MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Legítima defensa del derecho al trabajo

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Si bien es bueno ser curiosos y observadores, entonces conviene comenzar por preguntarse: ¿Qué es el trabajo?, y cómo es que el trabajo llegó a ser un derecho.

Haciendo un breve recuento de la historia que nos cuentan a través de los libros, el trabajo desde una época muy remota comienza en primer término con la elaboración de instrumentos que ayudaron al hombre prehistórico a facilitar las tareas de caza y de agricultura en los pueblos más antiguos. 

El desarrollo cada vez más complejo de los instrumentos y de actividades dio pauta a una coyuntura para la evolución del cerebro, así como de señas en específico, que más tarde terminarían siendo un lenguaje establecido para facilitar las tareas dentro de la comunidad. Es decir, el mismo trabajo fue un eslabón importante para la evolución del hombre y por lo tanto de la sociedad. 

Generación tras generación, el trabajo se diversificó y perfeccionó extendiéndose cada vez más a nuevas actividades, posteriormente, se sumó la agricultura, el tejido, los metales, la navegación, entre otras, permitiendo así el desarrollo del comercio y de los oficios, finalmente las artes, la ciencia, el derecho y la política.

Estas formas de producción cada vez más complejas, crearon la división entre clases dominantes y clases oprimidas, en consecuencia, los múltiples y horrorosos acontecimientos por los que la humanidad ha pasado por el resultado de esta división. En México, no fue hasta 1917 con la primera Constitución que se reconoció en el artículo 123 el derecho al trabajo, que dice: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo conforme a la ley” a nivel mundial y después de la IIGM fue que la mayoría de países del mundo conformaron un nuevo modelo que dignificara la vida humana, en 1948 se incluyó el Derecho al trabajo en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que otorgó oficialmente el valor que tienen todas las personas por el simple hecho de existir.

Sin embargo, el desarrollo del sistema capitalista ha dejado de lado este acuerdo internacional, pues el trabajo para 1% de la población es solo el incremento de capital con base a la explotación del 9% restante que trabaja solo para mantenerse con vida, la desposesión de toda propiedad por parte del trabajador hace que la riqueza se incrementa cada vez más en manos de los que no trabajan.

El derecho al trabajo, por consiguiente, no es ni de lejos un tema que deba estar en el olvido. Accesibilidad de trabajo para todos, condiciones adecuadas para el desarrollo laboral, capacitación, trato justo y salarios bien remunerados, son condiciones que deben ser conocidas por todos y por ende exigidas porque así lo marca la ley. Además del respeto a los acuerdos y negociaciones de interés común entre empleadores, trabajadores y gobierno.

Hoy por hoy, el estado de Puebla es ejemplo de que este derecho no es ni de lejos una preocupación para el gobierno, según datos de la ENOE más de 200 mil personas han perdido su empleo en el último periodo, además de ser una de las ciudades con mayor tasa de desocupación. 

En medio de este caótico escenario, el gobernador Miguel Barbosa pone en práctica su mal manejo de política, al dar la indicaciones a la Secretaría de Movilidad y Vialidad del Estado para no incluir en el rol de trabajo a las tres empresas  de gruyeros “grúas Federal, grúas Ghanto y grúas Unión” que cuentan con más de 150 unidades y crean empleo para más de 300 familias, sin un previo aviso hacia los trabajadores, el Estado ha violado el derecho de antigüedad de dichas empresas, el derecho al trabajo y los derechos humanos de todos los trabajadores que dependen de este gremio. 

¿La razón? Ser partidarios del Movimiento Antorchista desde el año 1994. Negar el derecho del trabajo a los ciudadanos por su ideología política, del tipo que sea, es pasar por alto las leyes ya establecidas, es modificar a su conveniencia el poder, pero sobretodo es ignorar que los seres humanos tienen derecho ser atendidos, a manifestarse y a exigir que se respeten sus derechos.

El Estado moderno, se construyó para que ningún gobernante pueda pasar sobre los derechos que establecen estas leyes, así como la Constitución Mexicana y la Constitución del Estado, estas deben garantizar como derecho fundamental el trabajo, mismo que no puede ser vulnerado por ningún gobernante en turno, mucho menos uno que tenga animadversión contra algún ciudadano o alguna organización.

El señor gobernador debe tener claro que los gruyeros no están solos y que defenderán su legítimo derecho a trabajar al precio que sea necesario, los antorchistas del estado nos solidarizamos con nuestros compañeros grulleros y con cualquier trabajador que las autoridades quieran conculcar sus derechos legítimos.

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