Como es del conocimiento público, desde septiembre de 2021, Zacatecas es gobernado por David Monreal Avila, quien llegó a la más alta representación con un gran respaldo popular, producto de una campaña intensa en la que se ofertaron soluciones prontas a los más diversos problemas de los zacatecanos.
A los pocos días de su arribo al poder, detonaron diversas protestas sociales protagonizadas por los pensionados del ISSSTE, por los maestros que reclamaban su pago, por los familiares de víctimas en actos delictivos y un largo etcétera se sumó a la denuncia y manifestaciones en la vía pública. La respuesta de diversos actores y funcionarios fue que se trataba de un acto prematuro, que se debía dejar actuar al nuevo gobierno y que pronto se podría observar un viraje en las políticas gubernamentales que beneficiaría a la mayoría de la población.
Desde entonces, son 17 meses los que han transcurrido y el balance sobre el quehacer gubernamental deberá hacerlo la ciudadanía, por nuestra parte podemos dar cuenta de lo siguiente.
Con el objetivo de no resultar incisivos o inoportunos, el Comité Estatal del Movimiento Antorchista de Zacatecas, que tengo la distinción de presidir, decidió que debíamos esperar al nombramiento de los funcionarios de primer nivel, particularmente de quién desempeñaría el cargo de Secretaria General de Gobierno, a efecto de exponer las solicitudes de centenas de ciudadanos organizados.
Así aconteció y encontramos, como grata respuesta, que en corto tiempo se programó una cita con Gabriela Pinedo Morales, segunda a bordo en la estructura gubernamental y quien, con claridad, nos dijo que resultaría complicado atender de inmediato las peticiones expuestas, pues los recursos públicos se habían agotado y, por ende sería, necesario considerarlos en el siguiente ejercicio fiscal.
El año 2022 llegó y con él un largo peregrinar de oficina en oficina en donde se pedían listas, se aseguraba que se harían visitas a los domicilios y se realizaría el análisis de las peticiones para ver la factibilidad de cada una; así transcurrió todo el año, primero con la interlocución de la Subsecretaria, Julia Olguín, posteriormente del Subsecretario, Javier Reyes Romo, y en los últimos meses con Diana Saucedo, quien se desempeña como Secretaria Técnica de la Secretaría de Gobierno.
Cualquier lector desinformado podría pensar que se trata de necedades de los dirigentes, que es el anhelo de que se entreguen los apoyos a los líderes o que se trata de caprichos a título personal, nada más lejos de la realidad. El pliego expuesto contiene obras de carácter elemental como agua entubada, red de energía eléctrica o drenaje para diversas comunidades y colonias; acciones de orden social como apoyos alimentarios o acciones de mejoramiento a la vivienda; apoyo a los campesinos con fertilizante o semilla e impulso a jóvenes para que continúen su preparación académica.
Como puede verse, se trata de acciones absolutamente legales que empatan con los programas institucionales y que por ningún motivo pueden negarse, independientemente de los mecanismos para materializarlos o poco importa si es solicitud de un grupo organizado, pues la ley consagra estos derechos y el gobierno tiene la obligación de atender a todos sin distinción.
Eso debería suceder, pero no es así, por ello no queda otra opción que continuar levantando la voz, quizá ello implique riesgos y dificultades, es probable que vengan los señalamientos de siempre acusando a los líderes de pretender vivir del erario público o de agandallar los recursos, pero la lucha implica enfrentar adversidades.
Quiero por ello convocarlos a que el próximo uno de febrero acudamos a presentar el pliego petitorio de este año y solicitemos audiencia con el gobernador David Monreal Ávila, a efecto de que se atiendan nuestras justas demandas, que habrán de contribuir al desarrollo social y bienestar de los zacatecanos.
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