Las formas de gobierno dictatoriales mantienen a las masas populares totalmente alejadas de la actividad de gobernar y sin ninguna posibilidad real de participar en las decisiones que tienen que ver con sus libertades, con sus derechos y con sus niveles de bienestar.
El señor Miguel Barbosa ha convertido al gobierno de Puebla en una dictadura. Hay hechos claros que nos dicen que Barbosa quiere controlarlo todo. Él quiere decidir sobre todo y ha sometido a todo el aparato de gobierno a sus caprichos personales. Él ordena en el Congreso lo que se debe legislar. Él dice en la policía a quién se debe perseguir y quiénes son los intocables. Él ordena en el Instituto Electoral del Estado y en el Tribunal Electoral. Los ciudadanos poblanos vivimos bajo la bota de una dictadura morenista que nos ha traído muchos males, muertes y hambre.
Miguel Barbosa Huerta es, pues, un dictadorzuelo de rancho. Y así fue como actuó en las elecciones de junio de este año. Porque, hablando claro y en castellano, para él la democracia se reduce al derecho de la masa popular a darse un amo con poderes absolutos, un amo que controle todo, que ordene sobre todo y a quien nadie pueda contradecir.
En Puebla, el Movimiento Antorchista se ha convertido, porque así lo decidió el gobierno, en un enemigo del poder gubernamental al que se ha propuesto aniquilar. Antorcha es un problema para Morena, porque la fuerza unida del pueblo siempre será un estorbo para los dictadores. Por eso nos convirtió en su enemigo número uno y así es como Barbosa desató una campaña para destruir a nuestra organización con calumnias en la prensa, amenazas de cárcel, órdenes de aprehensión, acciones ilegales de todo tipo contra nosotros y la represión desde los cuerpos de agentes de la Fiscalía y la Guardia Nacional.
Nosotros no nos echamos para atrás. Resistimos y vivimos, gracias a que un pueblo nos respalda. Así llegamos a las elecciones de junio pasado, en las que el Movimiento Antorchista compitió con varios candidatos. En Ocoyucan y Huitzilan de Serdán hicimos campañas limpias, claras y convencimos a los ciudadanos. Por eso logramos triunfos contundentes. Rosendo Morales Sánchez ganó en Ocoyucan y Josué Elías Velázquez Bonilla ganó en Huitzilan. Para el gobierno de Morena, eso es un problema. Y decidieron impugnar los resultados e intentan robarnos, en la mesa, los triunfos que no ganaron en las urnas.
Antorcha inició una campaña de lucha en la defensa de la voluntad del pueblo huitzilteco y ocoyuquense para elegir a sus presidentes municipales. Esto quiere decir que la verdadera democracia, la democracia que le sirve realmente al pueblo es el mismo pueblo el que la debe defender con su organización, con su lucha, con su unión para ponerle un freno a los gobiernos despóticos, como el de Barbosa, que buscan arrebatarle uno de sus derechos fundamentales.
Los antorchistas de Puebla no claudicaremos en esta lucha, porque se trata de una lucha justa y legal. Permitir que nos roben los triunfos equivaldrá a convalidar la dictadura de Morena en Puebla. Desde este momento, Antorcha amplía su lucha hacia todo el país y cada rincón de México se enterará de lo que pasa en Puebla bajo la bota dictatorial de Miguel Barbosa. Ni un paso atrás. Los triunfos en Ocoyucan y Huitzilan son nuestros y los defenderemos con toda la fuerza antorchista de Puebla y el país.
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