Valientes mujeres, son en apariencia sólo amas de casa tranquilas y pasivas, pero nada más que no les toquen lo más preciado que tienen: sus hijos, su familia, la vida, el bienestar de los suyos, porque aparece en su carácter la vena atrevida, de lucha, de exigencia de lo que ellas consideran como sus derechos.
Eva Villalobos. Ella quiere decirle al presidente Andrés Manuel López Obrador que les mande una ayuda, porque ahorita con esta cuarentena, no pueden seguir encerrados todo el tiempo, ya que se ven obligados por la necesidad, a salir a buscar trabajo para poder comer. Y en efecto salen, pero no encuentran nada.
Las tres se saben merecedoras de que les sean otorgados beneficios, a sus familias y a las familias de sus iguales. Tienen edad, la adultez necesaria para reclamar lo suyo. Saben que quienes gobiernan en México son, teóricamente, servidores de los ciudadanos y, en este momento, las mujeres lanzan su grito de batalla para que ya, de una vez por todas, se haga efectiva aquella frase hueca y repetida de dientes para afuera, esa de "primero los pobres".
Aquí hay pobres, pero en la práctica no son primero, pero ni por equivocación.
Nora Enda Loya Saris, por su parte, pide que les ayuden con una despensa y también para que les rebajen el pago del consumo de agua, que en las condiciones actuales, es una carga más, como lo es también el pago de las tarifas eléctricas.
Lo de ellas, sus exigencias, no son sino pedir con firmeza, que también en su cuero se cumplan todas esas cláusulas y artículos constitucionales que formalmente están por encima de cualesquier nimiedades, consideraciones de políticos, interpretaciones de gobernantes partidistas y discriminadores de lo que no huela a ellos mismos. Quieren justicia, ya hoy por hoy, justicia es utilizar los recursos públicos, del pueblo, para apoyar al propio pueblo dueño de la riqueza que maneja el gobierno. Y si no es ahora, con el fantasma del hambre planeando como zopilote sobre las cabezas de los desposeídos, ¿cuándo entonces?
"Soy Carmina, de Parral, mi motivo para estar hablando (ante la cámara y el micrófono que reproducen su arrojo y su tranquila bravura), es que quisiera decirle al gobernador López Obrador que nos ayude con alguna despensa. ¿Qué vamos a hacer con este tiempo que no podemos salir, que no podemos trabajar?" ¿Qué vamos a darles de comer a nuestros hijos, a la familia, qué vamos a comer nosotras mismas?
Estas tres mujeres están en este momento, cuando la nación se debate en medio de una de las peores crisis económicas y sociales de la historia reciente, lideando con la necesidad, lideando con el hambre. ¿Lidear? Sonará extraño el término para quien no es de la región, pero esta expresión es de amplio uso entre la gente común, que es heredera directa de los modos idiomáticos que trajeron los españoles que conquistaron en concreto esta parte de la Nueva Vizcaya, correspondiente en la actualidad al Norte de Durango y al Sur de Chihuahua. Es, en esencia, un arcaísmo. "Lidear" viene de "lid", batalla, combate, y nuestros campesinos y obreros usan la palabra para expresar precisamente que se está luchando contra algo. En este caso, estas tres heroínas del pueblo trabajador se alzan en una desigual lid contra las poderosas fuerzas políticas y económicas que avasallan a los pobres. ¿Vencerán? Por supuesto que sí, tarde o temprano vencerán, que no quepa la menor duda.
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