El pasado lunes 27 de marzo, poco antes de las 10 de la noche, se registró un incendio en la Estancia Provisional de Ciudad Juárez, Chihuahua, del Instituto Nacional de Migración (INM), donde estaban encerrados bajo llave más de 60 migrantes latinoamericanos. De acuerdo con las últimas noticias van 39 defunciones y más de 20 lesionados siguen hospitalizados, con heridas graves.
Hay un video, que empezó a circular en redes sociales, del interior del centro migratorio que muestra como el humo y las llamas comenzaron a extenderse mientras los migrantes intentaban abrir las rejas a patadas. En las imágenes también se puede ver al personal de seguridad que no hizo nada por ayudar a salir a los migrantes y huyen del inmueble. Una imagen de terror se provocó cuando los cuerpos de los muertos fueron colocados en el estacionamiento del edificio del INM, cubiertos con colchas térmicas de aluminio, mientras fueron levantados por el personal del Servicio Médico Forense (Semefo).
Es importante no perder de vista que, Cd. Juárez es la segunda ciudad más violenta del país, donde se estima que hay más de cuatro mil migrantes en instalaciones hechizas y muchos de ellos duermen debajo de los puentes fronterizos y cada mes se acumulan miles más, de tal manera que esto ha ido tomando tintes de catástrofe humanitaria. Tampoco debemos olvidar que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) primero invitó a los migrantes, les dijo que había trabajo en el país y que les daría visa, todo esto a través de su programa Sembrando vida. Ofreció incluso afiliarlos al IMSS, pero después, se ha dedicado a perseguirlos y encerrarlos violando con ello sus derechos humanos.
En visita de Joe Biden al país, en enero y hay datos que registran que, desde el gobierno de Trump, el Gobierno federal aceptó admitir a 30 mil migrantes al mes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití que sean expulsados de Estados Unidos por cruzar la frontera de forma irregular. Esto ha colocado al INM en una situación critica, pues no estaban preparados para atender esta situación y a esto hay que agregarle que, como a otras tantas dependencias les ha recortado el presupuesto con el pretexto de su cruzada contra la corrupción y sus funciones han sido absorbidas por trabajadores que no están capacitados para ello.
Por tanto, ambas políticas adoptadas por el presidente López Obrador provocaron esta desgracia, por tanto, por más maniobras y maromas que haga el gobierno morenista, la tragedia tiene un responsable, y éste es el Estado. No fue un accidente, sino un terrible acontecimiento que se pudo evitar. Si Morena no estuviera en el poder, seguro que ya estaría organizando movilizaciones por los migrantes muertos bajo la consigna “fue el Estado”, pero ahora, aprovechando su mayoría en el Senado han rechazado exigir las renuncias de Augusto, Ebrard y Garduño.
Es de llamar la declaración del Secretario de Gobernación donde señala que el secretario de Relaciones Exteriores, es el responsable de atender los temas migratorios en México, como el reciente incendio en la estación del INM, y aunque si hay un “acuerdo interno”, en el Gobierno federal para que Marcelo Ebrard conduzca la política migratoria, la Ley Orgánica de la APF y Ley de Migración no quitan al INM ni a Gobernación sus facultades o responsabilidades operativas. Es decir, a la hora de asumir responsabilidades se olvidan que “son camaradas y casi hermanos” y optan por echarse la bolita, lo cual solo exhibe su irresponsabilidad y falta de empatía con las victimas.
Basta con revisar la publicación hecha en sus redes sociales por Porfirio Muñoz Ledo: “La hoguera en la que fueron calcinados esta madrugada 39 hermanos migrantes en Ciudad Juárez no es un accidente fortuito sino un crimen de Estado. Consecuencia de políticas sistemáticas del gobierno mexicano que violenta los derechos humanos, tanto en la frontera norte como en la sur. El INM se ha transformado en un instrumento neonazi y servil que recuerda los campos de concentración y exterminio. El holocausto desenmascara el trasfondo político de este gobierno hacia América Latina y el Caribe. El resto es demagogia”.
Así los que se dicen diferentes pretenden minimizar la grave situación, proteger y evadir de responsabilidad a los verdaderos culpables de este crimen, presentando a ocho presuntos responsables, que no son otra cosa que “chivos expiatorios”, para ellos los únicos a los que se debe castigar es a los guardias y con ello pretenderán dar carpetazo al asunto. Tampoco hemos visto ningún acto de autocritica y ningún funcionario ha renunciado. Para ellos, es más importante su lucha interna y externa por quien será el próximo presidente del país. Este hecho los vuelve a retratar de cuerpo de entero y se vuelve a comprobar que es mentira aquello que tanto dicen “Primero los pobres”.
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