que estaba en la oscuridad y el atraso, con su respaldo, con una gran visión progresista y claridad política, aceleró el proceso de desarrollo de Huitzilan hasta ser reconocido en toda la Sierra Norte como el municipio que avanza, avanza y avanza. El licenciado Manuel enfocó sus esfuerzos un proyecto de éxito que llevó a Huitzilan a materializar grandes sueños: el principal, un hospital con atención las 24 horas, una unidad deportiva única en la región, la pavimentación de los accesos principales, embellecimiento y mejoramiento de la infraestructura urbana, mejoramiento de la actividad económica primaria que es el cultivo del café; una inversión de más de 500 millones de pesos en obras y apoyos, que se ejecutaron en tres años de su administración. Pero no sólo en el aspecto material, en la educación y la concientización de su pueblo, del que van surgiendo los hijos que defenderán este proyecto de continuidad de 37 años.

El éxito del proyecto se debe, principalmente, a que el licenciado Manuel es resultado de la lucha y la formación de un hombre nuevo: más visionario, progresista y comprometido con su pueblo; en segundo lugar, a su formación teórica que le permitió conocer las leyes que rigen al universo y que muestran que una mejor vida es posible y, además, que nunca olvidó la historia de su pueblo: no la vivió, pero siempre buscó la forma de conocerla de boca de los actores principales de las diferentes etapas cruentas; incluso, fue uno de los defensores de la lucha del pueblo, denunció las atrocidades cometidas por el cacicazgo y los pistoleros de la UCI, y buscó hacerle claridad a los huitziltecos para que no se dejaran engañar por falsos redentores. La transformación de Huitzilan y el prestigio del ayuntamiento antorchista encabezado por el licenciado Manuel significó un peligro para el poder y dominio del cacicazgo de la región, y por eso orquestaron el terrible crimen de la forma más cruel.

La muerte de uno de los más grandes líderes del pueblo huitzilteco le dolió a este en lo más profundo del corazón; sin embargo, no fue motivo para retroceder y ceder ante quienes lo sometieron por muchos años. Le dio valor a miles de estudiantes, profesionistas, artistas, con una visión diferente, nacidos de la masa. Un grupo de jóvenes comprometidos con la causa de sus padres y abuelos, que se están formando, así como el licenciado Manuel, para conocer las verdaderas causas de los fenómenos económicos y sociales: cuál es la medicina a los males de su municipio y de su país; hombres con conciencia de clase, que no se preocupan sólo por su felicidad, sino por la del pueblo de México, porque si bien dan la lucha para defender el proyecto de progreso de su pueblo, también lo hacen por el de su país.

Considero, pues, que la vanguardia del municipio está respondiendo a las necesidades actuales; ahí está el actual presidente municipal el profesor Delfino Bonilla Ángel, los jóvenes que integran el pleno central del municipio, los jóvenes activistas que día con día recorren las comunidades y conocen las necesidades de su gente, mis compañeros del equipo de publicaciones que han estado trabajando para que se escuche la historia de éxito de su pueblo y porque se conozca el movimiento de este, los estudiantes de la FNERRR y muchos otros que se han sumado a la gran labor de defender a su pueblo; sin embargo, necesitan no olvidar un elemento importante: la unidad, la valentía y el trabajo colectivo como elementos que permitieron a Huitzilan volver a ver la luz, y de ahí la importancia de que esa vanguardia trabaje para integrar a más jóvenes dispuestos a dar la vida por su pueblo y evitar otra tragedia como la que vivió por la ambición y violencia del cacicazgo y la UCI.

En este tenor, cobra importancia la presentación del libro De revolucionarios a pistoleros, escrito por el Licenciado en estudios latinoamericanos de la Universidad Autónoma de México (UNAM) Ehécatl Lázaro Méndez, en el que narra el origen, desarrollo, intervención en la vida de municipios oprimidos por el cacicazgo y deformación de la Unión Campesina Independiente (UCI), una escisión de la CCI. ¿Por qué?, por la razón que mencionó el Ing. Aquiles en los funerales del licenciado Manuel: los jóvenes no deben olvidar su historia, porque eso les permitirá sostener la bandera que defendió Manuel y los hombres valientes que desataron al pueblo de las cadenas del cacicazgo y la UCI. Y es que el libro del también investigador del Centro de Estudios Económicos y Sociales (Cemees) habla de una de las organizaciones que prometió salvar al municipio de la esclavitud del cacicazgo, pero que terminó como un movimiento de pistoleros al acecho del pueblo huitzilteco, para apoderarse de sus cosechas, de sus hogares, de mujeres y de su vida. Los jóvenes deben conocer de voz de quienes vivieron estos acontecimientos, y también de documentos con rigor científico como el de Ehécatl, pues nos dan un panorama de la situación que vivió el pueblo en tiempos de dominio caciquil y de la UCI, y que el pueblo, sabio y valiente, no estará dispuesto a regresar a esa época de violencia.

El desarrollo material e intelectual de los hijos del pueblo de Huitzilan, ha mostrado que la renovación generacional es posible, que se están formando a los líderes que con la guía del Movimiento Antorchista están tomando la batuta de quienes iniciaron la lucha por un mejor lugar donde vivir; pero no deben olvidar el trabajo colectivo, la importancia de la unidad y mucho menos  la historia de su municipio, de que hubo un grupo de hombres valientes que dieron la vida para que ahora puedan caminar sobre las calles de un municipio con libertad y paz social. Será eso lo que les permita convencerse de no traicionar los ideales de sus padres y de sus abuelos, pues hacerlo sería una traición al pueblo trabajador que dio su cuota de sangre, sacrificio y sufrimiento por su libertad. No olviden, tampoco, que Huitzilan es para muchos que no nacimos aquí, el elemento que nos convenció de abrazar el compromiso de luchar por el pueblo trabajador, porque aquí descubrimos que una mejor vida es posible y que por eso vale la pena luchar y sacrificarse, porque Huitzilan, es un ejemplo de lo que queremos para todo el país, y en eso hay que seguir trabajando.

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