Las encuestas son técnicas usadas por el hombre para recoger de manera eficaz y rápida datos e información de una realidad concreta. Bien elaboradas y aplicadas sirven al hombre para analizar de manera precisa el comportamiento de un fenómeno social, electoral, político, económico, biológico o físico. Esto es así porque ellas están respaldadas por las ciencias de estadística y la probabilidad, ramas de la matemática que han ayudado al hombre para predecir un fenómeno o adelantarse en la toma de decisiones para prevenir una crisis económica, por ejemplo, o una catástrofe natural o detectar una enfermedad crónica en la población, etc. En resumen, la encuesta, es fundamental para el desarrollo y supervivencia de una sociedad en todos los sentidos de la palabra. Creo que esta debiera ser su finalidad y ninguna otra. Por eso es de vital importancia que su aplicación sea objetiva para que sea de utilidad al hombre en su análisis.
La técnica de la encuesta ha sido útil en múltiples fenómenos, en particular, ha cobrado mucha importancia en la política, sobre todo para evaluar el desempeño de presidentes municipales, diputados locales y federales, gobernadores y presidentes de una nación. Con la ayuda de una encuesta, el pueblo puede medir su confianza, desaprobación o aprobación hacia un gobierno. Si este realiza un trabajo aceptable a favor de los más menesterosos, crea proyectos de gran impacto y obras públicas, invierte en las infraestructuras educativas, genera plazas para los docentes, crea condiciones para el desarrollo económico, edifica hospitales suficientes para todos, realiza compras de medicamentos y vacunas para todos, impulsa la creación de empleos bien remunerados, en fin, resuelve las demandas más apremiantes de sus ciudadanos, no hay duda de que los resultados en las encuestas serían favorables y el mismo pueblo votaría porque tal gobierno o presidente siguiera en el poder por su buen desempeño y preocupación por la clase más desprotegida. Mientras que, por el contrario, si aquel es un gobierno altanero, indolente, insensible al grito de justicia de los pobres, se niega a proporcionar apoyos sociales, no impulsa la creación de infraestructuras educativas, no se preocupa por crear plazas y tampoco proporcionar horas de contrato para el magisterio, no le interesa invertir en la construcción de aulas y laboratorios para los estudiantes pobres, tiene un nulo interés por la creación de obras de gran impacto y obras públicas, reduce o elimina el presupuesto para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la educación y encima de todo esto, no implementa un plan para la compra de medicamentos y vacunas para su pueblo, mucho menos en este tiempo de la pandemia desea subsidiar a las pequeñas y medianas empresas que son las que generan más empleo, al menos aquí en México, es natural que las encuestas arrojarán resultados negativos hacia su desempeño. Puede darse el caso que las encuestas se maquillen para el bien o para el mal, pero nunca la realidad misma puede ser maquillada, que es de donde una encuesta encuentra su fuente de información. Esta realidad, a pesar del maquillaje que pudiera hacerse en una encuesta, irá permeando poco a poco en la opinión del pueblo y más temprano que tarde esta opinión cobrará fuerza y el pueblo la cristalizará en las urnas de las elecciones federales.
Pues bien, las encuestas aplicadas por Arias Consultores y Consulta Mitofsky, empresas encuestadoras y consultoras mexicanas, muy serias y reconocidas en su ámbito a nivel nacional arrojan resultados verdaderamente preocupantes que deben poner a pensar al mexicano sobre su voto para las elecciones de junio del 2021. Quiero referirme, primero a las encuestas aplicadas por Arias Consultores en marzo y diciembre de 2020. En ambas encuestas con una diferencia de casi nueve meses, la opinión negativa de los poblanos hacia su Gobierno morenista Miguel Barbosa Huerta, no cambió significativamente. En la evaluación de marzo, Barbosa ocupó el primer lugar, de los 32 gobernadores evaluados, con el pésimo desempeño en materia de la economía, seguridad, disminución de la corrupción y apoyos sociales (El Sol de México, 8 de abril de 2020). Nueve meses después (diciembre de 2020), la misma consultora reveló nuevamente al gobernador poblano como uno de los pésimos en los mismos conceptos anteriormente considerados (el segundo de los peores evaluados): fue reprobado con el 73.4 por ciento de los encuestados y se ganó una indiferencia del 17.3 por ciento. Solamente una ínfima parte de la población encuestada (10.6 por ciento) aprobó su trabajo. Pero eso no es todo: los gobernadores de tinte morenista reprueban en conjunto en su desempeño como jefes de gobierno: de acuerdo con la encuesta de diciembre del 2020, los gobernadores morenistas se ubicaron en el tercer lugar con apenas 27.1 por ciento de aprobación; le siguieron los gobernadores de afiliación priísta, en segundo lugar, con 32.6 por ciento de aprobación. Y los que logran un buen desempeño son los gobernadores panistas, con el 33. 4 por ciento de aprobación.
La segunda consultora, Consulta Mitofsky, encontró resultados similares en la aplicación de su encuesta de diciembre de 2020: de 32 gobernadores del país, Miguel Barbosa Huerta se ubicó en el lugar 31 con el 62.8 por ciento de desaprobación; pero si tomamos el promedio del desempeño de los gobernadores por partidos, nuevamente los peores desempeños se encuentran en los gobernadores morenistas (47.6%), después los priistas, con 48.3 por ciento, y finalmente los panistas, con 50.8 por ciento, como los mejores evaluados. Como puede observar, amigo lector, ambas consultoras reconocidas a nivel nacional coinciden en la desaprobación generalizada del desempeño del gobernador Miguel Barbosa y del mal desempeño de los gobernadores del partido Morena.
Y no es para menos, pues Puebla tiene uno de los índices más altos en feminicidios. De acuerdo con cifras del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) de la Universidad Iberoamericana de Puebla, febrero y junio fueron los meses más violentos con 10 y 8 asesinatos diarios, respectivamente, aunque la misma universidad opina que en todos los meses del año anterior se reportaron asesinatos de mujeres. Además, Puebla es uno de los estados con más contagios por Covid-19 (el lugar número 7 a nivel nacional) y el séptimo lugar también con más muertes, aunque es uno de los tres primeros estados con la tasa de mortalidad más alta (11.5 por ciento, para ser precisos), solo por debajo de Baja California (16.1) y Estado de México (12.7).
Los datos arrojados por Arias Consultores y Mitofsky son contundentes y precisos y reflejan lo que está sucediendo en la realidad mexicana. Las malas calificaciones obtenidas por los gobiernos morenistas, así como por Miguel Barbosa, son una muestra clara de la errónea política económica y sanitaria aplicada por ellos a nivel nacional y estatal, que viene a reflejarse en la caída abrumadora de la economía, en la nula atención a los enfermos de la Covid-19, falta de obras públicas y ausencia total de proyectos de gran impacto.
El mal desempeño de los gobiernos morenistas desde el nivel estatal hasta la presidencia de la República debería poner a pensar al pueblo de México si realmente quiere una transformación para su familia y sus hijos. Las elecciones en junio de 2021 son la única oportunidad que tiene el pueblo de México de salvarse si no desea vivir, nunca más, en la tragedia alimentaria y sanitaria generada por la errónea política económica y sanitaria implementada por el presidente de la República, Miguel Barbosa Huerta y los diputados morenistas.
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