En la actualidad, tenemos en México dos mil 471 municipios que son la división administrativa de 31 entidades de la república, según el Inegi. Todos poseen un monto anual para gastos administrativos y obra pública que tiene como objetivo atender a las localidades que les corresponden territorialmente.
La ciudadanía de los municipios, ejerciendo su derecho de petición, se acerca a las oficinas de las diferentes áreas encargadas de atender los problemas de la población, para tramitar asuntos como la regularización de sus colonias; sin embargo, lo que encuentran, al acercarse a las oficinas municipales, es una rotunda negativa de parte de los funcionarios encargados de servir al pueblo. Inician así verdaderas peregrinaciones en busca de soluciones para los problemas que enfrentan en su localidad o en su calle.
Y aquí descubre sorpresivamente que no hay diferencia entre los partidos que gobiernan los municipios a la hora de dar respuestas a sus peticiones; la atención a la ciudadanía es la misma, indiferencia total de los gobernantes. Y la situación en los ayuntamientos de Campeche no es la excepción.
Va como ejemplo nuestro caso: tenemos años haciendo el trámite para la regularización de la colonia La Antorcha, ubicada en el municipio de Carmen, donde gobierna el partido Morena y lo único que hemos obtenido de las autoridades municipales, de las diferentes áreas, son pretextos y más pretextos para no aceptar el plano de lotificación que les hemos propuesto, para continuar el trámite de regularización de un predio donde un grupo de ciudadanos de escasos recursos económicos, con necesidad de un lugar donde vivir, se unieron para, con sus propios medios, como un esfuerzo colectivo y sin pedir al gobierno, adquirir un predio donde actualmente tienen un techo para sus familias.
Es injusto el trato de las autoridades porque, a pesar de todo el esfuerzo del Grupo Antorchista para resolver su problema de vivienda, derecho consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las autoridades municipales se niegan a regularizar la colonia. El Ayuntamiento no contribuye para facilitar el trámite, negando a las familias de dicha colonia el derecho a regularizarse e impidiendo así la inversión de presupuesto público para la construcción de los servicios más elementales. Es decir, los encargados de administrar los recursos del pueblo para promover y velar por el desarrollo de las comunidades, el acceso a los servicios públicos y su progreso ordenado y en sintonía con todo el municipio, son los que están impidiendo eso, son los que están negando a los ciudadanos el progreso al que tienen derecho; ¿a quienes sino a los que administran el Ayuntamiento pueden acudir los ciudadanos a solicitar se atiendan sus demandas elementales?
Es reprobable el actuar de los ayuntamientos que actúan de esta manera, olvidando que están para servir a la ciudadanía y no para poner obstáculos a la solución de los problemas, como lo es el trámite de regularización.
Próximamente iniciarán las campañas para las elecciones municipales y todos los partidos políticos correrán en busca de los votos, recorriendo hasta la última casa de los municipios para convencer de sus proyectos demagógicos a la ciudadanía, para conseguir el voto que les permita acceder al poder en sus municipios y continuar medrando del presupuesto público. Y los humildes, nuevamente correrán la misma suerte si votan por el abanico de candidatos mentirosos. El pueblo está a tiempo de reflexionar bien su voto y los antorchistas hacemos la invitación a todo el pueblo en general a que no se deje convencer con mentiras y promesas que los candidatos sueltan a diestra y siniestra, a sabiendas de que no van a cumplir.
Nuestro voto es los único que tenemos para hacer valer nuestro derecho a decidir los destinos de nuestras comunidades y, por ello, debemos convertirlo en arma del pueblo para solucionar sus demandas más urgentes, pero para hacer valer nuestro voto, para convertirlo en esa arma de lucha para el progreso, no se puede si cada quien lo hace por su cuenta y lo entrega a cambio de un beneficio personal y temporal que no le soluciona la vida ni lo saca de la pobreza, sino que los ciudadanos deben unirse y organizarse para actuar como un solo hombre y otorgar su apoyo a quienes sí les van a resolver sus demandas. Los trabajadores pobres de Campeche tenemos que unirnos y organizarnos y, llegado el momento, hacer valer nuestro voto.
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