MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿La pandemia del SARS-CoV-2, un medio de distracción ante la violencia intrafamiliar?

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Bien se sabe que las mujeres son piezas esenciales para las actividades que se realizan día con día, recordemos que ellas encabezaron uno de los principales movimientos para la lucha de igualdad y justicia que las consolidaron hoy en día como una de las personas primordiales en las labores actuales. Sin embargo, aún existen personas que no valoran su esfuerzo y dedicación, personas que carecen de sabiduría y empatía, esas son las que aún persisten con las ideologías machistas, las que creen que los hombres lo son todo, pero me atrevo a refutar esta idea, muchos expertos han señalado que la aparición de las mujeres en esta sociedad es muy superior que la de los hombres, ellas son la clave de la existencia, literalmente

En México, la participación de las mujeres en la sociedad es superior al de los varones, según el INEGI, en 2016 la participación de las mujeres de entre 15 años, es más, el 66.1% (30.7 millones) han enfrentado violencia de cualquier tipo provenientes de cualquier agresor, alguna vez en su vida. El 43.9% han enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación, está más acentuado entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (48.0%), que quienes lo hicieron a los 25 o más años (37.7%). En 2018 se registraron 3,752 defunciones por homicidio de mujer, el más alto registro en los últimos 29 años (1990-2018), que significa que fallecieron 10 mujeres diariamente por agresiones intencionales.

Esta violencia contra la mujer en sus distintos aspectos no es nueva, esta situación varía en función a la entidad, la edad, su localidad rural o urbano, o bien si son hablantes de una lengua indígena, lo que muestra situaciones diferenciadas y de mayor desigualdad. Pero en cuanto a los patrones culturales, las mujeres hablantes de una lengua indígena o que pertenecen a un hogar indígena, han tenido menor acceso a la educación y al trabajo renumerado, lo mismo que quienes residen en las localidades rurales (menores de 2,500 habitantes) y las mujeres separadas, divorciadas y viudas, pues cabe mencionar que este nicho social son las que sufren por llamarlo de cierta manera, ya que las personas que conforman la sociedad son de mente cerrada y educadas a la antigua, es decir, en estas localidades rurales, las mujeres no tienen una libertad de expresión por los pensamientos machistas de los hombres que radican en la población, ellos tienen el control sobre las mujeres, y son las que reciben mayor violencia tanto física como verbal.

Sin embargo, los habitantes de zonas urbanas tampoco se salvan de estos maltratos, ya que existen hombres que padecen enfermedades psicóticas que creen tener el control, sobre todo, es decir, al momento de tener una pareja sentimental ellos se adueñan como si ellas fueran parte de una decoración o un objeto que se tiene cuando se quiere y se desecha cuando ya no les sirve. La violencia contra las mujeres no es un problema de índole privado, es más bien social, es un problema que le pertenece a todos, pero, ¿qué se está haciendo para combatirlo?

En su momento sí, todos hablando y poniéndose en los zapatos de ellas, pero y ¿ahora? ¿Dónde queda esos apoyos que se decían ofrecer para ellas? Ahora, todo mundo está centrado en la Pandemia, en el COVID-19, y está bien, hay que combatir la enfermedad, pero eso disfraza otras necesidades, carencias que está viviendo la gente, el desempleo, el estrés está aumentando los números de las mujeres agredidas, pero nadie, absolutamente nadie está tomando cartas en el asunto, muchas mujeres son agredidas físicamente, pero nadie lo puede saber y ayudar porque todos están en casa, creyendo que todos están en familia "unidos". Hay muchas cosas que el COVID-19 oculta, y se tratan de esconder, los diputados o la bola de jauría que tiene el País en su congreso, solo sirven para levantar la mano para supuestamente avalar alguna otra reforma o ley que quiere cambiar el señor presidente. Prueba de esto es querer concentrar todo el poder económico y político para asegurar otro sexenio en la presidencia, utilizando la pandemia como cortina de humo en estos tiempos.

El gobierno no debería de tachar a otros de conservadores o corruptos por tratar de corregir al gobierno o criticarlo, es aquí donde resalto que la violencia en México no es provocada solo por una persona, sino que involucra otros factores en las que enfatizo las siguientes dos:

1.- Quitarle el derecho a uno y dárselos a otros, o bien, sentirse superior a otros. Lo cual es muy evidente que lo que se dice en palabras no es lo que se refleja en los hechos.

2.- La discriminación no se está combatiendo, les dan prioridad a otros proyectos nacionales y no en lo que realmente necesita el pueblo.

Quiero recordar que estos últimos meses donde se ha crecido y triplicado los casos del COVID-19, es increíble que el gobierno federal no reaccione y el vea el pedir de miles de mexicanos, alimento para sus familiares, para las madres que viven al día, no debería tachar al pueblo de chantajistas o provocadores, que quieren utilizar la pandemia para darse a conocer, la gente exige lo que se merece. Es momento de que los mexicanos no se queden callados, hay que seguir exigiendo que se haga un plan de alimentación y vigilancia para prevenir la violencia contra las mujeres mexicanas, que no se les discrimine y que sean tomadas en cuenta con respecto a sus peticiones más elementales, porque el derecho es de todos no de una minoría que gozan de privilegios y que son protegidos por el mismo gobierno, mientras que el resto se esté muriendo de hambre y violentadas dentro de su propia casa durante la cuarentena.

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