El jueves 28 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador, mandó al Congreso de la Unión su iniciativa de ley en materia electoral que, según algunos expertos en la materia, es altamente peligrosa para la democracia de México que el mismo presidente jura defender; mi intención aquí no es ahondar en el tema, me interesa más ver cuál es el trasfondo del asunto.
A López Obrador le queda claro que desde el momento en que mandó su iniciativa esta, está muerta porque no cuenta con los 375 votos de los 500 legisladores que integran la Cámara de Diputados para que sea aprobada, así como pasó con la reforma eléctrica por la que la oposición se pudo mantener como un solo bloque e impidió que su aprobación; ahora han salido varios legisladores a decir que lo mismo pasará con la reforma electoral.
Pero cabe la pregunta, ¿Cuál es la intención del presidente de estar mandado iniciativas de ley que claramente no van a pasar en la Cámara de Diputados? ¿Qué gana con estar confrontándose con los diputados de oposición? Pues bien, primero, claramente su intención es estar echando tierra en los ojos a todos los mexicanos, tratando de vender la idea de que sus iniciativas son en beneficio directamente del pueblo; y segundo, que está librando una lucha en contra de los opositores corruptos y neoliberales, como él los llama, porque no tiene otra forma de incrementar su popularidad. Para López Obrador ha sido una constante utilizar este tipo de maniobras como los ataque al Instituto Nacional Electoral (INE), la ratificación de mandato, la reforma eléctrica, la nacionalización del litio, y ahora la reforma electoral viene también la reforma educativa.
Y todo esto para que, precisamente para negar la realidad, para negar todos los acontecimientos negativos que están sucediendo en el país. El domingo primero de mayo, día en que se celebró a los trabajadores de todo el mundo por la lucha y la sangre derramada para tener mejores condiciones de trabajo, se convirtió en el día más sangriento y violento en lo que va del año, con 112 personas víctimas de homicidio doloso.
De acuerdo con el reporte diario del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el domingo 25 de abril fue el día más violento en lo que va del año, con 115 homicidios; los feminicidios que son producto de la misma inseguridad, también están a la alza, en el primer trimestre del año ya se pueden contar 229; en lo que va de 2022, en todo el país han sido asesinadas 8 mil 478 de acuerdo con el reporte diario, un promedio diario de 78.1 casos, y en lo que va del sexenio ya llevamos 120 mil 499 homicidios dolosos y feminicidios, más que los 120 mil 463 casos de homicidio doloso y feminicidios cometidos durante toda la administración de Felipe Calderón, una verdadera desgracia para el país.
Por otro lado, la pobreza en nuestro país no para, en lo que va del sexenio han engrosado las filas más de 4 millones de pobres; la inflación disparada totalmente en 7.72 por ciento, como no se había visto en más de 25 años y como consecuencia el alza de los precios en la canasta básica; comparado el salario mínimo en kilos de tortilla, como le gusta comparar al presidente, hace dos décadas el salario mínimo alcanzaba para comprar alrededor de 50 kilos de tortillas, ahora incluso con los incrementos del salario solo alcanza para comprar 7.2 kilogramos, y claro, no podemos culpar totalmente a este gobierno, pues en varias administraciones ha venido a la baja, pero lo cierto es que en ya casi 4 años de gobierno esto no se ha revertido, sino que se ha agudizado.
Lo que nos tiene que quedar claro es que, aunque el presidente utilice todo el poder y el recurso del Estado para hacernos creer otra realidad en la que los mexicanos viven felices, la realidad no perdona y tarde que temprano siempre termina golpeando la cara del que no la quiere ver; por eso es necesario que los mexicanos nos demos cuenta de la realidad y prepararnos para lo más difícil, que todavía está por venir. Solo el pueblo organizado podrá lograrlo.
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